miércoles, 2 de abril de 2025

Magia natural


La naturaleza está llena de magia. De la nada empiezan a brotar las hojas, revientan las flores y se empiezan a escuchar zumbidos y trinos. La vida, agazapada durante meses, se despierta de golpe. Como si un hechicero hubiera levantado su varita y lanzando un poderoso sortilegio, hubiera encantado hasta la última brizna de hierba.
No me extraña que nuestros antepasados creyeran en Venus, Perséfone, Maya, Ostara o Idun, diosas que se encargaban de alejar el frío y la nieve y llenar el mundo de bichos y plantas. Así, los seres humanos celebraban la fertilidad y toda esa abundancia que nos regala esta época del año.
Hoy sabemos qué son los ritmos circadianos, el fitocromo, el aumento de la temperatura o las hormonas, tanto animales, como vegetales, las que regulan las respuestas de los seres vivos ante los días más largos y calurosos. Una suerte de verbena físico-química que culturas y religiones han adornado a su antojo para amenizarnos los paseos boscosos.


Y hablando de milagros naturales, aquí tenemos La historia de Mo. Con el subtítulo de Una aventura en el bosque, esta maravilla gráfica de la autora e ilustradora surcoreana Yeonju Choi ha sido publicada por Libros del Zorro Rojo hace un par de meses. Mercedes, de Letras Corsarias, tuvo a bien presentármela semanas atrás y como yo hago caso a los salmantinos que saben de libros, me dispuse a leerla. Veamos porqué fue reconocida con una mención especial en la categoría de Mejor Ópera Prima en la feria de Bolonia del año pasado…
En primer lugar, el argumento. Mo, un gato curioso (¡Voy a hacer una excepción! ¡Que conste en acta!), se siente inquieto en mitad de la noche. Una luz misteriosa lo invita a salir de la cama e ir en su busca. Es así como el protagonista, se adentrará en el bosque y se irá topando con diferentes personajes. Un búho muy sabio, una familia de ratones, una ardilla, una pareja de carboneros o unos renos trabajadores. También hay un oso temible y con mal aliento que ronda por ahí. ¿Encontrará esa luz que lo llama desde la lejanía?


En segundo término hay que hablar del formato y la técnica empleada. De pequeño tamaño (12,5 x 16,5 cm), 176 páginas (bastantes para lo que se estila) y edición elegante (aspecto entelado y detalles estampados). Resultado: el librito llama la atención. Aunque las ilustraciones son de corte clásico, complementan a la perfección a esa narrativa tan parca como elegante que caracteriza a estas historias. Realizadas en tinta (¿plumilla, tal vez)) y coloreadas con sutiles aguadas, nos transportan a otro tiempo. Resultado todavía mejor: el librito atrapa.


En tercer lugar hay que hablar de su universalidad. Tanto niños, como adultos se pueden ver reflejados en una historia que nos habla de la curiosidad, el valor de la amistad, cómo solucionar imprevistos o la importancia de enfrentarse a los miedos. Con un trasfondo muy oriental, la lectura cultiva la empatía, la cortesía y, sobre todo, la belleza de vivir el momento presente, sin olvidar su propuesta reflexiva sobre el valor de la aventura y el crecimiento personal en un entorno natural y un tanto freak.


Por último, hay detalles que no pueden pasar desapercibidos… Mercedes me apuntó a las setas alucinógenas. Yo luego me encontré con los libros que caen desde los árboles, dietas extrañas (¿Desde cuándo los gatos comen cacahuetes y bellotas?), carteles con instrucciones y un protagonista que, a pesar de lo comedidos que son todos sus amigos, se deja guiar por el instinto y hace lo que le da la real gana, toda una suerte de desafío en esta LIJ que nos abruma con paternalismos e historias descafeinadas.
Sí, podemos decir que La historia de Mo, tiene mucha magia.


No hay comentarios: