El tiempo, esa gran dualidad: revolución y jodienda. Y es que nada nos viene bien…, en vez de conformarnos, nos dedicamos a quejarnos. Mucho hicieron por nosotros las antiguas civilizaciones que no hemos sabido agradecer. Desde los egipcios a los monjes cristianos, desde la cultura inca hasta la del lejano oriente, todas intentaron ordenar el correr de las noches y las alboradas, así inventaron el devenir del tiempo. Y de paso que ordenaron nuestras vidas, también nos las jodieron: puntualidad laboral, jornada partida o continua, jet-lag, recreos de veinte minutos, horarios para todo,… En fin, es lo que hay…
La literatura está plagada de historias donde el tiempo es el protagonista: unos visitan el pasado, otros el futuro lejano y otros interrumpen el andar de las horas. Para gustos, narraciones. Una de estas es de la que hoy toca hablar, El luthier, el tirano y el tiempo (texto de Christian Grenier e ilustraciones de François Schmidt). Con un corte de cuento clásico, este álbum ilustrado narrado por un peculiar trovador, nos traslada a un mundo particular, donde la magia intenta raptar al tiempo por el mero capricho de un tirano. Detener el camino de las agujas del reloj no es muy recomendable excepto que uno tenga una carga de explosivos en las manos, si quieres saber el porqué, te recomiendo te deleites con este cuento, cuyas ilustraciones son de otra época, algo barrocos, algo románticos -me recuerdan a ciertos grabados de Apel.les Mestres…-. Disfruten con él, es una buena opción…, siempre que el tiempo se lo permita…
La literatura está plagada de historias donde el tiempo es el protagonista: unos visitan el pasado, otros el futuro lejano y otros interrumpen el andar de las horas. Para gustos, narraciones. Una de estas es de la que hoy toca hablar, El luthier, el tirano y el tiempo (texto de Christian Grenier e ilustraciones de François Schmidt). Con un corte de cuento clásico, este álbum ilustrado narrado por un peculiar trovador, nos traslada a un mundo particular, donde la magia intenta raptar al tiempo por el mero capricho de un tirano. Detener el camino de las agujas del reloj no es muy recomendable excepto que uno tenga una carga de explosivos en las manos, si quieres saber el porqué, te recomiendo te deleites con este cuento, cuyas ilustraciones son de otra época, algo barrocos, algo románticos -me recuerdan a ciertos grabados de Apel.les Mestres…-. Disfruten con él, es una buena opción…, siempre que el tiempo se lo permita…
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