Cada noche, al
volver de las vacaciones, mi cuerpo se transforma en un enorme saco
de patatas. Su peso se rinde ante cualquier superficie horizontal y el
despertador se asemeja a un objeto inerte ante el que, cualquier movimiento se
hace eterno. Los párpados pesan más de la cuenta y, bostezo tras bostezo, uno
llega hasta la tarde, en la que, tras ingerir algo, cae rendido de nuevo
ante la indescriptible atracción del sofá...
Hija
de un bostezo
nieta
de una almohada
la
pereza cuelga
bajo
la enramada.
En
un mismo sitio
duerme
todo el día,
igual
si es de noche
o
si es mediodía.
No
sale a pasear
ni
a ver las estrellas.
Sólo
ronca y ronca
La
pobre doncella.
Fanny Uzcátegui.
La
pereza.
En: Taquititán de poemas. Antología de poesía.
Ilustraciones de Ana Palmero
Cáceres.
2014. Caracas: Ekaré.
4 comentarios:
Buenísimo, me siento totalmente identificada, sobre todo un lunes como el de hoy. Gracias por tus estupendas sugerencias monstruo
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