Querida María Elena:
Te marchaste de domingo a lunes, despacito, tranquila... y no me dijiste adiós. Esperaba una última canción, esa nota que sonase, desde Ushuaia a Formosa, de La Plata a Neuquén... Más tarde que temprano, tan en silencio te fuiste, que ya sólo una palabra te pido: quédate.
Soy la maestra argentina
segunda madre y obrera
mis niños andan descalzos
mi escuela es una tapera
mis niños andan descalzos
mi escuela es una tapera.
Soy la que forma destinos
del mar a la cordillera
donde no existe la tiza
y el libro es una quimera.
Campana de palo
repica en la soledad
detrás de pólvora y piedra
que el tiempo abandonará.
Pobrecita patria en flor
hasta aquí llego mi amor.
* * *
Manuelita vivía en Pehuajó
* * *
Manuelita vivía en Pehuajó
pero un día se marcó.
Nadie supo bien por qué
a París ella se fue
un poquito caminando
y otro poquitito a pie.
Manuelita, Manuelita,
Manuelita dónde vas
con tu traje de malaquita
y tu paso tan audaz.
Manuelita una vez se enamoró
de un tortugo que pasó.
Dijo: ¿Qué podré yo hacer?
Vieja no me va a querer,
en Europa y con paciencia
me podrán embellecer.
En la tintorería de París
la pintaron con barniz.
La plancharon en francés
del derecho y del revés.
Le pusieron peluquita
y botines en los pies.
Tantos años tardó en cruzar el mar
que allí se volvió a arrugar
y por eso regresó
vieja como se marchó
a buscar a su tortugo
que la espera en Pehuajó.
Campana de palo y La tortuga Manuelita.
María Elena Walsh
Imagen: Diario Clarín. http://www.clarín.com/
2 comentarios:
Hola , Román, aquí Andrés desde Argentina, de entre los millones de deudos que María Elena Walsh dejó en Argentina, me precio de haber sido nombrado por ella en una de sus canciones más famosas; si pasas por mi blog verás..
Un abrazo y muy bueno y trabajado tu blog.
Como dice el tango: "No habrá ninguna igual, no habrá ninguna...!
Publicar un comentario