Tras
dos meses y medio de vacaciones queda inaugurado el nuevo curso escolar, y con
él, se abre la puerta de este lugar donde la L de libros, letras y lecturas,
campa a sus anchas. Aunque con bastante desgana (no olvidemos que la depresión
postvacacional hace estragos en cualquiera), intentaré mantenerles informados
de todo lo que acontezca en la actualidad lijera, y, por qué no, de todo lo que
nos rodea y provoca encontradas opiniones (no tiemblen, sólo les tensaré la
fibra cuando sea estrictamente necesario, que luego muchos hacen acopio de
insultos gratuitos e inmerecidos y ya estoy viejo para guerrear contra la
estupidez humana…).
¿Y
qué mejor para terminar las vacaciones y empezar con la rutina septembrina, que
una feria? Llenas de luces, de bullicio, de bailoteo a doquier, de coches de
choque y norias incansables, de mazorcas asadas, de manzanas de caramelo, de
vino dulce y barquillos, de bolas de anís y berenjenas encurtidas, de caballos
al mediodía, y de charangas bullangueras, las ferias llenan nuestra geografía
hasta la entrada de octubre, acompañan la vendimia y auguran un otoño de
recogimiento y trabajo, que, aunque nos pese, necesitamos más que nunca.
Ferias
hay para todos los gustos…, de postureo o callejeras, de corto o de largo…, las
tenemos breves e interminables, taurinas o ecuestres, de botellón y de gasto
desmedido. Las hay sucias y muy limpias, alegres y no tanto, a rebosar y
también vacías, mayoritarias y para las minorías. Pero eso sí, como la de
Albacete, ninguna.
Ya termina la feria…, sólo quedan dos días. Es
por ello que, si les pilla cerquita y tienen ganas de jolgorio, no duden en
visitarla, y ver así su tronío y valía. Y si no, siempre pueden conformarse con
Luces de feria, una propuesta de Fran
Nuño y Enrique Quevedo (editada por Cuento de Luz) que, aunque no es lo mismo,
transmite ese sentimiento que llena todas ellas.
2 comentarios:
Feliz vuelta. La depre postvacacional se acaba pasando ;-)
¡Esperemos! ¡Saludos, seguidora incansable!
Publicar un comentario