Siempre se agradece que entre las novedades de la temporada se recojan algunas obras que han sido un éxito fuera de nuestras fronteras durante muchos años. Este es el caso de Erwin Moser.
Nació en Viena (1954) pero creció en Burgenland, la provincia más oriental de Austria, concretamente en Gols, localidad donde sus padres ejercían de viticultores.
Tras formarse como tipógrafo entre 1969 y 1973, empezó a desarrollar su lado más artístico como dibujante y pintor surrealista. En 1975 llegó su primer encargo como ilustrador gracias a un librero y editor de Moers que le pidió unas imágenes para una historia de ladrones.
Fue en esa ciudad alemana en la que descubrió los libros infantiles de F. K. Waechter, el autor de, entre otros, El lobo rojo o Tres amigos, en cuyo estilo se vio reflejado. De camino a su casa le vinieron a la mente docenas de historias e imágenes. Tras ofrecer alguna de estas a este editor que respondió con negativas, decidió presentarse en la editorial Beltz&Gelberg en Weinheim donde, sin concertar una cita previa, fue recibido por Hans-Joachim Gelberg.
En 1980 se publicó su primer libro, Jenseits der großen Sümpfe, una pequeña novela basada en sus vacaciones infantiles en Burgenland. A esta le siguieron otras como Großvaters Geschichten oder das Bett mit den fliegenden Bäumen (1981) o Der Mond Hinter den Scheunen (1982) con las que fue seleccionado para el Premio Alemán de Literatura Juvenil.
Erwin Moser creó más de 100 obras entre álbumes, novelas o compilaciones de cuentos que se inspiraron en sus paisajes de juventud cerca del lago Neusiedler, hasta que falleció en 2017 tras inaugurar un museo dedicado a su figura y obra en la localidad de Gols.
De entre todo su corpus literario, en nuestro país hasta el momento solo han sido publicadas la serie de historias protagonizadas por el gato Boris, concretamente las recogidas en tres volúmenes que llevan por título El pez dorado, El coche bañera y La calabaza (editorial Flamboyant).
En cada uno de estos libros se presentan ocho historias que tienen como protagonista a un gato rayado que tiene muchas ideas. Algunas factibles, otras desorbitadas, sabe como celebrar la primavera, jugar con sus amigos o viajar a bordo de un coche bañera.
Con un estilo que a menudo recuerda a otros autores en lengua alemana como Janosch o Helme Heine, Moser, hecha mano de la línea de tinta y las aguadas de color para crear unos personajes dinámicos y tiernos que, desde una posición absurda y surrealista, nos presentan aventuras absurdas donde muchas veces lo fantástico se disemina entre las páginas.
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