Hay quien dice que la ropa es nuestro primer pellejo. No es de extrañar teniendo en cuenta que hay estudios que dicen que nuestro atuendo condiciona nuestra personalidad, e incluso la forma en la que hablamos. ¿Se deberá a que la forma en que vestimos no deja de ser una forma de disfraz?
Hay muchas teorías que buscan razones a esa pasión que tienen muchas personas por los disfraces. Unos apuntan a que los usamos para explorar rasgos de nuestra personalidad que no dejamos aflorar conscientemente. Otros apuntan a desestresarnos, desinhibirnos y perder la vergüenza, hablar con gente e incluso ligar.
Seas cuales sean las razones por las que grandes y pequeños nos vestimos de todo tipo de personajes, animales, objetos y alegorías, lo único que me queda decirles hoy es que echen mano de cualquier disfraz y disfruten de estos días de carnaval. Y si no, al menos jueguen conmigo a las adivinanzas, gracias a los versos de hoy.
¡Adivina quién está
detrás de cada disfraz!
Nariz redonda bien coloreada,
peluca roja muy alborotada,
tras dos zapatos de talla gigante
asoma la trompa el gris _________
Con parche oscuro y un cofre dorado,
loro parlante o verde guacamayo;
debajo de un negro y brillante gorro,
llega el lagarto: dragón de _________
Sombrero de pico, escoba y gato,
caldero ardiente, pelos de estropajo,
verruga gorda y un solo diente,
repta entre hechizos la astuta _________
Llega la tigresa vestida de rayas
con patucos claros y un gorro de lana…
olvidó la fiesta… ¡y lleva el pijama!
Ana López Ortí.
Carnaval.
En: Continente animal.
Ilustraciones de Lucía Cobo.
2023. Vigo: Kalandraka.
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