Con
este verano perpetuo que nos hemos procurado (sí, sí, no se den
golpes de pecho que todos tenemos algo de culpa), el resfriado se ha
convertido en epidemia. Toses, estornudos, moqueo y clínex por
doquier (¿Ven? Sólo con sonarse los mocos están ayudando a la
desforestación del planeta... ¡Pañuelos de tela y jabón de
Castillaaaa!) se han convertido en cotidianos durante las últimas
semanas. Consecuencia: consultas médicas a rebosar de flojos y los
farmacéuticos haciendo su agosto en octubre, que se dice pronto.
De todo, de todo tengo
en mi botica.
Un romance para la tos,
un soneto para el dolor
de tripa.
Tengo un madrigal que
cura
todos los achaques que
no se quitan
y, dentro de un frasco,
versos sueltos que
sirven de tirita.
Para la tristeza tengo
un ovillejo
que se atraganta y da
la risa,
para el mal de amores
-aunque hay quien dice
que no se quita-
prueba mi jarabe de
aleluyas
y verás,
¡con sólo una
cucharadita!
De todo,
tengo de todo en mi
botica,
y si no lo tengo será
porque no lo necesitas.
Juan Carlos Martín Ramos.
Farmacia de poeta.
En: Poeta eres tú.
Ilustraciones de Mariona
Cabassa.
2016. Creotz: Vigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario