A una semana de las
elecciones catalanas, en plena campaña electoral (por cierto, una
más insultante, turbia y sectaria a la que nos tienen acostumbrados
nuestros políticos), y teniendo en cuenta que poco puedo añadir a
lo que se ha dicho ya (¡Mama, yo lo que quiero es una primitiva! De
esas reventonas, que ya me las maravillaría yo para darle buen
uso...), se me hace idóneo traer a este sitio de monstruos y libros
ilustrados uno de esos títulos tan necesarios (¡Para que luego
digan que los libros infantiles no son sesudos!) y tan invisibles
(por eso estamos aquí dando el callo).
Waterloo &
Trafalgar de Olivier Tallec y publicado por la editorial Adriana
Hidalgo en su colección Pípala, es uno de esos títulos para
disfrutar despacio, tranquilamente, ya que en una lectura rápida se
pasarían por alto detalles de composición, gestos inadvertidos,
guiños y otras vicisitudes que enriquecen este duelo ficticio entre
dos personajes. Así que, eso hice, me lo llevé a casa para
destriparlo a conciencia.
Con un título que nos
sugiere de lleno una temática bélica (dos palabras para captar el
discurso elemental del mismo: la cosa empieza bien), abrimos la tapa
y nos sumergimos en este mundo donde el naranja y el azul son los dos
colores protagonistas. ¿Por qué los habrá elegido el autor?
¿Naranja significa Trafalgar, y azul, Waterloo? ¿El azul es
Francia, y el naranja representa a Inglaterra? El caso es que son las
dos batallas más importantes de la historia de nuestro viejo
continente.
Conforme vamos pasando
las páginas nos dejamos llevar por una secuenciación que roza el
cómic, las páginas se dividen en dos, en tres, en múltiples
escenas que, aunque prescinden de la delimitación clásica
viñetas-calles, imprimen más dinamismo y ritmo a un álbum que
tiene mucho que contar en este formato híbrido. Si a ello unimos que
no hay demasiadas palabras (alguna interjección, ciertas
onomatopeyas y poco más), recuerda a esos dibujos animados mudos con
cierto toque vintage de los estudios DePatie-Freleng, véanse El
inspector o la conocidísima Pantera Rosa.
La acción se resuelve de
manera impecable. El uno grita. El otro más. Desde este lado. Desde
este otro. Exhibe sus armas. El otro también las suyas. Una suerte
de enfrentamientos que dan buena cuenta de lo que es la guerra...
Pero, ¿es esa su única intención? No, creo que el autor nos aboca
a ser conscientes de los parecidos entre las dos facciones más que
de sus diferencias. Ambos personajes llevan una vida tranquila y
llena de intereses, cada uno en su respectivo lado del muro. ¿Y acaso es imposible compartir
ese espacio? ¿Es personal, intransferible? ¿El muro, una frontera
real?... Les dejo que lo descubran, estoy seguro de que se sorprenderán.
1 comentario:
Me parece muy interesante. ¿El libro tiene texto? ¿O es sólo visual? Gracias
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