Decía Fernán Gómez que las bicicletas eran para el verano. Algo así debieron de pensar los de la UNESCO cuando decidieron dedicar el día de hoy, 3 de junio, a este artefacto que tanto bien ha hecho a la humanidad.
Se piensa que la bicicleta fue creada en 1817 por el barón Karl Drais, un inventor alemán. Si bien es cierto que el primer prototipo de este vehículo se impulsaba apoyando los pies alternativamente sobre el suelo, el resto de elementos no han cambiado (dos ruedas, cuadro, sillín y manillar). La gran mejora de la bicicleta llegó en 1839 gracias al escocés Kirkpatrick Macmillan que añadió el sistema de pedales y cadena que transmiten la fuerza dinámica. Desde entonces hasta ahora se han desarrollado montones de mejoras en este medio de transporte.
En la actualidad hay más de mil millones de bicicletas en el mundo. Su uso está generalizado en la mayor parte de Europa y Asia, llegando a ser, en países como Suiza, Alemania, Países Bajos, Bélgica, algunas zonas de Polonia, los países escandinavos, China y la India, uno de los principales medios de transporte o vehículos de ocio. Porque no nos debemos de olvidar del ciclismo, un deporte que tiene sus mayores exponentes en el Tour de Francia, el Giro de Italia o la Vuelta a España.
Y es que la bicicleta es una maravilla. Hoy en día, es el mejor vehículo de propulsión humana que existe, pues te permite acarrear objetos y acceder a casi todos los lugares. Es más rápido que el patinete, los patines o las canoas, nos permite ejercitar nuestro aparato locomotor, no supone gran impacto sobre las articulaciones y además es ecológico. ¿Qué más se puede pedir?¿Qué más se puede pedir? Pues que les guste a los niños por un buen puñado de razones.
La bicicleta quizá sea uno de los medios de transporte que más se ven en la literatura infantil por diversas razones.
En primer lugar, aprender a montar en bicicleta requiere de la coordinación y el equilibrio, lo que ayuda a desarrollar las habilidades motoras finas y gruesas de los niños. Es un test inmejorable para saber el progreso de nuestros hijos en estos términos.
En segundo lugar, la bicicleta proporciona a los críos una sensación de libertad y autonomía. Pueden moverse por sí solos sin la necesidad de la supervisión de un adulto.
La tercera razón es que pedalear además de ser una actividad física, también es lúdica, ya que ofrece muchas posibilidades de interacción, no solo con la bicicleta, sino con amigos y familiares.
El cuarto motivo es que montar en bici permite a los niños explorar su entorno, descubrir nuevos lugares y paisajes. ¿Quién no se ha montado su propia aventura a lomos de una bicicleta?
El penúltimo argumento es el propio artilugio. Que la bicicleta sea una máquina construida a partir de elementos mecánicos fáciles de comprender, la hace accesible y atractiva a esa infancia curiosa que quiere internarse en los entresijos de las cosas y su funcionamiento.
Para terminar, hablar de la autoestima y el ánimo, pues aprender a montar en bici es un gran logro para cualquier chiquillo, y por tanto, tiene numerosos beneficios en lo que a inteligencia emocional se refiere.
Y como la LIJ no podía ser menos, hoy celebramos este día con ¡Quiero ir sin ruedines!, un álbum de Tobias Giacomazzi publicado por Kalandraka estos meses y que nos cuenta el disgusto que tiene Rino a causa de sus ruedines. El señor Renato no los lleva, la señora Adelaida, tampoco. Ni siquiera el abuelo Gregorio. Todos pedalean sobre sus bicis sin ayuda de estos artilugios que él está utilizando para aprender. Hartos de sus lamentos, le retiran los ruedines, pero…
Con una estética muy cuidada y una óptica bastante juguetona, este libro basado en una situación muy típica entre los chiquillos y sus familias, echa mano de la repetitividad y el humor para abrirse camino en el universo familiar para hablar de los retos infantiles y sus consecuencias, al tiempo que hace un recorrido por los diferentes tipos de bicicletas (o medios similares) desde la ternura.
¡MÁS LIBROS INFANTILES CON BICICLETAS!
(Si quieren conocerlos hagan click sobre cada título)
Joan Negrescolor. Yo, Alfonsina. Thule.
Germano Zullo y Albertine. Marta y la bicicleta. Siruela.
Mattea Pelliti y Riccardo Guasco. La bicicleta amarilla. Liana.
Kike Ibáñez. El diablo sobre ruedas. A buen paso.
Bartosz Ratajczyk. Bicicletas. Thule.
Fleur Daugey y Karine Maincent. Bicicletas. Takatuka.
Janosch. El pequeño tigre necesita una bicicleta. Patio.
Ryan Andrews. Y entonces nos perdimos. Astronave.
Y como regalo para el lector maduro... Sempé. El taller de bicicletas. Blackie Books.
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