Y sucumbiendo a ese espíritu terrorífico anglosajón que
inunda colegios y bares durante el día (y noche) de hoy, víspera del Día de
Todos los Santos, adelanto el poema de los viernes al jueves de la mano de
brujas y monstruos para desearles un largo, otoñal, relajante y fresco (¡por
fin!) fin de semana en el que un servidor se atiborrará de buñuelos de viento,
pisará las hojas caídas y disfrutará del olor de las primeras castañas asadas.
La bruja Carlota,
desde hace año y medio,
tiene una mascota
fea sin remedio.
El monstruo orejudo,
de una sola garra,
chirría a menudo,
como uña en pizarra.
Verde y granujiento,
tiene en el hocico
nariz de pimiento:
¡mide metro y pico!
Con sus cinco colas
y sus siete pies,
hace mil cabriolas
y anda del revés.
Viscosa y dentona,
tiene la criatura
pelos de fregona
y un palmo de altura.
La bruja Carlota
no cambia a Facundo
por otra mascota,
por nada del mundo.
Carmen Gil.
El monstruo Facundo.
En: El libro de los monstruos.
Ilustraciones de Sonia
Sanz.
2012. Madrid:
Toromítico.
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