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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Navidad económicamente responsable



Dado que ando muy entretenido con otros menesteres, deduzco que, durante estas fechas y para variar, en la parrilla televisiva se amontonan todo tipo de cortes publicitarios sobre juguetes, perfumes, ropa y demás objetos susceptibles de ser regalados a parientes y otros seres animados. Si a ello sumamos las ansias adquisitivas que nos consumen estos días de capitalismo, he creído oportuno hacer un llamamiento por una navidad económicamente responsable, que a mi juicio se basa en muchas consideraciones, de las que entresaco seis de ellas:
1.      Consuma productos nacionales. Desde el mejillón gallego hasta la endivia navarra, desde el queso manchego hasta el jamón extremeño, desde el dulce guinda malagueño hasta el turrón de Jijona. Nuestros productos son los mejores del mundo y, aunque a veces vacíen un poco más el bolsillo, debe tener en cuenta que lo que gaste, queda aquí (cosa que bien merecería una desgravación en la renta).
2.      Consuma productos elaborados a mano. La pequeña industria esta repuntando en nuestro país, el trabajo bien hecho y la originalidad son valores que deben ser reconocidos mediante un precio equilibrado. Artesanía, buenos materiales y creatividad son grandes bazas para regalar estas navidades.
3.      Evite los excesos. Las compras desorbitadas e inútiles que tanto ansían las grandes superficies provocan un excesivo número de importaciones (lo que se opone a la consideración 1), no reparten equitativamente la riqueza y crean un afán innecesario de inconformismo.
4.      Apueste por los detalles mínimos, las necesidades básicas, la salud, la educación y la cultura. Ingentes cantidades de colonia, armarios atiborrados de ropa sin estrenar, juguetes arrinconados y otra serie de estupideces no aportan calidad de vida. Invierta su dinero en el futuro de los demás.
5.      Confórmese y enseñe a los demás a conformarse. Si su familia está atravesando un duro bache económico, no se empeñe en regalar aunque ello le cueste ahondar en las esquilmadas finanzas personales. Todos deben ser conscientes de la realidad y arrimar el hombro, no sólo ahorrando, sino resignándose.
6.      No hay mejor regalo que el que se comparte con los demás. La compañía de familiares, amigos y conocidos no tiene precio.

Van Bilsen, Rita & Wilkeshuis, Cornelis. 1984. El mejor regalo. Madrid: SM.