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domingo, 5 de noviembre de 2023

Y el verbo se hizo niño


Ya saben que soy un fanático del lenguaje, del bueno y del malo (que tengo la sin hueso muy suelta). Siempre me ha gustado jugar con las palabras, su sonido, su significado, sus trampas. Desde bien pequeño me he divertido con dichos, jeringonzas, cancioncillas sin mucho sentido y alguna que otra retahíla.
Por esa razón andaba con ferviente deseo de hacerme con un ejemplar de la compilación con  la que Antonio Rubio nos ha dado en el clavo a muchos amantes de la tradicional oral infantil. Aunque hay montones de colecciones regionales y nacionales de estas producciones rimadas que a veces se acompañan de soniquetes y melodías, nunca está de más hacer hincapié en ese legado común de la infancia con un libro, que si bien no las recoge todas, consigue establecer un corpus muy útil para padres, educadores y mediadores.


Dividido en cuatro cancioneros, el maestro realiza recopila y clasifica por edades todas estas producciones rimadas. Nanas y rimas corporales para los más pequeños, juegos de todo tipo para críos de tres años en adelante, trabalenguas, galimatías y refranes a partir de seis años, y un ejercicio de recopilación para los más mayores. Un libro redondo a excepción de una nota final que no entiendo y que va en la línea de algo que hablé en este post
Como muestra del material que aparece en este magnífico librito, he elegido tres botones: un sorteo numeral críptico, un romancillo y una adivinanza que utilizaba con frecuencia durante mi infancia. Si quieren encontrar algunas de las suyas, ya saben lo que tienen que hacer: acudir a la librería más próxima y disfrutar de esta recopilación que no solo sirve para recordar el pasado de uno, sino para endulzar el futuro de otros.

Una, dola, tela, catola…,
quile, quilete,
estaba la reina
en su gabinete;
vino Gil
y apagó el candil,
candil, candilón;
cuenta las veinte,
que las veinte son:
policía y ladrón.

* * *

Estaba el señor don Gato
sentadito en su tejado,
marramiau-miau, miau, miau;
sentadito en su tejado,
cuando recibió una carta,
si quería ser casado,
marramiau-miau, miau, miau;
si quería ser casado,
con una gatita blanca
sobrina de un gato pardo,
marramiau-miau, miau, miau;
sobrina de un gato pardo.
Al oír esta noticia,
se ha caído del tejado,
marramiau-miau, miau, miau;
se ha caído del tejado.
Se ha roto siete costillas,
el espinazo y el rabo,
marramiau-miau, miau, miau;
el espinazo y el rabo.
Ya lo llevan a enterrar
por la calle del pescado,
marramiau-miau, miau, miau;
por la calle del pescado.
Al olor de las sardinas,
el gato ha resucitado,
marramiau-miau, miau, miau;
el gato ha resucitado.
Por eso dice la gente,
siete vidas tiene un gato,
marramiau-miau, miau, miau;
siete vidas tiene un gato.

* * *

Entre dos piedras feroces
sale un hombre dando voces.

Antonio Rubio.
En: Puer poeticus.
Ilustraciones de Concha Pasamar.
2023. Pontevedra: Kalandraka.


viernes, 4 de mayo de 2018

¡Feliz Día de la Madre (combativa)!



Se ve que este domingo es el día de la madre por lo que se avecina la inmejorable excusa de comprar una bandeja de pasteles (ya saben que me encanta la galguería… un buen palo de crema, miguelitos, merengue con fresas…) y ponernos a tragar como auténticos cerdos. Y seguramente, en algún momento de la sobremesa, alguna palabra será la chispa adecuada para desencadenar un cisma familiar.
No se crean que hay dinero de por medio (nos apañamos con poco) ni tampoco cuestiones religiosas (tenemos clara la postura) ni discusiones políticas (¿acaso merece la pena?), lo nuestro, como buenos manchegos, son las chorradas. Podemos reñir por quien sujeta a las criaturas para que los demás coman con tranquilidad, enfrentarnos porque uno tiene más barriga que el otro, y se puede liar la de San Quintín por quien se come la última onza de chocolate. El caso es liberar tensiones y dejar salir los malos rollos que todos llevamos dentro, como si de una cura terapéutica se tratase.
Así que ya saben, concédanse un capricho el domingo, denle alas a sus pasiones (las más odiosas, por supuesto) y suelten la lengua en pro de la relajación muscular. Y si no saben qué palabra mágica pronunciar para desatar la tempestad, echen mano de “malacatú”, un vocablo maravilloso.


Aunque el Malacatú de María Pascual (editorial A Buen Paso) tiene mucho que ver con los “malacatús”de la tradición oral, nos acerca a un universo enriquecido más que interesante donde estas retahílas se transforman en el hechizo idóneo para esgrimir en caso de discusión entre padres e hijos. La batalla entre una madre y su vástago ante la negativa del segundo de no lavarse los dientes, me recuerda al enfrentamiento intergeneracional que el Max de Sendak y su madre tienen a la hora de cenar. Asimismo y siguiendo con la referencia a Donde viven los monstruos, podríamos decir que en este caso, el universo onírico al que Max acude para sufrir su catarsis de manera individual, es sustituido por un duelo de sortilegios, un juego compartido que tiene el mismo fin: ese tratado de paz entre el mundo adulto y el infantil.


Además del desarrollo del argumento hay que hacer una llamada de atención sobre el formato, en este caso apaisado o a la italiana (como la Squilloni). Esto permite desplegar un espacio panorámico contextualizado en mitad de una cocina (¿cotidiano, no?) y en el que observamos dos planos de acción (se podría hablar de tres teniendo en cuenta la habitación, pero prefiero no liar más al personal). Mientras que en el primer plano madre e hijo recitan en voz alta (no se olviden de hacer lo mismo cuando lo lean) y alternativamente sus rimas fantásticas (me encanta esta sensación de cadencia, de oleaje) para transformarse en los más variopintos engendros, en segundo término se despliegan multitud de detalles, de otras historias que tienen que ver con juguetes, personajes del ideario infantil actual o pasado - hay muchos guiños al siglo XX que me chiflan, como los indios y vaqueros, la lucha entre Luke Skywalker y Darth Vader, o los dinosaurios de Jurassic Park... ¿Será que esta madre tan combativa ronda la cuarentena?-, utensilios de cocina vivarachos y una atmósfera colorista (les llamo la atención sobre este punto porque si se dan cuenta, el color se centra en todos los personajes animados y no en el escenario, algo que le confiere cierto aspecto de diorama) que crean otros planos discursivos en un texto enriquecido en el que el lector puede perderse durante largo rato.


Como ven, hay más de una razón por la que este álbum de la siempre sorprendente María Pascual recibió el "Premio Internacional de Álbum Ilustrado de la Biblioteca del Cabildo de Gran Canaria", y sobre todo, para regalárselo a alguna madre que otra en los próximos días, y que seguro que leerá junto a sus hijos (después de lavarse los dientes, claro…).



viernes, 27 de enero de 2017

Actualidad sin sentido


Copos de nieve sobre la orilla del mar, chantajes fruto de los caprichos monárquicos que pagan los ciudadanos, subidas estratosféricas de las tarifas eléctricas en la semana más fría del año (ya se podían haber esperado...), apóstatas que se marcan dos horas de cola para que San Antón bendiga a sus galgos, y el presidente de los Estados Unidos haciendo el homínido ... Harto de buscarle sentido al sinsentido, he decidido refugiarme en las canciones de Edward Lear y dejarme hacer. Si no puedes con el enemigo, únete a él.

El búho y la gatita se dieron a la mar
en un batel verde y brillante como un guisante;
llevaban miel, membrillo, y bastante dinerito,
bien envuelto en un billete de cinco reales.
El búho contempló los astros del infinito,
y rasga que te rasga cantó con su guitarra:
¡Oh, mi divina minina! Oh, mi lindo amorcito,
qué hermosa gatita eres tú...
Eres tú...
¡Sí, eres tú!
¡Qué hermosa gatita eres tú!”

[…]

The Owl and the Pussy-cat went to the sea
in a beautiful pea-green boat,
they took some honey, and plenty of money,
wrapped up in a five-pund note.
The Owl looked up to the stars above,
and sang to a small guitar,
O lovely Pussy! O Pussy, my love,
What a beautiful Pussy you are.
You are,
You are!
What a beautiful Pussy you are!”

[...]

Edward Lear.
Los jumblies y otras canciones sin sentido.
Ilustraciones de Leslie Brooke y el autor.
Traducción de Óscar Mariscal.
2016. Sevilla: El Paseo.


domingo, 13 de diciembre de 2015

Viento otoñal


Aunque las previsiones meteorológicas anuncian un diciembre bastante cálido y seco (se ve que la sequía es una constante por estos lares mediterráneos), el otoño es ventoso y tapiza el suelo con las hojas (si les da tiempo en llegar al suelo, porque cada vez las barren con mayor eficacia). A este paso, nos embutiremos en el triquini, extenderemos la toalla y tomaremos el sol sobre los ocres dorados de la estación del boniato y las castañas.

Y al fin llega el viento
madrugador,
aullador,
aventador de las hojas,
volador.
Viene del Norte
con muchas ganas de jugar
a soplar y silbar.

¡Cuidado, árboles,
sujetaos las hojas,
que se las lleva!

Estrella Ortiz.
Las cuatro canciones.
Ilustraciones de Carmen Queralt.
2015. Salamanca: La Guarida Ediciones.


viernes, 5 de junio de 2015

Buscando personajes...


En ocasiones, mientras los alumnos terminan los ejercicios (yo soy de los que mandan pocos deberes para hacer en casa), cojo el primer papel que veo y empiezo a garabatearlo, buscando alguna línea que me inspire, que me evoque una figura. Continuo con ella buscando los volúmenes, topándome con las sombras, con el gesto, y, tras haber finalizado la obra y levantar la mirada, me topo con las caras embobadas de mis alumnos pidiéndome el sencillo boceto a modo de regalo, a lo que asiento y objeto que no es difícil dibujar algo, es cuestión de encontrarlo…

Con una gran cereza
haremos la cabeza.
Serán tres las hormigas
para hacer la barriga.
Poniendo dos linternas
tenemos las dos piernas.
Un pez y el otro pez,
así quedan los pies.
Con dos bonitos lazos
haremos los dos brazos.
De trigo muchos granos
para que tenga manos.
[…]

Mar Benegas.
En: ¿Le pondremos un bigote?
Ilustraciones de Lalalimola.
2015. Barcelona: Combel.


lunes, 11 de febrero de 2013

Poesía carnavalera



Y hoy, lunes de coros, no puedo evitar invertir el orden de las entradas semanales y dejarles con la letra de uno de los pasodobles de los ganadores en la categoría de chirigota del Carnaval de Cádiz de este año 2013, la agrupación “Los de Gris”, cuya intervenciones en la semifinal y la final del concurso en el Gran Teatro Falla pueden disfrutar AQUÍ y AQUÍ, y llenarse de su risa canalla, su crítica lenguaraz y de la poesía de sus letras.

[…]

Eres tú la razón
pa’ que nazca mi copla,
es el único motivo
porque saco chirigotas.

Y los nervios tengo a flor de piel
esperando otra vez
que mis notas te lleguen,
lucharé aquí poniendo mi voz
y con ella va mi corazón
para que tú te la quedes.

Toma, aquí dejo mi pasodoble,
que lo mimen las almas nobles
y lo aprenda el chirigotero,
que si escucho de tu voz la melodía
soñaré con ese día.

De verdad te juro, compañero,
si tú lo quieres cantar,
no me hace falta mas na’,
y es el premio que me llevo.

Chirigota “Los de Gris”
Letra de Moisés Camacho Ortega.
Música de José María Barranco Cabrera.

lunes, 7 de marzo de 2011

Carnaval


Entre que hoy es “lunes de coros”, las callejas de Cádiz están llenas de sabor, ritmo y color, y ya saben del cariño que le profeso al carnaval de esa tierra (a los de la mía también, que conste, por ejemplo Tarazona de la Mancha o Villarrobledo), he trasladado las rimas de los viernes para traerles, esta vez, una pequeña estrofa de la comparsa “Juana la loca”: cortita pero intensa…

[…]
Hay quien camina por la vida
y en su camino abre vereda.
Son caminantes de la historia
que tiran muros y barreras.
[…]

Autor: Tino Tovar.

domingo, 14 de febrero de 2010

Carnaval


Y como marca la tradición (de este blog y del calendario festivo), estos días, a pesar de las inclemencias meteorológicas, son de mucha alegría, sobre todo esa alegría que va desde la Plaza Mina hasta el barrio de La Viña, desde Puerta Tierra hasta el Castillo de San Sebastián, ahí van unas rimas para que disfruten del carnaval gaditano. Entre otras cosas porque soy carnavalero (ea, sigo siendo un niño), entre otras cosas por hacerles ese regalo: las palabras.

Aunque no han nacido en Cádiz
y hayan nacido en otras ciudades,
sin saber la razón,
un día se engancharon a los carnavales.
Te miran a los ojos, dicen orgullosos:
"soy carnavalero",
porque en su calendario empieza el año nuevo
en el mes de febrero.
Es su pasión y forma parte de su vida,
es una droga que su sangre necesita.
El carnaval le abrió las puertas a la Tacita
que en sus escapaditas
vienen a descubrir.
Empieza la preliminar
con los nervios para escuchar,
retumban sus corazones
y visitan tus rincones
pero a través de las coplas,
después peregrinan aqui
te necesitan sentir
y cuando hablan de su Cádiz
se les llena la boca.
Donde quiera que estés esta noche
escuchando este pasodoble
espero que te llegue al alma
este aplauso que hoy te manda el Falla.
A tí, porque el nombre de Cadiz llevas por bandera
tú que eres la prueba
de que los carnavales no tienen frontera.
Gracias por querer a mi fiesta,
por querer a mi gente,
y por querer a mi tierra.

Francisco Javier Márquez Mateo.
Pasodoble.
Comparsa El G-15.
Música de David Márquez Mateo.
Carnaval de Cádiz 2010.

viernes, 27 de marzo de 2009

Canciones populares


Con esto de dedicarme a la enseñanza secundaria estoy un tanto alejado de los patios de los colegios. Ya no sé si se juega al pillao, al churro, a la comba o a los partidos quemaos. Tampoco sé si se siguen cantando rimas y retahílas como las de antaño… Lo único que sí sé es el empeño de muchos maestros y maestras por transmitir estos juegos populares que tanto bien nos han hecho.
Por ello, he decidido dedicar este espacio rimado de los viernes a esas canciones populares y a uno de sus mayores defensores y estudiosos, sobre todo a las del folklore popular castellano, Joaquín Díaz. Con una muestra les dejo… Pasen un buen fin de semana.

Quién dirá que no es una
la rueda de la fortuna.
Quién dirá que no son dos
la campana y el reloj.
Quién dirá que no son tres
dos prusianos y un francés.
Quién dirá que no son cuatro
tres escudillas y un plato.
Quién dirá que no son cinco
tres de blanco y dos de tinto.
Quién dirá que no son seis
los amores que tenéis.
Quién dirá que no son siete
seis sotanas y un bonete.
Quién dirá que no son ocho,
tiene carneros y un mocho.
Quien dirá que no son nueve
ocho galgos y una liebre.
Quien dirá que no son diez
nueve condes y un marqués.
Quien dirá que no son once
diez y medio y un bizconde.
Quien dirá que no son doce
las que da la medianoche.

Popular.
Interpretada por Joaquín Díaz.

viernes, 27 de febrero de 2009

Calles llenas de poesía


Muchas veces, aunque pueda parecernos mentira, los libros se vacían de versos y la calle se llena de poesía. Y es en esos momentos cuando, los que amamos la palabra, sentimos una especie de terremoto que nos recorre desde las orejas a la punta de los pies. Por celebrarlo y por llenarles de esos versos que pululan por los adoquines de Cádiz estas fechas (aquí ya enterramos la sardina hace un par de días), les dejo hoy viernes con dos letras de carnaval. Y si les pica el gusanillo, no duden en descargarlas…

“Un amigo es un amigo” me dijo un amigo mío
y era tan amigo mío y tanta amistad la nuestra
que no supe que pensar pero le dije mu’ “dolío”:
“Un amigo de verdad no lo dice y lo demuestra.”
Un amigo amigo no te dice “Un amigo está pa’ algo.”
Un amigo amigo está contigo en los momentos más amargos.
Un amigo amigo de verdad no dice “Quiero ser tu amigo”,
pero si es tu amigo de verdad, tu muerte la muere contigo.
La amistad es regalar el corazón de un caballero
a un caballero, a un caballero.
Por eso los corazones
de los amigos cañones
son corazones de oro,
oro por el que te digo
que los mejores amigos
son los mayores tesoros.
Y esos tesoros no tienen
reputaciones, ni bienes,
ni huecos en los altares,
que los altares se adoran
a la semana una hora
y otra hora en los bares.
Por eso sé lo que digo:
na’ más que tengo un amigo
y es mi padre.

Juan Carlos Aragón
Pasodoble.
Comparsa Los condenaos
Carnaval de Cádiz 2001.

Yo tengo en la barriga una peste grande
que yo no sé lo que habré “comío”.
Yo lo único que digo es que tengo gases
y to’l mundo dice que estoy “podrío”.
Para quitar la peste yo me comprado
un ambientador que es como una caja,
pero cómo será la peste
que el Ambipur® ha “pedío” la baja.

El otro día en el water
se me soltó un poco la barriga,
y con la peste que hacía
las cucarachas tenían fatiga.
Cogí el insecticida
y a los insectos eché un chorrito.
Y dijo una cucaracha:
“¡Ay que alegría! ¡El aire fresquito!”

Si usted quiere visitar
Nueva York, París, Milán,
Estocolmo y Copenhague,
yo lo ofrezco lo mejor,
yo le ofrezco lo mejor,
y lo mejor es que coja el AVE.

Yuyu/Sánchez Reyes
Cuplet
Chirigota Air con el carair, carair, carair
Carnaval de Cádiz 2009.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Un villancico y un libro


Después de estos días de trabajo, exámenes, correcciones, prisas y demás quehaceres, por fin ha llegado la navidad. No se si emborracharme hasta la perder la consciencia o alejarme del mundanal ruido, tomar un buen libro entre las manos y aislarme de mi otro yo. Creo que haré caso a mi ángel de la guarda e intentaré ser menos extremista, de modo que pueda compaginar ambas facetas de mi idéntica persona.
Creo que ha llegado el momento de coger la pandereta y cantar eso tan manchego de:

Que le corten al águila el pico,
al gato las uñas,
al buey las pezuña,
y la cola al ratón.
¡Que dichoso es el mundo
que ha nacido Dios!

Y si no tienen zambomba ni son capaces de entonar los anteriores renglones con un mínimo de ritmo, deberán conformarse con un cuento de bandera navideña, y para ello, déjenme recomendarles un título exquisito que, alejándose de todo misticismo y mensaje religioso (o casi), nos aproxima a una historia familiar, de una sencillez y factura impecables y con un gran transfondo humano, tan necesitado en estos tiempos que corren, donde la escasez de recursos económicos y la calidez familiar han abandonado a la sociedad. Lean La mejor navidad, del extraordinario Chih-Yuan Chen, y dejen que su corazón se alimente de las bellas historias que guarda el mundo en cualquiera de sus recovecos.