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viernes, 14 de junio de 2024

Cuando todo se hace nada


La esperanza se desinfla cuando todo se hace nada. Y piensas, y piensas. Que ya nada sirve para aventar lo bueno. Que ya nada tiene un ápice de sentido. Ni las chanzas absurdas, ni las palabras sinceras, ni las lágrimas baldías. Cuando la vida te colma de bofetadas, todo se hace nada.


Momentos inertes, instantes baldíos, muchos duelos y más quebrantos. El tiempo se ha ido y no hay quien lo atrape. Recuperarlo ya es inútil por mucho que mi mano aferre tu mano. Nos queda el silencio. Nos quedan los reflejos. Nos queda tan poco, que ojalá fueran sueños.

Yo no tengo brisas
ni robles ni nada.

Vengo de la noche
sin las madrugadas,
vengo, vengo, vengo
de tierras cansadas.

Yo no tengo, tengo,
yo no tengo nada
y duermo mis sueños
en arenas blancas.

***

Y soñé, soñé…
Yo soñé que yo soñaba
con un mundo de colores
y hasta soñé que era cierto,
porque el mundo en que vivía
era un mundo en blanco y negro.

Antonio García Teijeiro.
Yo no tengo brisas / Y soñé, soñé…
En: Y los sueños, sueños son.
Ilustraciones de Susana Rosique.
2022. Valencia: Iglú.


lunes, 27 de febrero de 2023

El colmo de la mala suerte


Hay días de esos que parece que te ha mirado un tuerto. 
Lunes. No te suena el despertador, te levantas corriendo y te sueltas un leñazo en el pie, abres el grifo y recuerdas que han cortado el agua para solucionar una avería, la leche hirviendo, las tostadas medio quemadas y ¡plaf! lamparón sobre la camisa recién puesta. Sales de casa. Aire libre. Solo te falta aligerar el paso y creer que ya nada puede joderte el día hasta que un pájaro cualquiera deja caer una buena plasta sobre tu testa. 
Espero que hoy no sea ese lunes.


Pero ¡¿y esta mancha blanca?!
Miro al cielo:
picos, patas, colas, plumas en revuelo.

Pájaros grandes y microscópicos,
unos ingenuos, otros diabólicos.
Pájaros serios, pájaros cómicos,
unos que trinan, otros afónicos.

Pájaros cuerdos, muchos lunáticos,
unos groseros, otros simpáticos.
Pájaros rígidos, también elásticos,
unos normales y otros fantásticos.

No me miran y se fingen distraídos.
En sus caras todo dice: “Yo no he sido”.

Los fulmino como mirada policiaca.
¿Cuál será el que de lo alto me hizo caca?

Xaviera Torres.
¿Quién fue?
En: ¡Oh, cielos!
Ilustraciones de Natascha Rosenberg.
2022. Bilbao: A fin de cuentos.



martes, 21 de febrero de 2023

Cuando tropiezan las palabras



Quiero decir tantas cosas
que me tropieza la lengua
y al torpezarse se caen
las palabras
de mi boca.

Nuevas,
raras,
medio locas.

La primera que cayó
era solo una palarva.
Redondita,
renacuaja,
de mis labios
se fue al
agua

Le salieron dos alitas.
luego otras dos
y dos más.

Y la pobre se hace bola
siempre que intenta volar.

***

Tengo un estuche divino
con lápices de colores,
un rotulador muy fino
y una goma de robar.

Yo dibujo
y ella roba.

Si me salgo de la raya
me corta el camino.
Si se me tuercen las mates
se ensaña conmigo.

Llévatela.
No la quiero.
No me entiende cuando yerro.

Si me equivoco, borrón.
Barrachucho.
Retachón.

Ahí se queda lo que he escrito.
Que aunque no sea bonito
es mío,
es mío,
es mío.

Sara Suberviola.
Al torpezarse y Goma de robar.
En: Palarvas.
Ilustraciones de Silbia López de Lacalle.
Ganador de XIV Premio de poesía para niños El príncipe preguntón.
2022. Granada: Ediciones de la Diputación de Granada.

lunes, 13 de febrero de 2023

Consejos nocturnos


No sé qué le pasa a la noche que siempre acostumbra a desorbitarlo todo. Los miedos, los problemas, los sinsabores, los desamores… Todo se hace más grande. Silencio, oscuridad y soledad ahuyentan al optimismo, y se instala una atmósfera donde cunde el desánimo. Lo mejor en estos casos es buscar una luz tenue y, a su abrigo, encender un libro para encontrar la salida.

“¿Dónde va, señor poeta?
¿Por qué no está usted en la cama?
¿A dónde sube en pijama
a hora tan inoportuna
por su escalera secreta
tejida con luz de luna?”

“Mire, señora vecina,
voy a asomarme un segundo
a la mirilla del cielo,
a aquel tragaluz profundo,
a la puerta clandestina
de los gatos vagabundos.
Voy a mirar por la luna,
que creo que he oído un ruido
en el rellano del mundo.”

Pedro Mañas.
La mirilla del cielo.
En: La noche en el bolsillo.
Ilustraciones de Mariana Ruiz Johnson.
2022. Pontevedra: Kalandraka.


domingo, 5 de febrero de 2023

Animales de compañía


Perros, gatos, cobayas, tortugas, periquitos, leones, serpientes, macacos, arañas y lagartos. Cualquier tipo de animal es susceptible hoy día de convertirse en mascota. Peligrosos, venenosos, delicados o salvajes. Dan igual sus necesidades, los humanos se conceden el capricho aunque nuestras casas no sea el mejor de los hábitats. ¿Acaso no estarían mejor en sus lugares de origen?
Mientras piensan la respuesta y aprovechando que Iglú ha recuperado El gliptodonte de Jaime Siles, lo cojo de la estantería y les recito un par de poemas a modo de banda sonora. Y es que este libro editado en los noventa por Espasa Calpe en su sello Austral Juvenil, es un verdadero zoológico donde podemos encontrar cualquier especie animal, incluso el extinto pariente de los armadillos. Con un nuevo formato y acompañado de las elegantes ilustraciones de Paula Alenda, este poemario donde la lexicografía es muy sugerente y juguetona, seguro que les interpela.

El suelo sólo se calla
cuando lo pisa el ciempiés.
El ciempiés, que siempre halla
la unicidad de la raya
donde inciden sus cien pies,
convierte en filosofía
analítica el volver
a ser la caligrafía
en la misma orografía
que monotoniza el ser.

***

Se ven al borde del río
Paraná, de voz de brío,
ojos con luz de quinqué.

Largas lenguas de cuchillo
se afilan contra un colmillo.
Nadie sabe para qué.

Y a la luna opone un brillo
en el agua el amarillo
transversal del yacaré.

Jaime Siles.
El ciempiés y Descripción del yacaré.
En: El gliptodonte.
Ilustraciones de Paula Alenda.
2022. Valencia: Iglú.


viernes, 27 de enero de 2023

Medicinas contra el mal humor


Por fin es viernes. Menos mal. Que la mala ostia rebosa. Y mira que yo tengo aguante. Pero nada, los nenes viven rebordecidos y los demás pagamos el pato. Se ve que sus papas (así, sin tilde) les agasajan con demasiada ligereza y a la mínima de cambio se te suben a la chepa. Y si a la rutina laboral le añado la serie de tontos que se interponen en mi trayectoria, el morro se tuerce como la curva del ocho. 
Uno intenta zafarse de tanta problemática a base de comida y libros bonitos, dos remedios que distan mucho de las terapias introspectivas actuales y dejan paso al hedonismo más ilustrado.


Algo parecido le sucede al pequeño Moctezuma, el emperador azteca que protagoniza la historia de hoy, un libro chiquito que nos habla de malas pulgas, remedios ancestrales y tradición precolombina con una factura impecable. Versos con estructura de copla, ilustraciones que parecen extraídas de los códices mexicanos, un glosario de terminología azteca, y mucho (mal)humor son sus bazas.
¡Y no olviden prepararse una taza de chocolate caliente para alejar el cabreo y disfrutar de él a todo trapo!

El monarca Moctezuma
hoy está de mal humor.
Se han cansado de pedirle
que sonría, por favor.

-¡No sonrío! ¡Hoy no quiero!
¡Por favor, déjenme en paz!
¡Que se quede mi ayudante!
¡Que no entre nadie más!

-¡Pero si hay mucho trabajo!
¿Qué no ha oído el caracol?
Ya sonó para la junta,
allá, en el Templo del Sol:

No se olvide que hoy le toca
cuatro códices dictar
y encender el copalito
que le puse en el altar.

Moctezuma patalea
y se pone colorado,
pega un grito que resuena
hasta el próximo poblado:

-¡A volar con los ministros!
¡Con los códices también!
¡Que no quiero ver a nadie
porque no me siento bien!

Nuria Gómez Benet.
El berrinche de Moctezuma.
Ilustraciones de Santiago Solís.
2022. Barcelona: Ekaré.



sábado, 21 de enero de 2023

¡Menudo infierno!


En cierta ocasión, tras una sesión del grupo de lectura que organicé con unos alumnos, empezamos a charlar sobre el concepto de infierno. Salieron a la luz ideas muy vagas y otras más profundas, unas versaban sobre la religión y las menos se relacionaban con la filosofía.
 Era curioso como una idea tan plural había sido absorbida por la teología, sobre todo porque la sociedad lo había permitido. Entonces se me ocurrió hablar de los infiernos particulares, de los deseos insatisfechos, de lo moral, de los pecados, la penitencia y la absolución, del bien y del mal. La cosa fue in crescendo, se puso candente. Pero sonó la campana y allí se quedó. 
Hoy  recupero aquel recuerdo para hablar de la idea de infierno que recoge Dante Alighieri en La divina comedia y que Esperanza Ortega y Cintia Martín han adaptado en forma de álbum. 
A modo de acordeón, este cuento-poema, además de jugar con el formato, nos aproxima a una de las obras clave del renacimiento al mismo tiempo que nos sumerge en multitud de detalles que nos amplían la mirada hacia el universo del Hades.


[…]

“Habrás de bajar antes –me dijo- hasta el infierno,
donde los malos hechos por fin son castigados,
tras un juicio final que se hace a los muertos.
Verás allí a envidiosos, criminales, avaros,
ladrones, mentirosos…, y a quienes por dinero
venden a los amigos o ayudan a malvados”.

Allí encontré a Caronte, que desde una a otra orilla
en la noche su nave conducía en silencio,
sin decirle a ninguno adónde dirigía
la barca que guiaba con sus dos remos negros.
y solamente yo conservaba la vida
entre los que cruzaban el reino de los muertos.

Torbellinos de piedras producían heridas
profundas en la piel de los desnudos cuerpos,
relámpagos atroces en la noche lucían
mientras en el abismo resonaban los truenos,
alaridos de rabia y gritos de agonía
surgían de un tumulto cercado por el fuego.

[…]

Esperanza Ortega.
El maravilloso viaje de Dante.
Ilustraciones de Cintia Martín.
2022. Valladolid: Ediciones Tralarí y Ayuntamiento de Valladolid.



sábado, 14 de enero de 2023

De fiestas y mezcolanzas



Ayer me invitaron a una fiesta de cumpleaños y aquello parecía el camarote de los hermanos Marx. No había visto tanto eclecticismo nunca. Cada uno de su padre y de su madre. Que si un ingeniero aeroespacial, un diseñador de zapatos, un recogevasos de Mali, dos traductoras juradas, el funcionario de prisiones no podía faltar y otra vendía tetas de plástico. Un bioquímico con cara de perdido pululaba en busca de una asistente social. Un actor, dos guacamayos y una gallinácea, el que se dedicaba a la logística de una empresa de camiones y el pinchadiscos trasnochado. Todo muy sui generis, pero nos lo pasamos en grande. Así son las buenas jaranas. Desorbitadas, inexplicables y despiadadas.

[…]

La tripulación era completa: incluía un Limpiabotas,
y un fabricante de capuchas y gorras.
Además, un Abogado, traído para resolver broncas,
y, para evaluar bienes, un Corredor de Bolsa.

Un Apuntador de Billar, cuya habilidad era inmensa,
que hubiese podido ganar más de lo que le correspondía,
de no ser por un Banquero, de muy caras expensas,
que a su cuidado todo el dinero tenía.

Había también un Castor, que recorría la cubierta
o bien a hacer lazos de proa se sentaba:
según el Contramaestre, evitó muchas desgracias ciertas,
aunque ningún marinero supo cómo lo lograba.

Otro también era famoso por el número de cosas
que cuando subió al barco olvidó:
su paraguas, su reloj, todos sus anillos y joyas
y las ropas que para el viaje compró.

Tenía cuarenta y dos baúles, cuidadosamente embalados,
Con su nombre, en cada uno, claramente pintado:
Pero, como había omitido comentar el dato,
Fueron todos, atrás, en la playa abandonados.

La pérdida de sus ropas bien poco le importó,
pues disponía de siete abrigos al llegar,
junto con tres pares de botas, pero fue de todo esto lo peor
que ni su propio nombre pudo recordar.

[…]

Lewis Carroll.
Fragmento de Suspiro primero. El desembarco.
En: La caza del tiburiente.
Tradución de Alberto Ruiz de Samaniego y Xabier Meilán.
Ilustraciones de Óscar Villán.
2022. Pontevedra: Faktoría K de Libros/Kalandraka.



lunes, 9 de enero de 2023

La niebla que cubre enero


Las vacaciones llegan a su fin y una extraña niebla lo cubre todo. Parece que los días felices quedaron atrás y ante nosotros se levanta un muro invisible que no augura nada bueno. Lo desconocido, lo incierto. El horizonte no está claro pero seguimos aquí. Tortuosos caminos. Impracticables senderos. Con el silencio y el eco, con la fría humedad calando los huesos. 
Esperemos que se despejen las horas y podamos ver con claridad. Que todo termine en una tarde de paseo.



                                        Salir a la niebla
                                        era como perderse en la nada.
                                        De pie,
                                                  apenas veías más allá
                                                  de tu brazo extendido.
                                        Al agacharte,
                                                  la niebla se acababa
                                                  a la altura de los tobillos.
                                        A ras de suelo,
                                                 podías ver tan lejos
                                                 como te alcanzaba la vista.
                                        El cielo se caía
                                        sobre nuestras cabezas,
                                        pero no
                                        sobre las cabezas de las hormigas.

Alex Nogués.
Niebla.
En: Una masía.
Ilustraciones de Alba Azaola.
2022. Barcelona: Akiara Books.


viernes, 2 de diciembre de 2022

Vivir en las palabras


Con tan poco fútbol y tanta cerveza, hoy he decidido quedarme en casa. Que gasten otros hasta el último ahorro. La crisis se cierne sobre nosotros y yo la espero como agua de mayo (a saber dónde estemos entonces...) para gastarme lo poco que tengo sin aglomeraciones.
Aguardemos sin prisa en nuestras cuevas el paso del tiempo. Alimentándonos de palabras. Viviendo entre ellas. Leyendo libros como el que hoy sostengo entre las manos. Uno que me tiene embelesado, como no podía ser de otra manera, tratándose de Raúl Vacas y sus versos, uno de esos poetas que navega en la rima infantil como pocos.


Acompañado de mi apreciado David Pintor, vuelve a hacer un ejercicio sin parangón de poesía temática y estilística en su 27 casas. Poemas para entrar a vivir, un recorrido donde, además de acercarnos a sus caprichos verbales (¿Saben lo que es un poema matrioska? Aquí lo aprenderán), se pasea por unos cuantos tipos de composiciones poéticas clásicas como aleluyas, sonetos, haikus y romances.
Con mucho humor, bastante actualidad (veganismo o coronavirus son algunas de las temáticas elegidas) y un gran componente de denuncia social (sí, completísimo este álbum), el autor de Bichos raros o Esto y eso, se atreve con un nuevo abecedario en forma de inmobiliaria globalizada y nos cuenta una buena tanda de historias sobre hogares. Nidos, orfanatos, barcos, rascacielos y estaciones espaciales. Porque cualquier lugar es susceptible de cobijar nuestros corazones.

El lector dentro del libro.
Los osos en las oseras.
La avispa en el avispero.
Las arañas en sus telas.

El águila sobre el nido.
Los lobos en la lobera.
El caracol en su concha.
Los chopos en la chopera.

La hormiga en el hormiguero.
Los grillos en la grillera.
El fantasma en su castillo
y la bruja en su escobera.

La gallina en el nidal.
El cerdo en la cochiquera.
El sapo en el lodazal
y el Panda aparcado fuera.

El ruiseñor en la zarza
y la amapola en la era.
Por el mar corren las liebres;
por el monte, los poetas.

Las vacas en los establos.
El murciélago en la cueva.
Y el libro en las librerías
y en todas las bibliotecas.

Raúl Vacas.
Guarida. Poema para guarecerse.
En: 27 casas. Poemas para quedarse a vivir.
Ilustraciones de David Pintor.
2022. Salamanca: La Guarida.


domingo, 13 de noviembre de 2022

El mejor juguete del mundo


Hoy es el segundo domingo de noviembre y se ha celebrado el día mundial del trabalenguas. Me parece una exaltación curiosa y verdaderamente global pues, teniendo en cuenta que todas las lenguas conocidas poseen sus propios trabalenguas, cualquiera puede festejarlo. Los hay muy divertidos, creativos y sobre todo, difíciles, pero seguro que cualquiera se acuerda de uno que le enseñó su madre, su abuelo o su primo en la más tierna infancia.


Y es que la lengua es un juguete de lo más económico. Nos hace felices con muy poco. Es por eso que hay gente que se divierte con las palabras y de paso, nos hace disfrutar a los demás a carcajada limpia. Este es el caso de Iñigo Astiz, un poeta que sacándole mucho partido a las palabras ha escrito un estupendo poemario (¿o debería llamarlo joemario?) que me ha robado el sentío y con el que podemos pasarnos la tarde del domingo riendo sin cesar. Como muestra, tres poemas juguetones…

Precicisamente ayer
se meme rompió
un espepejo
en este popoema
y todadavía hoy
sisigo sin poder
juntar las pipiezas

***

-¿Cómo se nutren
las plantas?
- Por fotosínteeee… ¡ACHÍS!

-¿A qué se dedicaba
D’Artagnan?
- Era espadaaa… ¡ACHÍS!

-¿Cuál es la capital
de Islandia?
- Reikiaaaaaaa… ¡ACHÍS!

-¿Oye, no estarás
resfriado?
- ¿Yo? Que vaaa… ¡ACHÍS!

***

Ameop etse néibmat
ramall aíreuq
nóicneta ut,
euq olos
etsipsed un ne
nóiccerid al noc óllaf.

Iñigo Astiz.
Piezas, El sabio y Dirección contraria.
En: Puegos y joemas.
Ilustraciones de Maite Mutuberria.
2022. Albuixech: Litera Libros.


lunes, 31 de octubre de 2022

Razones para no celebrar Halloween con libros infantiles


Llamadme anticuado pero nunca me ha gustado Halloween. Quizá esa sea la razón por la que no hago selecciones temáticas sobre este asunto ni que tire cohetes cuando se aproxima la fecha. Incluso me sorprende que otros lo hagan. He aquí mis razones.
En primer lugar hay que hablar de la imposición cultural. ¿Por qué pijo tenemos que celebrar en España una tradición que nada tiene que ver con nosotros? Sí… disfraces, dulces, algarabía… Pero lo que no comprendo es cómo el personal está más puesto en los pormenores de esta fiesta que en los de cualquier otra que se celebre en España. Sin ir más lejos en navidad ya nadie pide el aguilando, pero todos los críos están deseando pronunciar aquello de “¿Truco o trato?” cuando el fin es el mismo. Demencial y triste.
Luego viene el fin consumista de la jarana… Todos los que se pasan el día criticando a los gringos y sus fiestas capitalistas, son los primeros en apuntarse a la moda de pintarse la cara y vestirse de negro. Luego dicen que son muy de izquierdas y que basta de gastar, de darle brío a la tarjeta de crédito... Esto es como el “Yo defiendo la escuela pública pero mis nenes van a la concertada”.


Para terminar me vendrán con que cualquier excusa es buena mientras el objetivo sea la lectura. Carnaval, el día del libro o el de la Tierra. Y llevarán razón si son de esos que necesitan excusas para leer. Yo, por mi parte, y viendo lo que muchas editoriales publican para “celebrar” el evento, me dan ganas de cortarme las venas. Calidad poca y morralla mucha. Casi todo lo que es susceptible de ser reseñado en este día es apto para pasar el rato sin una pizca de literatura o de provocarnos un telele.
Y por favor, no mencionen el terror, porque en Halloween hay de todo menos de eso. Ni suspense, ni tembleques, ni ánimas, ni grajos. Albergan más miedo los versos de Lorca, que todos los libros de esta temática que se han publicado este año.

Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.

* * *

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

* * *

Ángeles negros traían
pañuelos y agua de nieve.

Federico García Lorca.
Abecedario para Federico.
Selección de Antonio Ventura.
Ilustraciones de Juan Vidaurre.
2022. Valencia: Iglú.


sábado, 22 de octubre de 2022

Mi cuerpo pide guerra


Clases, evaluaciones iniciales, reuniones improductivas, actividades domésticas, mover un poco el culo, compromisos de varios tipos, escribir en este cuaderno de bitácora… La vida moderna es un poco complicada, sobre todo si eres un crápula como un servidor, que además de todo eso, te dedicas a la nocturnidad y la alevosía.
Mi cuerpo pide guerra y yo se la voy a dar. Que salga el sol por Antequera. Lo tengo clarísimo. Suena una canción, y se pone a bailar. Le da un rayito de sol, y aflora el rubor. Se ríe y resuena sin ton ni son. Este cuerpo mío sabe lo que quiere: vivir siendo yo.

Pregunto a mi cuerpo
lindo y andante
si estaba conmigo
hace un instante.

* * *

Mi cuerpo es un poema
de nunca acabar,
un saquito de huesos
que cruje al rimar,
un rollito de carne
que sabe cantar.

Juan Kruz Igerabide.
Cuerpo sí, cuerpo no y Cuerpoema.
En: Vivo en mi cuerpo.
Ilustraciones de Ainara Azpiazu.
2022. Barcelona: La Topera.



miércoles, 12 de octubre de 2022

Fiesta nacional


España. Siempre España...

En un país de verdad
pasan cosas de mentira,
es primavera en invierno,
ruge el mar por la avenida.

¿Es un país de verdad
o es un país de mentira?

En un país de mentira
pasan cosas sin sentido,
se juega para estar solo,
en la escuela ya no hay libros.

¿Es un país de mentira
o es un país sin sentido?

En un país sin sentido
pasan cosas imposibles,
te quitan lo que no tienes
y te dan lo que no pides.

¿Es un país sin sentido
o es un país imposible?

En un país de verdad
pasan cosas de verdad,
unas que siempre han pasado
y otras que ya pasarán.

¿Es un país de verdad
o es un país de verdad?

Juan Carlos Martín Ramos.
Crónica de actualidad.
En: Versos de calendario.
Ilustraciones de Teresa Novoa.
2022. Pontevedra: Kalandraka.


viernes, 30 de septiembre de 2022

Deseos incumplidos


De entre todos los caprichos que me he concedido este verano, los que menos he disfrutado han sido los helados. Con esto de mantenerse esbelto y lucir lo mejor posible ante posibles pretendientes y compañeros desahuciados, empiezo a privarme de muchas cosas que me hacen feliz. Hay que solucionar tanta tontería y dejarse llevar por la gula y el disfrute, no sea que se derritan y se esfume el deseo. De este fin de semana no pasa que me zampe una buena porción de helado de turrón, mi favorito junto al de limón. Y si es con los pies rebozados de arena, mucho mejor.



-Vamos a hablar pronto,
antes de que me derrita.
¡Me gustas, cangrejo ermitaño!
¿Te gusta a ti la vainilla?

-Me encanta, me vuelve loco.
Creo que me la comeré toda.
Y si me da por engordar mucho
prepararé el pasaporte,
las maletas
y me iré a vivir al cucurucho.

-¡Mmmmmmm, estás más rico que la fresa,
el chocolate o el mango!
Sin duda soy muy afortunado:
¡salgo un rato a pasear
y se enamora de mí un helado!

-Pues empieza a chuparme ya
que este sol no perdona,
y si no me comes tú enseguida
lo hará la arena tragona.

José María Mayorga.
Helado x Cangrejo ermitaño.
En: Bichos, amor y cosas.
Ilustraciones de Iván Solbes.
2019. Madrid: Nuevo Nueve.


viernes, 17 de junio de 2022

Reflejos sobre uno mismo


El mar. Hubiera deseado pasar la ola de calor junto al mar. Pero no, me toca estar corrigiendo exámenes de recuperación. No sé para qué. Todo es tan yermo, tan inútil, que a veces uno se plantea para qué hacemos ciertas cosas si en realidad sirven de poco. Quizá todo sea como siempre y lo que verdaderamente importa es estar aquí, en el mundo. O quizá no. Preguntarse en voz alta. Responderse en un susurro. Dejarse mecer. Observar lo bello. Transformarlo en algo más hermoso. Ver cómo se reflejan las estrellas. Sobre nosotros. Sobre el mar.


Las personas nacen sin nombre
Luego viene alguien y dice:
Tú te llamas Raquel
Y ya está
Las estrellas también nacen sin nombre
Luego viene Raquel y dice:
Tú eres Cástor, tú eres Pólux, tú eres Maia
Y las estrellas se llaman Cástor, Pólux y Maia
Las estrellas no tienen apellido
Las estrellas no tienen dirección ni bicicleta ni teléfono
Las estrellas están siempre en el cielo
Los peces están siempre en el mar
Raquel no está nunca en el mismo lugar
Raquel está en la casa, en el parque,
En el mar, en la biblioteca,
En el mercado, en la bañera
El parque no está en el mar
El mar está en el corazón del pescador
Raquel está en el cielo
Raquel es una estrella
Y ya está


Micaela Chirif.
Las estrellas.
En: El mar.
Ilustraciones de Armando Fonseca, Amanda Mijangos y Juan Palomino.
Premio de poesía A la orilla del viento 2019.
2019. México: Fondo de Cultura Económica.


viernes, 27 de mayo de 2022

La noche que nos arropa


Cuando asoma el calor urge la necesidad de aligerarnos. Tanto es así que, mientras dormimos en las noches de verano, solo queda la noche como cobijo.


[…]

A veces,
y solo a veces,
quiero escapar y no puedo.
A veces, cuando anochece…
tengo miedo.

Y me escondo en el pijama,
el pijama entre las mantas,
las mantas sobre la cama,
la cama bajo las sombras
y las sombras en mi alma.

Y hasta la cama se escama,
y hasta las sombras se asombran,
y hasta las mantas se espantan,
al sentir en la ventana
un cuervo negro que canta.

[…]

Pedro Mañas
En: La noche es un pijama.
Ilustraciones de Guridi (Raúl Nieto)
2022. Almería: Libre Albedrío.



sábado, 21 de mayo de 2022

Vidas de circo


Con frecuencia pensamos que la poesía nace de lo profundo, ese lugar inaccesible para muchos mortales que, carentes de formación o de sensibilidad, no pueden sentirse atraídos hacia ella ni como lectores, ni mucho menos como creadores. Craso error teniendo en cuenta que la poesía también brota de lo verdaderamente humano, esa esencia que impregna la realidad, pervive en nosotros, y tanto defendemos los monstruos sin complejos ni cortapisas.
La poesía forma parte de nuestro día a día, de esos momentos en los que, por arte de magia, levantamos la vista de lo rutinario y encontramos un momento inspirador que nos atrapa en mitad de una palabra, de un gesto o una sensación. El hallazgo poético no es ni más ni menos que encontrarnos con nosotros mismos y nuestra naturaleza. 
Fortuita o conscientemente, es lo que les sucede a todo el elenco de personajes que conviven bajo la carpa de este Circo que hoy les traigo. Ríen, lloran, hacen piruetas, andan sobre la cuerda floja o lanzan objetos al aire. Una suerte de metáforas que son el mero reflejo de personas anónimas, tan corrientes como tú y como yo, un amplio abanico de pareceres y estares que, con rima o sin ella, revelan nuestra más íntima existencia.


Sale el payaso.
Todos ríen.
Ríe el payaso.
Todos ríen.
Cae el payaso.
Todos ríen.
Gime el payaso.
Todos ríen.

Un niño llora,
se abraza el corazón
y se estremece.
Cada tarde en el parque,
él también es payaso.



Si arroja brevas al vuelo,
cae la sombra de una higuera;
si suelta cuatro pelotas,
le crece un patio a la escuela;
si son botas lo que lanza,
se abre a sus pies una senda;
si utiliza tres paraguas,
se nubla el cielo y jarrea.

Hoy siente frío en las manos
y la soledad le acecha.
Hoy ya tiene preparadas
dos tazas y una tetera.

Todos ríen y La malabarista
Rosa Ureña Plaza.
En: Circo.
Ilustraciones de la autora.
Ganador del Premio de poesía para niños Ciudad de Orihuela 2021.
2022. Vigo: Kalandraka.