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viernes, 21 de junio de 2024

Hogares que son bosques


Se aventura el final de curso y toca darle una vuelta a la casa. Después del recogimiento de esos meses que han quedado atrás, empezamos a aventar nuestros hogares. Lavamos las cortinas y los edredones, quitamos el polvo, cambiamos la ropa de los armarios, sacamos brillo a los azulejos, guardamos los abrigos, limpiamos ventanas y persianas, abonamos las plantas y le damos una mano de pintura a manchas y desconchones. Una suerte de ritual que se repite cada año y nos prepara para el estiaje desde la frescura que se respira en una casa limpia y ordenada. Un espacio que, a modo de bosque umbroso, nos acoge en ese largo paréntesis que es el verano.


Ya llegará el otoño y caerán las hojas. Ya llegará el invierno con su manto blanco. Respiremos ahora en mitad de la calma, cojamos aliento para lo venidero. Detengámonos a escuchar el susurro de lo acontecido. Démonos un respiro. Reposemos sin recelo. Siempre tranquilos.

La flor de la maceta
dentro de casa, muy quieta.
Sueña cada mañana
con volver a ser montaña.

***

La partitura del verano
la teje la araña,
la interpretan chicharras,
los sapos y ranas,
la voz de los grillos
e intensas urracas.

Yo solo cierro los ojos
y escucho desde mi ventana:
teje la araña, teje
y la vida canta, canta.

Mar Benegas.
En: Para decir un bosque.
Fotografías de Ima Garmendia.
Ilustraciones de Laura Borràs.
2024. Barcelona: Yekibud.


lunes, 22 de mayo de 2023

Albacete y su rima


Los albaceteños llevamos muy mal el maltrato que recibe nuestra ciudad en las rimas populares. No sólo porque denigra un tanto el espacio que habitamos, algo incomprensible teniendo en cuenta que está considerada, no por nosotros, sino por algunos estudios, una de las capitales españolas con mejor calidad de vida.
Somos conscientes que nuestras calles no están llenas de edificios históricos, los japoneses no abarrotan nuestros museos ni somos un puerto de primera magnitud, pero sí hay comercio para aburrir, unos servicios municipales que ya quisieran otras, y, sobre todo, una oferta gastronómica y lúdica sin parangón.


De esto ha debido darse cuenta Mar Benegas a la hora de incluir el nombre de nuestra ciudad en su último poemario y desligarla así de soeces varias que nos han hecho flaco favor a lo largo de los años. Así que lean Contar del humo al vente, un libro ilustrado por María Ramos que, con mucho humor, nos invita a caminar por los números de una forma muy especial, sino también a perdernos por el disparate y el sinsentido, dos recursos que, bien utilizados, siempre son síntoma de buen gusto.

Una,
de aceituna.
Dos,
le da la tos.

Tres,
que no la ves.

Cuatro,
va al teatro.

Cinco,
pega un brinco.

Seis,
toda de beis.

Siete,
barrilete.

Ocho,
de bizcocho.

Nueve,
a la nieve.

Diez,
color de pez.

Once,
son de bronce.

Doce,
dando coces.

Trece,
todo mece.

Catorce,
de alcorce.

Quince,
como un lince.

Dieciséis,
no las veis.

Di Albacete:
¡cacahuete!

(Canción de elegir)

Mar Benegas.
Di Albacete.
En: Contar del humo al vente.
Ilustraciones de María Ramos.
2023. Madrid: Pastel de luna.


martes, 18 de abril de 2023

Monstruos culinarios


Nadie hace el cocido como mi madre. Ni las lentejas, ni las croquetas, ni las albóndigas, ni el arroz caldoso. Supongo que todos pensarán lo mismo de la suya. “Mi madre guisa estupendamente”. Eso es porque le pone mucho amor, dedicación y parsimonia. Es meticulosa, no abusa de la grasa ni los aceites, tampoco de la sal ni de las especias. Algo que tiene como resultado una comida ligera, pero sabrosa.
Yo le he dado alcance en ciertas ocasiones. Con el guisado de costillas y el asado de cordero, el sabor ha estado muy igualado, pero con otros platos es casi imposible rozar su perfección. Lo de la bechamel es toda una incógnita. Mira que observo, utilizo las mismas cantidades, idénticos productos y técnicas similares, pero nada, no hay manera de conseguir un resultado parecido. Espero cogerle el punto pronto y transformarme en un monstruo de la cocina. Como los que nos traen Mar Benegas y Ana G. Lartitegui en un libro simpático y alocado que se basa en el recurso de las solapas móviles.
Montones de monstruos que divierten, inspiran y abren el apetito (¡Vaya platos más jugosos se han marcado!). Mientras que la ilustradora juega con el bodegón y la pareidolia para marcarse un claro homenaje a Giuseppe Arcimboldo, la poeta nos descubre las enormes posibilidades de alimentos, vajillas, cuberterías y electrodomésticos a golpe de rima.
Casi 200.000 engendros diferentes que, a golpe de dedo, pueden habitar cualquier fogón pero, sobre todo, nuestra imaginación.

De sopa bien calentita
su cabeza es un puchero.
Tiene nariz de tortilla
y sus dientes son de fuego.
Un cuerpo de kiwi y piña
y de yogures enteros.
Barriga de col y endivia
con seis picantes pimientos.
Dos panes sus pantorrillas
de semillas y centeno.
Usa unas botas alpinas
en sus pies de caramelo.


Cabeza de artillería,
lo ralla todo sin peros:
espaguetis, tinta china,
tomates o chubasqueros.
Los brazos son golosinas
con dedos de caramelo.
Cintura de lata fina
donde comen los jilgueros.
Con piernas de mandarina
que huelen a limonero,
echa raíces finitas
que se enredan en tu pelo.

Mar Benegas.
En: Monstruos de cocina.
Ilustraciones de Ana G. Lartitegui.
2023. Barcelona: Combel.



viernes, 24 de enero de 2020

De operación bikini



Con los gimnasios y otros centros del bienestar hasta la bandera, comenzamos la operación bikini con bastante antelación. Ya saben que la Navidad ha hecho estragos en nuestras anatomías y hay que recuperar la línea, que luego llegan los calores y hemos de destaparnos las vergüenzas. No es que haya que ponerse en modo fideo -ya saben que donde hay chicha, también hay alegría-, pero sí evitar los excesos, que luego nos pasan la minuta las enfermedades cardiovasculares. Berzas, borrajas, alcachofas y bien de legumbres, menear un poco el culo, y a lucir un palmito espectacular. Si por el contrario se deciden por la comida ultraprocesada, los salsotes (que no salseos), los embutidos y todo tipo de derivados harinosos, ya pueden seguir soñando.
Hagan lo que quieran, pues yo soy más de interiores, pero luego no vengan con sus culpas, lloren y aduzcan aquello de “¡Si no comí nada!”…

[…]

-Por favor, doctor,
haga que no duela.
-¿Será que ha comido
exceso de abuelas?

Salen de una en una
haciendo calceta,
cuentan veintiuna
y tres bicicletas.

-¡Me duele la tripa!
¿Y ahora qué es?
Si son los cerditos,
¡solo comí tres!

Y salen tres cerdos,
con paja y madera,
trescientos ladrillos
y una hormigonera.

[…]

Mar Benegas.
En: ¡Si no comí nada!
Ilustraciones de Andreu Llinàs.
2019. Barcelona: Combel.



viernes, 26 de abril de 2019

Próxima estación: la primavera



A la primavera, esa del calorcete, las flores, los insectos y la alergia, le está costando arrancar. Está claro que es una época de inestabilidad atmosférica, y que tan pronto hace viento, como refresca, llueve, o sale el sol, pero me parece a mí que lo de los últimos días podríamos encuadrarlo en el pleno invierno…
Hoy ha hecho acto de presencia el astro rey, cosa que me alegra soberanamente (más todavía siendo la llamada "noche de los libros"). Veremos qué nos aguarda mañana, que a los caracoles y a los humanos nos apetece seguir saludándolo y que de paso, brote la primavera.



E

Hay esperanza:
la flor entre el asfalto,
la primavera.

 […]

I

Y la ilusión…
Pequeña luz tilila
dentro del bosque.

[…]

V

Vive la vida:
pequeño colibrí
sobre las flores.

Mar Benegas.
En: Abecedario del cuerpo imaginado.
Ilustraciones de Raúl Nieto, Guridi.
2014. Barcelona: A Buen Paso.



viernes, 28 de septiembre de 2018

Especialistas en adivinanzas



Me gustan las adivinanzas. Tienen algo bonito. El ritmo, la rima, los mil y un intentos. Dar vueltas sobre las palabras, rodear las pistas. Todavía recuerdo las competiciones de adivinanzas familiares… Mi hermana, era (y es) muy rápida, una chica avispada. Mientras yo tardaba en dar en el clavo, ella siempre ganaba. ¡Y eso que mi madre siempre decía las mismas…! Pero a un servidor se le olvidaban... Mi hermana era como el ratón de la historia donde el viento soplaba adivinanzas.

[…]

Soy muy transparente,
o color azul.
Soy fuerte, soy suave,
de huracán o tul.

Los pájaros vuelan,
rugen las tormentas.
Tengo nidos, nubes
y muchas cometas.

A ver si adivinas,
si sabes quién soy:
juego y te despeino,
te soplo y me voy.

[…]

Mar Benegas.
En: Blanco como nieve.
Ilustraciones de Andrea Antinori.
2018. España: A buen paso.


viernes, 12 de enero de 2018

Versos para todos los colores


Cuando estamos azules y tranquilos queremos sentirnos rojos y vivos. Alcanzamos el rojo y de repente buscamos el verde sereno. Entonces el verde nos parece poco y nos decantamos por el radiante amarillo. Rojos, azules, verdes, amarillos... la cuestión es estar de un color u otro, pero estar. Y si no los tienes todos, pídelos. ¿Quién quiere un arco iris que yo se lo presto?

Te cuento que hay un iglú
donde vive un pez azul,
que te dice: glu, glu, glu.
¿Es azul el pez azul?

[…]

Te cuento que el cielo azul,
por si no lo sabes tú,
lleva un vestido de tul.
¿Es azul el cielo azul?

[...]


Mar Benegas.
En: El libro azul.
Colección Cocolor.
2017. Litera-Libros: Albuixech.


viernes, 29 de septiembre de 2017

Termina septiembre


Termina septiembre, 
lo vamos dejando...

Y en las tardes amarillas 
me acuerdo callado 
del mar de otro tiempo, 
del verano lejano. 

Mecían las olas tu risa, 
tan tranquilas nos arrullaban, 
que en ese vaivén flotante, 
terminé dormido entre peces.

Termina septiembre, 
lo vamos llorando...

*     *     *

Tantos peces en el mar
como niños que se pierden
buscando playas mejores
en barcos que no sostienen.

Tantos niños en el mar
pececillos que se pierden
niña barco flotará
trayéndolos sonrientes.

Tantos miedos en el mar
tantos niñitos y peces
con la niña volverán
en su barquito de nueces.

Mar Benegas
La niña barco.
En: Las niñas o cómo suceden las cosas.
Ilustraciones de Rocío Araya.
2017. Valencia: Litera Libros.


viernes, 2 de junio de 2017

Junio o los monstruos salen a la calle


Escaparate de Wild At Heart, 20 Pimlico Road, Belgravia, Londres.

Brilla el sol. Junio ha llegado. Y los monstruos españoles salen a la calle. Me los encuentro por todos lados. De caseta en caseta por elPaseo de Carruajes (¿Quién le cambiaría el nombre?) del Retiro madrileño, morando el bosque infinito de Ríocantos, o contando cuentos en los jardines del Palacio del Infantado de Guadalajara. Cada vez más monstruos salen de su letargo. Y yo me alegro de que también se abra ese armario.

Debajo de la cama
o cruzando el mar,
me llame Alicia
o me llame Max:
¿los monstruos habitan
en un gran armario
o será en este cuerpo
que visto a diario?

Mar Benegas.
Donde viven los monstruos.
En: Versos como una casa.
Ilustraciones de Francisca Yáñez.
2017. España: A buen paso.


viernes, 18 de noviembre de 2016

Reparando sueños


Hay mil maneras de romper un sueño. Unos se quiebran a base de puntapiés, mientras que otros lo hacen delicadamente: y a costa de un beso inesperado. Hay sueños de unos que destrozan sueños de otros, los peor parados. Hay sueños que se desinflan con el paso del tiempo y otros que revientan de éxito desmesurado. Los hay que se estampan con la cruda realidad y otros que se van construyendo paso a paso. También tenemos los que no paran de batir las alas y se pierden en un vuelo, a los desnutridos, a los que merman a mordiscos... ¡Cuiden a sus sueños! ¡Estoy harto de verlos tullidos y desamparados!... No se olviden de alimentarlos, acurrúquense junto a ellos en invierno y mójenlos en verano, y, si ven la mínima fisura, acudan al médico, el sabrá cómo repararlos...

Con hilo de coser o pegamento
y aquel temblor que has de robarle al viento.

Migas de pan o una cinta adhesiva
y un poco de ilusión que aún esté viva.

Tal vez cemento o barro de montaña
bien mezclado con lluvia del mañana.

Con risas, plastilina y alboroto
-te digo, te aseguro y te lo anoto-,
se puede reparar un sueño roto.

Mar Benegas.
Canción para reparar sueños rotos.
En: ¿Qué soñarán las camas?
Ilustraciones de Ester García.
2016. Alicante: Libre Albedrío.


viernes, 2 de octubre de 2015

Montar el circo...


No soy un hombre circense aunque algunos me tachen de ello... Quizá un hombre orquesta, estrambótico o llamativo, pero no me gusta el espectáculo, sobre todo porque ya hay muchos que gustan de serlo y montar un número vayan donde vayan. Se ve que últimamente se lleva lo de dar el cante y dar poco el callo, una forma de sobrevivir, vender humo o engatusar a otros. ¡Qué pena que ya no queden directores de circo que, como Don Nicanor, pongan orden entre tigres, monos, pingüinos y osos...! Y dando así buena cuenta que todavía quedan personas que hacen que el mundo gire por una pizquita de amor.

Este es Don Nicanor,
que vivía en una flor.
Esto que os voy a contar
lo saben aquí y allá:
que el bueno de Nicanor
montó un circo por amor.

Un día se fue a una granja
y vio una vaca naranja.
Ella se llamaba Paca
y estaba requeteflaca,
miraba el suelo temblando
y lloraba sin descanso.

-Es que me quieren matar
porque leche no doy ya.
¿Cómo voy a dar yo leche?
No es porque yo lo sospeche:
no soy vaca, soy un tigre,
yo sólo quiero ser libre.

[…]

Mar Benegas.
En: Cómo abrió Don Nicanor el gran circo volador.
Ilustraciones de Ximo Abadía.
2015. Sevilla: Tres Tristes Tigres.


viernes, 5 de junio de 2015

Buscando personajes...


En ocasiones, mientras los alumnos terminan los ejercicios (yo soy de los que mandan pocos deberes para hacer en casa), cojo el primer papel que veo y empiezo a garabatearlo, buscando alguna línea que me inspire, que me evoque una figura. Continuo con ella buscando los volúmenes, topándome con las sombras, con el gesto, y, tras haber finalizado la obra y levantar la mirada, me topo con las caras embobadas de mis alumnos pidiéndome el sencillo boceto a modo de regalo, a lo que asiento y objeto que no es difícil dibujar algo, es cuestión de encontrarlo…

Con una gran cereza
haremos la cabeza.
Serán tres las hormigas
para hacer la barriga.
Poniendo dos linternas
tenemos las dos piernas.
Un pez y el otro pez,
así quedan los pies.
Con dos bonitos lazos
haremos los dos brazos.
De trigo muchos granos
para que tenga manos.
[…]

Mar Benegas.
En: ¿Le pondremos un bigote?
Ilustraciones de Lalalimola.
2015. Barcelona: Combel.


lunes, 18 de mayo de 2015

Poesía inmejorable


Debido a una serie de desventuras que tienen que ver más con mi faceta de amo de casa que con otra cosa, me es grato empezar la semana con un poco de poesía (¡Que la rima nos alegre este lunes, oiga usted!) a tenor de esta selección que ha preparado el Club Kirico (empezamos otra vez con los "ranking", perdónennos) y en la que se incluyen muchas de las propuestas que voy recogiendo en estos lares. De entre estas, hoy me he decantado por reseñar uno de los libros del año en su categoría (Mar Benegas, Olga Capdevila y Editorial A buen, mi enhorabuena) y que además nos deja jugar, inventar, descubrir, interactuar... ¡Los lunes, para los protagonistas!
Lo cierto es que, ignorando la campaña electoral y otros males que nos asolan, es una buena forma de hacerles llegar algo de ritmo y melodía; dejarles sucumbir a ese leve encantamiento escolar… ¿Qué tendrá la métrica infantil que siempre me recuerda a mis años de colegial...?
- Quizá sea su dulzura…
- ¡No, no! ¡La poesía para niños puede ser muy cruel, horrible, feroz!
- Quizá sea su brevedad….
- ¡De eso nada! ¡Hay poemas interminables, soporíferos, mayúsculos, morrocotudos!
- Quizá sea su trivialidad…
- ¡Tonterías! ¡Son mensajes profundos, hermosos, atemporales, canallas, “espialidosos”!
- ¡Ya está! Es porque la poesía nos hace soñar.
Y no dije nada…

Salpica sus sueños:
somnolientos señuelos saltan
(son seiscientas sardinas suaves
sosegando su soñar),
sonríe.

Susurrante suena:
sssshhhhh-shucu-shucu-shucu-shucu-shu.
Silba suavemente, siseante:
shucu-shucu-shucu-shu sssssshhhhhh.

Se sabe:
siempre se sueña sintiendo su sinuoso
susurrar.

Mar Benegas.
En: Con el ojo de la i.
Ilustraciones de Olga Capdevila.
2015. Barcelona: A buen paso.


viernes, 28 de noviembre de 2014

¡Sonríe!


De unos años a esta parte la risoterapia se ha convertido en una de las asignaturas indispensables en todas las asociaciones de jubilados, centros juveniles y casas de la cultura de barrios y pedanías, colegios y escuelas de toda índole, para hacer frente, no solo a la apatía y tristeza instalada en una sociedad pobre y desahuciada, sino para mejorar la salud física y mental de abuelos, nietos, suegras, amigos y vecinos.
¡Oh, la risa! ¡Bendita contracción del diafragma! ¡Saludable curvatura de los labios! ¡Y sonoro gorjeo de las cuerdas vocales! ¿Qué sería de nosotros sin la risa y sin la gente risueña?

"Pies pecigüelos
que se ría el abuelo,
piernas piernucas
que se ría la hermanuca,
manos manete,
que se ría tu papete,
brazos brazá,
que se ría tu mamá,
frente frentuela,
que se ría la abuela,
panzuela y panzón,
¡ahora me río yo!"

Darabuc (Gonzalo García Rodríguez)
"Caricia de la panzuela".
En: "44 poemas para leer con niños".
Selección de Mar Benegas.
2014. Albuixech (Valencia): Editorial Lit-era.


viernes, 4 de abril de 2014

Otra de extraños bichos


Y continuando con esta primavera en pleno movimiento (¿Cuándo terminará la inestabilidad atmosférica? ¡O frío, o calor!), aquí llega otra de bichos un tanto especiales que, con un poco de creatividad nos amenicen este viernes que augura reuniones familiares, tardes con amigos (¡Que se note que restamos recién cobrados!) o, por qué no, un fin de semana tirado en el sofá (aunque yo prefiera las dos primeras opciones). ¡Disfruten!

Cint-hurón

Un animal muy extraño
con carita de ratón.
No vieven en madriguera,
prefieren un pantalón.

Tacaraña

No da ni los buenos días,
por no darlos, esta araña.
Sus telas tienen fronteras
que vigila siempre huraña.

Orumística

Esta oruga espiritual
sólo piensa en una cosa:
en alcanzar el nirvana
y ser por fin mariposa.

Gorrigones

Pajarillos mu pequeños
que son como los gorriones.
Tienen morro y se lo pisan
además de ser gorrones.

Mar Benegas.
En: A lo bestia.
Ilustraciones de Guridi.
2014. Albuixech: Litera-libros.