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viernes, 29 de noviembre de 2024

Humor que divierte y engancha


Mira que me gusta un libro divertido. Y si es después de una semana como esta, mucho más. No entiendo el empeño de los llamados agentes culturales en ponerse trascendentales e intimistas. Si lo que necesitamos los seres humanos es algo de cachondeo para enfrentarnos a las miserias cotidianas, ¿por qué no nos dejarán reírnos sin mesura? Hasta se han inventado un tipo de humor para aburrir a las piedras. Dignificación, corrección política, impostura… Solo hay que ver los "late night" de moda. Para cortarse las venas...


¡Ya basta, caris! Yo lo que necesito es un libro como el de hoy, con mucho ritmo, situaciones absurdas, jocosas, humanas e ideal para celebrar el Día de las bibliotecas. Imaginen: una auxiliar le entrega el mando de la Biblioteca Nacional a un cerdo un tanto cobarde. A partir de ahí, todo es pura fantasía. Una panda de borrachos y bandarras, esa araña tocapelotas, personajes de cuento hechos un asco, limpiadoras en huelga, una ola de frío polar (como la que necesitamos), mucha escatología, mala educación y hasta un paro cardíaco. No falta de nada. Ni siquiera versos, rima consonante, consejos bibliotecarios y guardas epitextuales. ¡A disfrutarlo!


[…]
Érase un día azotado por el viento,
érase un día de clima turbulento,
érase un día tan frío que pelaba,
que llovía, nevaba, granizaba.

Cerraron calles, colegios, parques,
quedaron en casa los estudiantes,
salvo un gorrino cabeza hueca
que, sorprendido por la tormenta,
buscó refugio en la biblioteca.

Allí la encargada, una tal doña Socorro,
lo recibió con guantes, abrigo y gorro.
-Me voy –dijo-, que tengo jaqueca.
¿Cuidarás hasta las cinco de la biblioteca?

Aceptó el gorrino la propuesta
y partió doña Socorro toda presta,
dejándole con una araña peluda
que hojeaba un manual de costura.

Era el gorrino muy dulce y obediente,
pero también, ha de decirse, poco valiente.
¿Es necesario, pensaréis, ser aguerrido?
¡Cuidar de los libros es pan comido!

Veréis, todo iba a pedir de boca
hasta que entró en la sala una oca
liderando a una banda de cretinos
que venían de una cata de vinos.
[…]

Marta Azcona.
En: Desventuras de un cerdo colosal en la Biblioteca Nacional.
Ilustraciones de Anna Font.
2024. Barcelona: Takatuka.


viernes, 22 de noviembre de 2024

En las raíces de los árboles


La omnipresencia del bosque en gran parte de los cuentos tradicionales es un hecho más que evidente, sobre todo en los de nuestras latitudes. El bosque, ese espacio ideal para ocultar un crimen, perfecto para esconderse, ese refugio ante las amenazas y escenario de aventuras inesperadas. Incluso nos provee de alimentos con los que poder sobrevivir. El bosque es un todo y por ello tiene una posición privilegiada en las narraciones que nos acompañan desde que la especie humana ha buscado en las historias una forma de entretenimiento. Y aunque hay muchos tipos de bosques, en ninguno de estos pueden faltar árboles. Árboles pequeños o grandes, de hoja perenne o caduca. Incluso un único árbol puede formar el bosque.
Por esa razón, hoy termino con este pequeño homenaje a todos esos árboles que guardan en sus raíces la magia de las palabras que los humanos nos regalamos entre nosotros por mera generosidad.


¿Con qué sueñan los árboles?

Sueñan con ver la luna y las estrellas,
con los duendes y las hadas.
Sueñan con tener luz y agua,
con viento y brumas.
Sueñan con juegos de niños,
con tener nidos y casa colgadas.
Sueñan con ser verdes y altos,
con palabras de enamorados.
Sueñan con ser viejos
y caminar como sus ancestros.
Sueñan con tocar las nubes
y volar con el viento.

***

¿Tienen pesadillas?

Desiertos, antorchas, hachas,
riadas, minas, carreteras,
basuras y riquezas
asustan a los árboles.
Les secan las raíces,
les tiran las hojas,
les separan la corteza,
les cuartean las ramas.
Pero la naturaleza
les regalo dos dones:

Los árboles tienen sueños
y los árboles nunca se rinden.

Javier Sobrino.
En: Plantar el mundo.
Ilustraciones de Concha Pasamar.
2024. Barcelona: Akiara.


viernes, 8 de noviembre de 2024

¡Cuánto listo suelto...!


Yo, que algo sé de inteligencia (y no porque la tenga, sino porque la cuantifique), he de decir que últimamente escasea. Más que nada porque si hace décadas abundábamos los tontos, hoy día los listos germinan en cada esquina.
Paradoja enorme la que nos ocupa, pues muchos listos de ahora pasarían por tontos de antes. Solo que, echando mano de morro y traje, se acomodan en cualquier oficina, campo de fútbol u obra cercana a impartir catequesis.
Mire usted, que yo no estoy pa’ ostias. Ni consagradas ni como panes. Ya me dedico a cosas serias como romper platos, destripar conejos y germinar limones. Para vos la perra gorda que yo hace tiempo que dejé de compararme la chorra. Y a sabiendas le digo: bienaventurados los listos, que los calemos pronto y se vayan a lo más alto. Porque este tonto se queda en la tierra, viviendo y soñando.

Yo diría que habla un poco más alto que los demás
Los demás somos casi siempre estúpidos
Y tenemos un hermano gemelo también estúpido
Si nos gustan las galletas es porque nos gustan las galletas
Si calentamos agua se nos derrama la leche
No hay manera de acertarle las quinielas a un listo
Se creen la nodriza de Mallarmé
Mientras uno hace un esfuerzo para explicarse
Él ya ha hecho el gesto de que no te está comprendiendo
A lo mejor es verdad y el listo no entiende tanto como parece
Un listo te pide cigarrillos y le das cigarrillos
Al mes siguiente te pide acciones en la Tabacalera
Cuando estás como siempre el listo está siempre mejor
No hay manera de quitarle la silla a un listo
Gracias a dios la mujer de un listo
No es tan lista como el mismísimo listo
Un listo no se come las uñas, se come el cerebro
El listo no lleva papeles en el bolsillo, lleva papiros
Yo diría que por eso habla un poco más alto que los demás

Juan Carlos Mestre.
Retrato del listo.
En: La historia del movimiento obrero de las hormigas.
Ilustraciones del autor.
2024. Pontevedra: Kalandraka.


viernes, 4 de octubre de 2024

Las plantas y yo


Muchos de ustedes no saben que soy biólogo. Y muchos menos que en mis años de universidad me especialicé en el universo de las plantas, de la botánica. En realidad cursé dos especialidades, pero en el expediente académico solo podía figurar una y elegí esa. Me parecía tan minoritaria como hermosa. Un saber de otro tiempo propio de valientes que no buscaban el éxito que se les presuponían a la genética o la biotecnología.
No sé qué me llevo a las plantas. Quizá fue el veneno del que nos hablaba Maruja, mi profesora más inspiradora. Uno que te tocaba de por vida sin motivo aparente. En realidad, yo ya me dedicaba a la botánica mucho antes de llegar a la universidad. Con mis abuelos, con mi padre y mi madre. Gente del campo que sabía de frutas, hortalizas, verdura y cereales. Y para lo que no sabían ellos, tenía guías y manuales.


Es por eso que me ha gustado tanto el herbario de hoy, uno creado con versos para rendir tributo a Dulce María Loynaz y que viene a sustituir al que hilvanó en sus años de juventud y fue devorado por las polillas. Una reconstrucción emotiva y seguramente muy diferente, pero que abraza con sentimiento el mundo vegetal, uno tan inspirador y necesario en cualquier etapa vital, más todavía en la infancia, esa patria compartida que trepa a los árboles, deshoja margaritas y rueda por la hierba.

Recuerdo de infancia:
carros cargados de helecho
tirados por bueyes
bajando por la montaña;
el freno de madera
cantando saetas al viento;
ausencia de esmeraldas,
solo el aliento verde de los prados.

***

Los equisetos de tupidas barbas
vigilan con semblante serio el riachuelo
que los voraces humanos han despoblado
de cangrejos y piscardos,
bailarines que alegraban sus cauces.
La corriente sigue su camino valle abajo,
jugando a la rayuela con los guijarros,
bajo la atenta mirada de los equisetos,
que se atusan las barbas.

Juan Kruz Igerabide.
Helecho y Cola de caballo, equiseto.
En: Dulce herbario.
Ilustraciones de Mo Gutiérrez Serna.
2024. Vigo: Creotz.

viernes, 27 de septiembre de 2024

La importancia del desayuno


El desayuno es la comida más importante del día. Que me lo digan a mí, que me pongo las botas a diario. Jamón serrano, tomate, aguacate, huevos fritos, leche, avena… No sé cómo mi peso sigue estable si me pongo como quiero. Y si da la casualidad que me topo con un buffet libre o un greasy cafe, la gente no da crédito al verme tragar tan de buena mañana.
De hecho, todavía no entiendo a quiénes son capaces de sobrevivir a una mañana de trajín con tan solo un café o un vaso de leche y cuatro galletas. Debería estar prohibido por ley desayunar de manera tan pobre. No es saludable. Mucho menos cuando hablas de niños y jóvenes, personas en pleno desarrollo que necesitan buena cantidad de nutrientes para correr, saltar, estudiar y hacerse vivos durante la jornada escolar.


Mi padre lo tenía muy claro: de casa no se sale sin un buen desayuno. Y aquí sigo, dándolo todo y animándoos a seguir el ejemplo con unos versos matutinos de Leire Bilbao, cuya obra está siendo traducida al castellano de manera exquisita por la editorial Kalandraka, con la inmejorable compañía de Maite Mutuberria y sus ilustraciones. ¡Que aproveche!

Y de sorbo en sorbo
bigote de leche.
Y de sorbo en sorbo
la barba de leche.
Y de sorbo en sorbo
un lago de leche
dentro de mi boca.
Que no se caiga
ni una sola gota.
La mala leche 
de mamá no se agota
tan de sorbo en sorbo
en el aire flota.

***

La cucharilla con el tazón
¡clin-clin-clon!
compone una canción.
¡Clin-clin-clon!
Hasta terminar el desayuno
nadie se levanta de la mesa.
Cuatro, tres, dos, uno…
¡Sacudamos la pereza!

Leire Bilbao.
En: Onomatopoemas y otros pequeños sonidos.
Ilustraciones de Maite Mutuberria.
2024. Kalandraka: Pontevedra.
 

viernes, 21 de junio de 2024

Hogares que son bosques


Se aventura el final de curso y toca darle una vuelta a la casa. Después del recogimiento de esos meses que han quedado atrás, empezamos a aventar nuestros hogares. Lavamos las cortinas y los edredones, quitamos el polvo, cambiamos la ropa de los armarios, sacamos brillo a los azulejos, guardamos los abrigos, limpiamos ventanas y persianas, abonamos las plantas y le damos una mano de pintura a manchas y desconchones. Una suerte de ritual que se repite cada año y nos prepara para el estiaje desde la frescura que se respira en una casa limpia y ordenada. Un espacio que, a modo de bosque umbroso, nos acoge en ese largo paréntesis que es el verano.


Ya llegará el otoño y caerán las hojas. Ya llegará el invierno con su manto blanco. Respiremos ahora en mitad de la calma, cojamos aliento para lo venidero. Detengámonos a escuchar el susurro de lo acontecido. Démonos un respiro. Reposemos sin recelo. Siempre tranquilos.

La flor de la maceta
dentro de casa, muy quieta.
Sueña cada mañana
con volver a ser montaña.

***

La partitura del verano
la teje la araña,
la interpretan chicharras,
los sapos y ranas,
la voz de los grillos
e intensas urracas.

Yo solo cierro los ojos
y escucho desde mi ventana:
teje la araña, teje
y la vida canta, canta.

Mar Benegas.
En: Para decir un bosque.
Fotografías de Ima Garmendia.
Ilustraciones de Laura Borràs.
2024. Barcelona: Yekibud.


viernes, 7 de junio de 2024

Profundo


Jondo procede de hondo. A veces me pierdo en lo jondo y otras en lo hondo. Quizá en la una encuentre más poesía, quizá en la otra me precipite de manera súbita. Una palabra que siempre acompaña al flamenco, ese arte que llevo disfrutando toda la vida gracias a mi padre. Quizá pueda hacerse extensivo a más parcelas de la vida, pues no todo habita la superficialidad y, en esa amalgama extraña de sentidos y sinsentidos, de palabras que pronunciamos y que quedan por pronunciar, de repente hallamos en la profundidad del abismo nuestro lado más monstruoso, más humano.

Lo hondo será mañana la zanja,
el hoyo, el barranco, el surco.

Será donde beban las raíces
en la tierra vieja.

Será la espesura del bosque,
la pisada en la nube.

Será donde perder pie en el río,
hundirse en la nieve recién caída.

Será el vértigo de lo negro.
Será una garganta.

Será un pozo donde mirarse a los ojos la luna
y las estrellas.

Isabel Cobo.
Lo hondo.
En: Mañana.
Ilustraciones de Raquel Marín.
2024. Pontevedra: Kalandraka.


sábado, 25 de mayo de 2024

Cambio de tercio poético


Hace unos días llegó a mis manos el libro ganador de la última convocatoria del premio de poesía infantil Ciudad de Orihuela, organizado por la concejalía de educación de esta localidad junto a la editorial Kalandraka, y he de admitir que me ha encantado.
Aunque muchos esperarían un libro de rima consonante donde los juegos de palabras, rimas y cadencias estén muy presentes, los monstruos tenemos que empezar a cambiar el chip sobre los poemarios dirigidos a un público que también evoluciona, necesita baños de realidad y demanda espíritu crítico.


Es así como aparece en escena un puñado de creaciones que se lanzan al refrigerio de este género esgrimiendo sutilezas y frescuras. Poesías que no quieren que las lean y otros golpes de humor, noticias y sucesos, alegatos sobre la contaminación ambiental, juegos infográficos, tipográficos y publicitarios... Si esto fuera poco para un poemario, esta edición le saca mucho más brillo añadiendo una serie de fotografías intervenidas a golpe de ilustración (¿o es al revés?), que operan en un sentido metafórico y caricaturesco.
Creo que la cosa va bien. Al menos, parece que los poemas para niños empiezan a parecerse al mundo en el que vivimos.

¿Tostado o quemado?

Las editoriales tienen un enorme horno
donde hacen sus libros,
pero no sé por qué esa manía de cocerlos de más.
Horas y horas me paso en las librerías buscando
un libro que esté poco hecho.
Nada que hacer.
Las letras todas negras,
todos los libros cocidos de más.

***

Lobo de cuento (Next Departures)

«Caperucita Roja»
CANCELADO

«Los tres cerditos»
CANCELADO

«Los siete cabritillos»
CON RETRASO

«Pedro y el lobo»
CANCELADO

«Tío Lobo»
CON RETRASO
CANCELADO
DELAYED

ATENCIÓN SEÑORES LOBOS, LAMENTAMOS INFORMARLES
NO HAY NINÚN CUENTO PREVISTO PARA ESTA NOCHE
PORQUE TODOS LOS NIÑOS
ESTÁN YA DORMIDOS.

Javier González.
En: Experto Excalador de Excaleras.
Ilustraciones de Lluïsot.
Fotografías de Flormujer.
2024. Pontevedra: Kalandraka.


domingo, 19 de mayo de 2024

¡Malditos noviazgos!


El tiempo me ha enseñado que las parejas, por separado, mucho mejor. Mira que me lo decía un compañero de piso. “Compartir con unos novios es muy difícil porque hacen piña y siempre salen ganando”. Por aquel entonces, yo era joven e inexperto y no sabía qué decir, pero con el tiempo he ido madurando la idea de que las parejas tienen una idiosincrasia muy diferente a la de los que vivimos en soledad. Sobre todo, cuando no hay familia, que eso es otra cosa.
Están sumidos en un ecosistema que solo ellos entienden y con unas variables muy particulares (pónganles el nombre que quieran). Lo peor viene cuando juegan en equipo sin percatarse de que la vida es un deporte individual. Que por mucho que se empeñen, cada uno tiene sus circunstancias, y si te enganchas con una brida a otra persona, acabas despeñado en la derrota. Todo, en su justa medida.
Fíjense en este par de lagartos. Llorando por un anillo… ¡Habrase visto…!

El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer
su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay, cómo lloran y lloran!
¡Ay!, ¡ay!, ¡cómo están llorando!

Federico García Lorca.
El lagarto está llorando.
En: Paisaje de un día.
Ilutraciones de Isol.
2024. Barcelona: Takatuka.


miércoles, 1 de mayo de 2024

Frustrados por el trabajo


Se calcula que un treinta por ciento de los trabajadores españoles no están satisfechos con su ocupación. Mientras unos aducen falta de incentivos, otros expresan sus frustraciones tras darse de bruces con la elección incorrecta. 


A veces pienso que todo se resume en esas falsas expectativas que todos tenemos durante nuestros años escolares, cuando, sumidos en nuestros ideales y ansias de triunfar, nos encontramos con una realidad que poco tiene que ver con ese estrellato que promulgan las redes sociales. 
Dinero, viajes por medio mundo,  crecimiento personal, estabilidad, mucho tiempo libre... La mayor parte de los puestos de trabajo no tienen nada de eso. Todo lo contrario. Mal pagados, estáticos, aburridos, esclavistas, inestables... ¿y necesarios? Creo que nadie nos hacemos la pregunta correcta cuando se trata del tema laboral, pues el trabajo, además de permitirnos sobrevivir, dignifica y edifica. 


Pensarán que es una frase muy manida, pero sinceramente, y aunque a un servidor también le encante rascárselos a dos manos, en muchas ocasiones y gracias a mi trabajo, me siento útil para otros seres humanos, presto un servicio a los demás y permito en el avance de nuestra sociedad. Todo (o casi todo) trabajo es necesario, incluso los artistas de circo o los barrenderos. Y eso, ya es bastante

Cuando la noche extiende
su capuchón de estrellas,
el circo también cierra
lentamente sus párpados,
y los artistas sueñan
con playas, con delfines,
con barcos, con sirenas...
Y sueñan que caminan
por las calles estrechas
-entre el ruido y la gente-
de una ciudad cualquiera
y que compran entradas
para ver las proezas
que hacemos las personas
de a pie: el poeta,
la médica, el sastre,
el pastor, la maestra,
la lechera, el mecánico,
el albañil, la obrera
o aquel que con su escoba
va limpiando la acera.
Cuando la noche arranca,
el circo sueña y sueña.

David Hernández Sevillano.
Sueño de circo.
En: Días de circo.
Ilustraciones de Neus Caamaño.
2024. Madrid: Bookolia.



sábado, 20 de abril de 2024

¿Libertad? ¿Dónde?


Lo que más me gusta de este blog, es que puedo decir lo que me apetezca. No sin consecuencias, claro está, pues ya saben ustedes que, quien dice lo que no debe, oye lo que no quiere. Y yo no voy a ser menos. La independencia tiene esas cosas y uno tiene que sopesarlas previamente.
Hay gente que prefiere cerrar el pico y seguir medrando a la chita callando. Y otros que, opinando, nos ponemos la soga al cuello sin haber dicho tanto. Todo depende de nuestras convicciones y de lo dispuestos que estemos a limpiarnos el culo con ellas. También del tacto y las intenciones, pues a veces hablamos sin maldad, por mero divertimento, y la piel fina de los demás nos juzga sin piedad.
Por mi parte, odio la tibieza, a ese tipo de personas que juegan en todos los bandos. No te miran a la cara, dicen y se desdicen, corruptos y taimados, tan esclavos y abundantes... Prefiero mi canto aunque suene vulgar. Al menos trina en libertad.

Cuando una canción
sale de un pico,
de un hocico
o de una boca,
nadie puede sospechar
lo que ocurre
con sus notas.

Podrían pasar de puntillas,
invisibles,
como si tal cosa.
O podría suceder
que se vuelvan contagiosas.

Quién sabe qué decía
la canción del pájaro toc.
De lo que no hay duda
es que su canto
sobrevoló cada rincón.

Y es que,
si la tonada
es pura y verdadera,
no hay muro que la detenga,
ni rejas
ni barreras.

Fran Pintadera.
La canción que voló.
En: La canción del pájaro toc.
Ilustraciones de Anna Font.
2024. Barcelona: Akiara Books.


sábado, 6 de abril de 2024

El fin de la primavera


El bullir de esta época se ha apagado en mí. Ese vigor, la alegría que experimentaba todos los años, se han marchitando de golpe. Una sensación de desánimo se hace patente día tras día, y, lejos de transformarla en verano, otoño o invierno, llena ese jardín que es la vida con una honda tristeza. Hay algo en la enfermedad que desdibuja el presente. Como la calima o unas gafas sucias, no te deja ser tú, a pesar de desearlo con todas tus fuerzas. Y recuerdas los tiempos felices en los que todo era como tenía que ser: primavera.

Tu andar vacilante
se hizo firme,
poco a poco,
en el jardín.
Las briznas frescas
cosquilleaban, nerviosas,
las plantas nerviosas
de tus pies.
Y esos pies curiosos te acercaron
al arbusto de las muñecas,
al sembrado de las pinturas,
al matorral de las canciones,
al árbol alegre de las retahílas.
Otros jardineros
te tejieron bufandas,
te contaron historias,
te llevaron, de la mano,
a cada flor.

Les diste nombre a todas:
rosa, clavel,
poesía,
lavanda, azucena,
padre, abuela,
hierbabuena,
dalia, lirio,
amapola,
ruiseñor…

En primavera
brotaron, a centenas,
margaritas, comienzos
y despertares.

Y tus ojos, admirados,
los veían crecer.

M. Carmen Aznar.
En: El jardín que habitas.
Ilustraciones de Raquel Catalina.
2024. Barcelona: Akiara Books.


domingo, 17 de marzo de 2024

Rimas y tarimas


Música y poesía. Poesía y música. Parece que siempre van de la mano. Ritmo, cadencia y melodía. La una me lleva a la otra y viceversa. Quizá esa sea la razón por la que ambas me llevan de la mano y me dejo deleitar por las dos, sobre todo acústicamente. Y me explico… Cuando leo poesía, he de hacerlo en voz alta y valorarla con propiedad, pues aunque las palabras reverberan en mi seno, hay algo de mágico en ellas cuando se pronuncian en voz alta. Lo mismo me pasa con la letra de una canción, que por muy bonita que sea, necesito acompasarla con las notas y ver cuánto tiene de bonita, aunque sea bailando en mi tad de la verbena.


También sucede que, como las canciones, algunos poemas no te gustan al principio, pero, cuanto más los escuchas, más te acostumbras a su sonsonete, como una letanía lejana que, poco a poco, va formando parte de ti. Pero lo que más me llama la atención es que cada poema y cada canción tienen la huella del artista, una marca indeleble que puedes reconocer a pesar de los años, un toque, su firma. ¡Para que luego digan que rimas y tarimas no tienen nada que ver! 
Por eso no me extraña que García Teijeiro se haya envalentonado para emular a doce mujeres en forma de verso. Un extraño tributo que reverbera la impronta de cada una de ellas. 

Hay cinco nubes
sobre mi cama.
Una es de azúcar;
otra, una dama.
Una es de nieve;
otra, con rayas.

La más pequeña
es muy graciosa.
Flota en el viento
cual gaviota.

Son cinco nubes
que me acompañan.
Cuidan mi sueño.
No piden nada.

Antonio García Teijeiro.
Para Beatriz Giménez de Ory.
En: Los ecos del viento.
Ilustraciones de Noemí Villamuza.
2024. Pontevedra: Kalandraka.


sábado, 9 de marzo de 2024

Serendipia poética


Es sábado y llueve afuera. Mientras tanto, una serendipia se abre camino en mi escritorio. Me colma de felicidad. A veces los libros son así. Geniales. Inesperados. Leo, leo y no me canso. Una suerte teniendo en cuenta que el mercado solo sabe ofrecernos productos banales y perecederos. Mucho compromiso y poca diversión. Me gustan las palabras, ver cómo juegan, cómo se retuercen. Menos intensas y más elásticas. Aire fresco es lo que necesito. Para eso te quiero, poesía.
Veintiocho creaciones que sobrevuelan la mesa mientras abro esa ventana que es este libro. No le está mal empleado el título. Que llegue pronto la primavera y, abierta de par en par, llene mi mundo del sabor de la brisa que borra todas las penas.

¿Y cómo sería
si por un día
fuera lógico…

que hubiera pingüirafas
con frac y largas gafas

y dos cocodrilantes
de trompas muy brillantes,

un trío de hipocruces
grandes, de pocas luces,

algunos dinogatos
comiendo de sus platos

y fueran visitantes
de un humanoológico?




Veo silencios que hablan
y no sé ni lo que dicen.
interpreto algunas pausas,
algunos andares libres.

Oigo que el verde anaranja
a pasos que ya no sigo
y, apoyado en la baranda,
mi andar se queda dormido.

Mientras se despierta un mundo
que leo largo y tendido,
espero a que alguien venga
antes que yo me haya ido.

Dani Espresate Romero.
En: Ventanas.
Ilustraciones de Marta Comín.
2024. Barcelona: A buen paso.


viernes, 23 de febrero de 2024

El juego de la vida


TODOS: ¡Roar, roar!

LUCAS: ¿Quién es aquel monstruo fiero
                que nació de padre y madre,
                le parió una madre sola
                y de muchas madres nace?
SOLE: Aquí es hombre, allí mujer,
            aquí niña, allí gigante,
            aquí habla, allí está mudo,
            aquí sucio, allí elegante.

GRACIA: Ya se rompe en mil pedazos,
                  ya está entero en un instante,
                  ya está vivo, ya está muerto,
                  ya es de piedra, ya es de carne.

LUCAS: Es más pesado que el plomo
                y más ligero que el aire.

PEDRO: Sin alas sube a los cielos.

GRACIA: Y de allí al momento cae.

PEDRO: Es un montón de mentiras,

GRACIA: Sus mentiras son verdades.

PEDRO: Observa cuantos engaños
                en esta persona caben.

GRACIA: O lo ahorcan por ladrón,
                  o lo eligen como alcalde,
                  o lo quieren por señor
                  y llega a ser importante.

SOLE: Aquí está en España ahora
            y al momento viaja a Marte,
            está en la India o en Roma,
            en la China o en Levante.

LUCAS: ¿Quién sabe la adivinanza?

PEDRO: Pues que sepa el que no la sabe…

GRACIA: … que la respuesta es sencilla.

SOLE: En este escenario cabe.


Jorge Padín.
Versión de Loa del comediante de Lope de Vega.
En: La vida es juego. Fiesta de entremeses del Siglo de Oro.
Ilustraciones de Borja Ramos.
2023. Pontevedra: Kalandraka.



viernes, 9 de febrero de 2024

Razones para disfrazarse


Hay quien dice que la ropa es nuestro primer pellejo. No es de extrañar teniendo en cuenta que hay estudios que dicen que nuestro atuendo condiciona nuestra personalidad, e incluso la forma en la que hablamos. ¿Se deberá a que la forma en que vestimos no deja de ser una forma de disfraz?
Hay muchas teorías que buscan razones a esa pasión que tienen muchas personas por los disfraces. Unos apuntan a que los usamos para explorar rasgos de nuestra personalidad que no dejamos aflorar conscientemente. Otros apuntan a desestresarnos, desinhibirnos y perder la vergüenza, hablar con gente e incluso ligar.
Seas cuales sean las razones por las que grandes y pequeños nos vestimos de todo tipo de personajes, animales, objetos y alegorías, lo único que me queda decirles hoy es que echen mano de cualquier disfraz y disfruten de estos días de carnaval. Y si no, al menos jueguen conmigo a las adivinanzas, gracias a los versos de hoy.

¡Adivina quién está
detrás de cada disfraz!
Nariz redonda bien coloreada,
peluca roja muy alborotada,
tras dos zapatos de talla gigante
asoma la trompa el gris _________

Con parche oscuro y un cofre dorado,
loro parlante o verde guacamayo;
debajo de un negro y brillante gorro,
llega el lagarto: dragón de _________

Sombrero de pico, escoba y gato,
caldero ardiente, pelos de estropajo,
verruga gorda y un solo diente,
repta entre hechizos la astuta _________

Llega la tigresa vestida de rayas
con patucos claros y un gorro de lana…
olvidó la fiesta… ¡y lleva el pijama!
Ana López Ortí.
Carnaval.
En: Continente animal.
Ilustraciones de Lucía Cobo.
2023. Vigo: Kalandraka.