Yo, que algo sé de inteligencia (y no porque la tenga, sino porque la cuantifique), he de decir que últimamente escasea. Más que nada porque si hace décadas abundábamos los tontos, hoy día los listos germinan en cada esquina.
Paradoja enorme la que nos ocupa, pues muchos listos de ahora pasarían por tontos de antes. Solo que, echando mano de morro y traje, se acomodan en cualquier oficina, campo de fútbol u obra cercana a impartir catequesis.
Mire usted, que yo no estoy pa’ ostias. Ni consagradas ni como panes. Ya me dedico a cosas serias como romper platos, destripar conejos y germinar limones. Para vos la perra gorda que yo hace tiempo que dejé de compararme la chorra. Y a sabiendas le digo: bienaventurados los listos, que los calemos pronto y se vayan a lo más alto. Porque este tonto se queda en la tierra, viviendo y soñando.
Yo diría que habla un poco más alto que los demás
Los demás somos casi siempre estúpidos
Y tenemos un hermano gemelo también estúpido
Si nos gustan las galletas es porque nos gustan las galletas
Si calentamos agua se nos derrama la leche
No hay manera de acertarle las quinielas a un listo
Se creen la nodriza de Mallarmé
Mientras uno hace un esfuerzo para explicarse
Él ya ha hecho el gesto de que no te está comprendiendo
A lo mejor es verdad y el listo no entiende tanto como parece
Un listo te pide cigarrillos y le das cigarrillos
Al mes siguiente te pide acciones en la Tabacalera
Cuando estás como siempre el listo está siempre mejor
No hay manera de quitarle la silla a un listo
Gracias a dios la mujer de un listo
No es tan lista como el mismísimo listo
Un listo no se come las uñas, se come el cerebro
El listo no lleva papeles en el bolsillo, lleva papiros
Yo diría que por eso habla un poco más alto que los demás
Juan Carlos Mestre.
Retrato del listo.
En: La historia del movimiento obrero de las hormigas.
Ilustraciones del autor.
2024. Pontevedra: Kalandraka.
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