Llamadme anticuado pero nunca me ha gustado Halloween. Quizá esa sea la razón por la que no hago selecciones temáticas sobre este asunto ni que tire cohetes cuando se aproxima la fecha. Incluso me sorprende que otros lo hagan. He aquí mis razones.
En primer lugar hay que hablar de la imposición cultural. ¿Por qué pijo tenemos que celebrar en España una tradición que nada tiene que ver con nosotros? Sí… disfraces, dulces, algarabía… Pero lo que no comprendo es cómo el personal está más puesto en los pormenores de esta fiesta que en los de cualquier otra que se celebre en España. Sin ir más lejos en navidad ya nadie pide el aguilando, pero todos los críos están deseando pronunciar aquello de “¿Truco o trato?” cuando el fin es el mismo. Demencial y triste.
Luego viene el fin consumista de la jarana… Todos los que se pasan el día criticando a los gringos y sus fiestas capitalistas, son los primeros en apuntarse a la moda de pintarse la cara y vestirse de negro. Luego dicen que son muy de izquierdas y que basta de gastar, de darle brío a la tarjeta de crédito... Esto es como el “Yo defiendo la escuela pública pero mis nenes van a la concertada”.
Para terminar me vendrán con que cualquier excusa es buena mientras el objetivo sea la lectura. Carnaval, el día del libro o el de la Tierra. Y llevarán razón si son de esos que necesitan excusas para leer. Yo, por mi parte, y viendo lo que muchas editoriales publican para “celebrar” el evento, me dan ganas de cortarme las venas. Calidad poca y morralla mucha. Casi todo lo que es susceptible de ser reseñado en este día es apto para pasar el rato sin una pizca de literatura o de provocarnos un telele.
Y por favor, no mencionen el terror, porque en Halloween hay de todo menos de eso. Ni suspense, ni tembleques, ni ánimas, ni grajos. Albergan más miedo los versos de Lorca, que todos los libros de esta temática que se han publicado este año.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
* * *
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
* * *
Ángeles negros traían
pañuelos y agua de nieve.
Federico García Lorca.
Abecedario para Federico.
Selección de Antonio Ventura.
Ilustraciones de Juan Vidaurre.
2022. Valencia: Iglú.
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