lunes, 31 de mayo de 2010

El señor de las moscas


Si creían que iba a pasar del largo sobre la tanda de “medidas de austeridad” del Gobierno, se equivocaban. Simplemente era una pequeña demora para terminar el libro de hoy y ofrecerles una crónica más apetitosa (me encanta la carroña y la naturaleza humana, lo siento). Si a ello añadimos el uñero con el que ha despertado mi pie derecho hoy, creo que esta noticia tendrá su éxito.
Sí, soy funcionario, de esos pudientes, como dice nuestro Gobierno, que manejan billetes a manos llenas. Y no les llevo la contraria, ya que el próximo mes me toca acercarme al banco unas cuantas veces: que si hipoteca, que si la contribución, el seguro del coche, una lavadora, media docena de sillas, la derrama de la comunidad y otras serie de facturas (¡menos mal que no tengo descendencia, si no me desangraban…). Será eso, que soy rico. Y como lo soy, no pienso acudir a eso que algunos llaman “huelga”, no sólo acogiéndome a lo que queda en mi cuenta bancaria, sino al dictamen con el que muchos votantes suelen acallar a los no votantes como yo, “luego no te quejes…” así que, prefiero que vayan ellos a desfogar que para eso tuvieron un presidente electo (N.B.: Si les dejan, porque tengo constancia de que en algunos lugares de trabajo de la Administración Pública ya están pidiendo declaraciones juradas de aquellos que tienen intención de no trabajar el día 8 de junio… ¡Aysssssss! Si es que estos socialistas no son buenos… Coartar un derecho constitucional, ¡Habrase visto!... ¡Menos mal que no les ha dado por coser estrellas de cinco puntas sobre la ropa!).
Siento si hiero su sensibilidad, pero eran de esperar los acontecimientos, ya que en esta dictadura del progresismo y la solidaridad (la hay de todos tipos: fascistas, chavistas, castristas, kirchneristas…), lo que prima es mantener un Estado subvencionado para unos a costa de parasitar a otros, en vez de tomar medidas para crear empleo y engrandecer nuestra dignidad (¿Se dan cuenta de la cantidad de gente joven que está terminando su formación y va a dar con sus huesos en la fachada del INEM…? Que la cola del paro y de los planes de empleo es muy dura, se lo dice un experto) y de paso, nuestra patria.
“Non ti preocupare”, zapatazos como este (son los pormenores de tener un apellido tan “oficioso”) eran de esperar sobre todo si proceden de una apariencia inofensiva…, porque, díganme: ¿Acaso la mente infantil del Jack de El señor de las moscas no se subyuga ante el poder absoluto en la isla? ¿Acaso su lanza no es capaz de atravesar cualquier palabra en desacuerdo?... Opinen lo que opinen sobre Jack, Ralph, Roger o Piggy, mi favorito sigue siendo Simón. Adivinen porqué.

Banda sonora original: De los malos. Elbicho.

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