jueves, 8 de noviembre de 2018

Lecciones de amoralidad



Me llama la atención lo paradójico de la moral humana. Mientras que nos pasamos el día dando o recibiendo lecciones morales (ya saben que ponerse en uno u otro lado depende de cada uno), necesitamos evadirnos de las reglas y normas de comportamiento impuestas por la sociedad a través de nuevos y variopintos escenarios que nos hagan reflexionar sobre su necesidad o no.
Esta realidad atañe directamente a la literatura infantil, una parcela cultural en la que lo moral siempre recibe una atención especial, bien por exceso, bien por defecto, y que la mayor parte de las veces nos pone en brete sobre qué libros infantiles son los mejores para nuestras criaturas. Unos piensan que cuanto más libertina y bizarra sea este tipo de literatura, el discurso generado estará menos encorsetado, y otros, por el contrario, defienden una literatura que construya ecosistemas que reflejen las convenciones sociales y unas pautas de comportamiento más dirigidas. La eterna discusión.


No obstante y en lo que a LIJ subversiva se refiere, creo conveniente discernir entre los términos “inmoral” y “amoral” (¡Gracias por traer a la palestra este tema, Teresa!), dos conceptos que a priori parecen sinónimos pero entre los que existen sutiles diferencias… Cuando hablamos de amorales nos referimos a aquellas obras, generalmente de naturaleza artística, que no persiguen un fin moral (no distinguen entre bien y mal). Sin embargo, cuando un libro es inmoral hablamos de producciones que van en contra de los comportamientos o preceptos que consideramos adecuados consciente o insconcientemente. Esto quiere decir que los libros amorales exponen un hecho pero ni lo ponen en tela de juicio ni emiten veredicto alguno, mientras que en lo inmoral el juicio queda implícito, sobre todo en lo que a  valores se refiere.


Según esto hoy lanzo una pregunta a todos aquellos que, como yo, sienten debilidad por la literatura infantil subversiva (los más críticos con el mundo de la LIJ pedagógica y utilitarista): ¿Qué libros para niños queremos? ¿Los inmorales o lo amorales? En mi caso creo que una exposición amoral ofrece un discurso más abierto, preguntas y respuestas más plurales en las que el lector se puede sumergir sin necesidad de sentirse señalado, sobre todo por el mundo adulto. Por otro lado, he de decir que lo inmoral siempre tiene un puntito canalla que puede desatar universos muy enriquecedores donde los niños campen a sus anchas, una válvula de escape de padres, maestros y otros mayores que siempre sientan cátedra con sus preceptos.


Sólo me queda invitarles al debate no sin antes leer con detenimiento uno de los libros que más me ha llamado la atención este otoño y que lleva por título Y rieron los malos – fábulas amorales. En esta serie de pequeños relatos protagonizados por animales (de ahí el nombre de fábulas), los autores daneses, Ellen Holmboe y Kristian Eskild Jensen, rompen con el estereotipo clásico de este género y nos presentan situaciones donde los buenos nunca ganan (es una jodienda para todos aquellos que gusten de los clásicos Disney® pero ¡ea!) y servirnos el debate en bandeja.


A ello hay que añadir el preciosismo de unas ilustraciones que encandilan a primera vista. Entre los detallados ornatos que enmarcan los textos (Son una delicia las de las fábulas La hormiga y el águila, El león y las leonas y El padre, la madre y los hijos. Me recuerdan a los de la escuela de ilustración rusa d finales del XIX) y lo cinematográfico de las escenas, el deleite visual es más que notable.
Esta vez no hay finales felices, o bueno, quizá sí, que aquí no hay moralidad que valga.


1 comentario:

Lola Fernández de Sevilla dijo...

¡Hola!
Pues no estoy segura de estar de acuerdo con la distinción entre 'amoral' e 'inmoral', en la literatura infantil. ¿Inmoral sería algo así como más políticamente incorrecto que amoral? Creo que moral (o político) es en realidad todo; cuando las historias se declaran amorales, lo que suelen hacer es reforzar el statu quo, las normas imperantes, lo que para mí sí es un problema. Muy fan también de la LIJ subversiva...;)