martes, 15 de enero de 2019

Unos cuantos títulos de narrativa post-vacacional



Como las pasadas fiestas he tenido algo de tiempo, me he dedicado a leer un poco, pues siempre parece que tengo olvidadas las obras de narrativa y les recuerdo que, aunque el libro-álbum tiene mucho que decir, nada desmerecen las historias donde la palabra es la protagonista pues, entre otras cosas (ya saben: ampliar el vocabulario, exponer idear, expresarse con corrección, leer con fluidez, etc.), nos ayudan a sumergirnos en nuestras propias ideas sobre el mundo (al paso que extienden las de otros) y les ponemos la cara que más nos place. No se pierdan estos títulos, porque no tienen ni mijita de desperdicio. ¡Hale! ¡A disfrutar!


Roald Dahl. El dedo mágico. Ilustraciones de Quentin Blake. Loqueleo Santillana. Tanto este libro como el que le sigue son dos obras de Roald Dahl que todavía no había leído. Esta, concretamente, me ha encantado porque bebe del típico universo surrealista del autor y del poder que tiene la infancia para solucionar las injusticias humanas. Todo parte de un enfado monumental y un dedo mágico que intenta salvar vidas animales. Apto para animalistas, aunque no todo se resume en ese discurso dirigido. Hay mucho más en este librito ilustrado por mi admirado Quentin Blake.


Roald Dahl. Los mimpins. Ilustraciones de Claudia Ranucci. Loqueleo Santillana. En este otro libro, el autor inglés nos presenta un pequeño relato de aventuras en el que hacen aparición unos seres diminutos, los mimpins, unas criaturas parecidas a los duendes, espíritus de la naturaleza que ayudan al protagonista a escapar de las fauces del terrible chupasangres-arrancadientes-mascapedruscos-escupijante (ahí es nada). Bajo esta historia subyace otra de desobediencias infantiles y superación personal. No se la pierdan.


William Steig. La isla de Abel. Ilustraciones del autor. Traducción de María Luisa Balseiro. Blackie Books. Las pasadas fiestas le hinqué el diente a este clásico de Steig, uno de los autores renovadores de la Literatura Infantil contemporánea. El libro en cuestión narra la historia de una pareja. Cuando se hallan en mitad del campo se ven sorprendidos por una gran tormenta que arrastra a nuestro protagonista hasta una isla. Abel se transforma en Robinson, en un naúfrago que intenta por todos medios regresar junto a su amada. Una fábula que ahonda en la soledad, la capacidad de supervivencia y la voluntad humana (personificada en la de un roedor, claro está).


Pedro Mañas. Apestoso Tío Muffin. Ilustraciones de Víctor Rivas. Anaya. Si quieren una novela divertida, aquí les traigo otra de Pedro Mañas, el imparable autor español que al mismo tiempo que nos hace disfrutar nos plantea ciertas realidades incómodas. El argumento esta vez tiene que ver con un tío que huele fatal (además de algo estrambótico, a lo Roald Dahl, tú sabes...) y una sobrina muy especial que viene de visita. Por en medio pululan un buen elenco de secundarios que hacen que se anime la acción (mucho lío, ya saben), pero que a un mismo tiempo nos ayudan a indagar en nuestras relaciones con los demás, en la aceptación personal, en encontrar nuestro propio camino. Recomendable al 100%.




Jens Raschke. ¿Duermen los peces? Ilustraciones de Jens Rassmus. Loqueleo Santillana. Siempre espero algo interesante de los libros blancos, parece que bajo esa impoluta apariencia se esconden cuestiones de vital importancia. En este caso nos habla del duelo de una niña y su familia tras la muerte del hermano e hijo. No es un libro fácil, puesto que trata sobre los que se quedan, pero es hermoso (nuestro mundo está lleno de belleza, no lo olviden) y cuenta con testimonios muy valiosos. Es recomendable tanto su lectura individual, como grupal. Para niños con cierta madurez.


Oti Rodríguez Marchante. La importancia del primer cero. Ilustraciones de Carmen Segovia. A Buen Paso. Uno de los libros de narrativa que más me han llamado la atención de esta tanda, sobre todo porque se interna en la realidad de unos niños que dejan de serlo, de sí mismos y sus relaciones. Me ha encantado la forma de presentar la historia en capítulos dedicados a cada protagonista, ya que por un lado definen cada personaje, con sus recelos, manías, miedos y anhelos incluidos, y al mismo tiempo los conecta entre sí para que indaguemos en sus relaciones personales. Fiel al espíritu de la pubertad, con historia de amor incluida. Se lo dice uno de secundaria.



Marka Miková. Varvara. El cuaderno de bitácora de una ballena. Ilustraciones d eDaniel Piqueras Fisk. Narval. En este diario de viaje novelado, la autora checa nos presenta un libro informativo que intenta acercarnos a la vida de las ballenas grises, un  mamífero marino (el mayor), que tiene un modus vivendi muy particular (¿Sabían que viajan miles de kilómetros para alimentarse?). Un título muy acertado para hablar de los animales migratorios, de las cadenas tróficas, de la conservación del medio marino, de la caza de los cetáceos y tantas cosas que se relacionan con el currículo académico. Pero antes de eso, que los críos lean las aventuras de esta pequeña ballena, unas que se llenan de alegría y tristeza, de amor y amistad.


Luna Al-Mousli. Una lágrima. Una sonrisa. Mi infancia en Damasco. Traducción de Susana Andrés. Milenio. Reconozco que unos tipos de escritura me atraen más que otros, pero entiendo que el estilo de este libro tiene su razón de ser pues está escrito desde la infancia, una época donde lo directo y lo parco encierran cierta belleza. Aquí la autora nos acerca a sus recuerdos de niñez en una de las ciudades más antiguas del mundo. Aunque algunos podrían tachar este libro como informativo, yo considero que es algo más, pues debajo de esa inocencia hay detalles que encadenan con realidades difíciles y poco deseables. Una edición bilingüe impecable que puede dar mucho juego.
  

Shaun Tan. La ciudad latente. Ilustraciones del autor. Barbara Fiore. Llegamos, para mi gusto, a la joya de la corona. Aunque saben de sobra que siento debilidad por Shaun Tan y sus creaciones, he de decir que casi todos los enteraos coincidimos en que este libro es de una belleza sin límites. No sólo por lo surrealista de sus ilustraciones, llenas de alusiones y simbolismos (me encantan las que acompañan los relatos que empiezan con Una vez fuimos extraños…, Osos  con abogados… o No me da miedo la sala de espera.), sino también por unos textos evocadores que nos hablan de muchas cosas (mis favoritos son Las mariposas llegaron a la hora de comer y Piénsalo: no hay mar en nuestra ciudad). Lean sobre nuestra relación con el resto de seres vivos, sobre nosotros, del futuro, del presente y del pasado, de lo que nunca sucederá y siempre ocurre. Sin duda: mágico. 






2 comentarios:

C de cuentos dijo...

Me encanta el libro de Shaun Tan y hemos coincidido pues justamente hoy he podido he publicado en mi cuenta de Instagram con el título de lecturas selectas.��

Maku Carroquino dijo...

Me encantan los Mimpins. Divertidísimas ilustraciones de Claudia Ranucci, pero tengo una edición más antigua, ilustrada por Patrick Benson, que es preciosa.