jueves, 24 de enero de 2019

¡Un poco de cómic infantil y juvenil nunca viene mal!



Con tanto libro-álbum (un poquito saturado ando) hace tiempo que tengo desatendidos otros géneros de lo que llamamos Literatura Infantil y Juvenil. Así que este 2019 he empezado con ganas de resarcirme de estos olvidos.
Si la semana pasada les traje unos títulos de narrativa, hoy le llega el turno al cómic infantil y juvenil (si quieren saber más sobre las narrativas gráficas de calles y viñetas disfruten de ESTE MONOGRÁFICO). Aunque el título del post rece “selección”, les aviso que les traigo aquellos títulos que más me han gustado de los pocos que he leído el pasado año, porque lo cierto es que no me ha dado tiempo a internarme en las fauces del género, un universo que empieza a crecer mucho. Así que me ceñiré a este puñado de títulos, que no son pocos.



Empezamos con Churro y el mago de Gastón Caba, un nuevo título de la colección de cómic infantil Mamut. En esta historieta sin palabras un conejo pierde el autobús que le llevará al colegio y deambulando por las calles encontrará la función del mago. El protagonista se hace con la varita mágica y le da rienda suelta a los encantamientos y la imaginación. Me ha gustado bastante este cómic sin palabras que con un toque de humor nos lleva al clásico del aprendiz de mago y los consabidos líos.



Seguimos con otra historia para los más pequeños, concretamente Narval, unicornio marino, un cómic de Ben Clantos publicado por la editorial Juventud. Protagonizado por este cetáceo y su compañera de aventuras Medu (adivinen qué celentéreo es), nos encontramos con una historia un tanto absurda y muy risueña que nos permite adentrarnos en el fondo marino y sus habitantes. Con mucha aceptación entre los primeros lectores (y sus padres, pues tiene un toque inocente vs. canalla), le auguro mucho éxito teniendo en cuenta que ya está a la venta una segunda parte que lleva por título Super Narval y Medu Shock.



Pasamos a otra serie con mucho éxito, la de Gucho & César. Creada por Krystyna Boglar y Bohdan Butenko, se considera un clásico de la LIJ en Polonia, algo que no es de extrañar pues, esta pareja formada por un perro y un hipopótamo beben también del humor surrealista y sinsentido del cómic para las primeras edades. Situaciones cómicas y con cierta miga acontecen en las páginas de su primera historia La isla de las zanahorias que ha editado maravillosamente en castellano Fulgencio Pimentel.


Continúo con tres títulos del catálogo de la editorial La casita roja. Abre este lote La caja sorpresa de Art Spiegelman, un libro del genio de la novela gráfica dedicado a los lectores más pequeños donde el conejo protagonista recibe como regalo de sus padres una de esas cajas que al abrirlas aparece un monigote saltarín. Aparte del susto inicial la cosa se complica, pues los juguetes no son tan inocentes como parecen…


Para terminar este trío de títulos me tengo que detener en Las aventuras de Lester y Bob de Ole Könnecke, una serie de pequeños sketches reunidos en dos volúmenes para disfrute de todos los monstruos. Este pato avispado y este oso tontorrón destilan un humor muy blanco por el que merece la pena pasarse tengamos la edad que tengamos.




Una mención conjunta merecen dos obras de Liniers editadas en nuestro país en los últimos meses que son El globo rojo en la lluvia (el tercer título de La casita roja) y Buenas noches, planeta (editorial Impedimenta). Mientras que la primera es una historia cotidiana y muy hermosa entre dos hermanos durante un día de lluvia, la segunda añade el componente fantástico de un juguete que cobra vida propia, una idea recurrente en el ideario de la literatura infantil (ver más de estos libros AQUÍ) para imprimirle cierta magia a las horas de sueño. Me encantan ambos.


Continuamos con las aventuras de Cecilia Van Helsing, una saga para niños creada por Julio A. Serrano y editada por Bang ediciones. Como deja entrever su apellido, la protagonista desciende del archiconocido cazador de vampiros, licántropos y otros monstruos, algo que tiene mucho que ver con un cómic de misterio y terror al uso. Pero no se dejen engañar por las apariencias pues en esta colección, el humor y la simpatía también tienen su hueco.



Concluyo la tanda de cómic infantil con Los diarios de Cereza una serie de cómics de Joris Chamblain y Aurelie Neyret (Alfaguara) que han causado mucho revuelo entre las niñas del entorno europeo, incluido el nuestro. Los libros están protagonizados por Cereza, una niña curiosa y con cierta afición por la escritura que resuelve misterios junto a dos amigas. Entre pesquisa y pesquisa se dedica a tomar todo tipo de notas en su diario asesorada por una vecina escritora. Una novela gráfica que me parece muy apetitosa, no sólo porque despierta mucho entusiasmo, sino porque conjuga diferentes estilos de ilustración, mantiene el ritmo y por qué no, tiene sensibilidad y buen gusto.



Sin duda Io de Daniel Piqueras Fisk (editorial Narval) es la nota surrealista (me atrevería a decir que un poco sinsentido) del post de hoy. En este viaje por el amor, la amistad, lo humano, el nacimiento, el cosmos (macro y micro), la creación, las ideas, y un montón de cosas más, podemos entrar todos. Unos desde unas puertas visibles y otros desde las más escondidas. Me gustó pero no sé porqué. Ahí está lo bonito…


Como no hay selección de cómic sin una de fantasía, aquí traigo Las espadas de cristal, un cómic de Sylviane Corgiat y Laura Zuccheri (editorial Yermo). Cuatro espadas de cristal caen en diferentes puntos del mundo, una de ellas en la aldea de Yama, la protagonista. Tras el secuestro de su madre y la muerte de su padre, la niña decide vengarles. Así empieza una historia que no deja indiferente pues aunque bebe de las estética futurista y fantástica, se aleja bastante de los mundos escandinavos de Tolkien para internarse en las mitologías asiáticas (cierta estética a lo Miyazaki y precolombinas). Aunque para mi gusto la acción cojea en algunos puntos, es lo suficientemente buena para estar aquí.



No nos debe extrañar que La guerra de Catherine, una novela gráfica de Julia Billet y Claire Fauvel editada en España por Astronave, se alzara con el premio joven del festival de Angoulême. Esta historia que podría engrosar perfectamente la etiqueta de Libros y nazismo, nos aproxima a la vida de una chica judía durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la toma de Paris, Catherine huye y recorre Francia de incógnito ayudada por la resistencia con una cámara de fotos bajo el brazo. El testimonio es muy interesante, no sólo por el punto de vista de la protagonista, sino porque en él se ven retratados los héroes anónimos de la contienda.


Con un título tan llamativo como Quiero comerme tu páncreas llegamos al único manga de esta miscelánea. Basado en la novela homónima de Yoru Sumino, este shojo (tipología del manga que se dirige a jovencitas) dibujado por Idumi Kirihara y pulicado en castellano por ECC Cómics, nos acerca la historia entre una chica alegre y desinhibida que sufre una enfermedad terminal y un chico introvertido y solitario. Aunque se podría traducir como una historia de amor, bajo mi punto de vista habla más de amistad y transformación. Me consta que mucha gente se ha hinchado a llorar con este tocho, ¿quieres ser la próxima?


Para terminar me toca un par de obras para adultos… La primera son las tiras cómicas de Calvin y Hobbes de Bill Waterson. Me encantan las conversaciones de este niño con su tigre ¿de peluche? (a veces también intervienen sus padres) en las que el cinismo y una verborrea locuaz siempre te arrancan una sonrisa. Rescatadas por la editorial Bruguera, podemos encontrarlas en varios volúmenes, así que bien se pueden regalar uno cuando cobren la semana próxima.



La segunda es Aquí, la aclamada novela gráfica de Richard McGuire (Salamandra Graphics), una creación bastante atípica que rompió en su día con los cánones del género y que me atreví a leer hace unos meses. El autor elige un solo espacio en el que dar vida a una interesante multiplicidad de tiempos increíble. Un montón de historias con un único nexo en común, el lugar donde se desarrollaron. Merece mucho la pena a pesar del ejercicio de flash-back que hay que realizar una y otra vez.



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