viernes, 5 de marzo de 2010

A Miguel Hernández (1)


Me gusta el mes de marzo. Porque llegan las lluvias que caen a cortinas. Porque los rayos del sol se abren paso entre los cenizos nubarrones. Porque la tenue luz del tardío invierno se refleja en el joven verde de los campos. Por ver abrirse las flores del olmo. Porque las ruinas de las acequias siguen rezumando el agua de antaño. Porque ventea. Porque marzea.
Me gusta el mes de marzo porque me sabe a Miguel Hernández.

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos.

No me encuentro en los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando cardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mi termina.

Miguel Hernández.
Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos.
En: Imagen de tu huella.
1934.

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