
Dado que en el transcurso de los meses venideros las novedades brillan por su ausencia y también es necesario impartir algo de dogma lijero, he tenido la increíble idea de dedicar los miércoles de las sucesivas semanas para hablar de grandes figuras de la ilustración infantil y juvenil. Y sin más preámbulos, comienzo… Hoy: Walter Crane.
Walter Crane, el segundo hijo de Thomas Crane -pintor de retratos y miniaturista-, nació en Liverpool en 1845. Su familia se trasladó a Torquay, donde tuvo sus primeras impresiones artísticas recibiendo la influencia de la "Hermandad pre-Rafaelita" e interesándose por la obra de John Ruskin.

Dispuso de más libertad en The Frog Prince una serie iniciada en 1873, donde mostró una marcada influencia del arte Japonés y de una prolongada visita a Italia que siguió a su matrimonio en 1871. También destacan otras obras como The Baby's Opera, un libro de canciones de cuna (1877), la serie de libros A Romance of the Three R's, un curso regular de lecciones de arte para el cuarto de los niños, The First of May: A Fairy Masque junto con R. Wise y usando la técnica del fotograbado, Goose Girl basado en los cuentos de Grimm (1882), Flora's Feast, The Wonder Book de Nathaniel Hawthorne, Old Garden de Margaret Deland, y The Story of the Glittering Plain junto con William Morris (1894) donde los huecograbados se realizaron en el estilo del siglo XVI italiano y alemán entre otros.
Al comienzo de los años ochenta, bajo la influencia de Morris, se relaciona con el movimiento socialista y trató de llevar el arte a la vida cotidiana de todas las clases sociales diseñando desde papeles pintados o mobiliario del hogar, hasta viñetas semanales de propaganda por la causa.
Aunque las ilustraciones de Crane, auténticas vidrieras sobre el papel (evidentemente bebe de las técnicas del grabado y del espíritu neoclásico, aproximándose en cierto modo al modernismo), sean estáticas y rígidas, tienen un hermoso contraste en cuanto a colorido y composición, aspecto que llama la atención del lector, garantiza el disfrute y apoya la historia narrada, verdadera intención de Crane ya que podríamos decir que nunca pretendió contar su propia historia sino mejorar, perfeccionar y experimentar con las técnicas que trabajaba. Por todo ello se podría decir que, aunque innovador y con éxito, se limitó a desarrollar un camino creativo inmerso en la técnica ilustrativa que acompaña al texto.
2 comentarios:
¡Cuándo te pones serio, qué serio te pones! ;-)
No le conocía, así que, gracias.
Saluditos, Miriam
Ja, ja, ja, ja... es para que os déis cuenta de que también sé emular a otros blogs de LIJ: meros noticieros... Así que, aprovechad para tomar apuntes... Ja, ja, ja.
¡Un beso!
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