Por
fin ha terminado el llamado “Debate del estado de la nación”, otra pantomima
democrática que sólo sirve para dar pábulo (¿Más todavía? ¿Acaso no tenemos
bastante?) a charlatanes y vendepeines (¿Quién se atrevió a mentar en este
teatrillo la digna profesión del cuentacuentos? Sinvergüenza…). Unos
predicadores que hablan de las plagas y catástrofes, de los huracanes y
tempestades que asolarán el patio del vecino. ¡Cómo si los meteoros distinguieran
entre los de unos y los de otros...! Imbéciles… Todos los patios son del mismo
vecino: nosotros.
Mirando el
jardín,
anuncia el
vecino:
un gran chaparrón,
caerán pingüinos,
sapos y lagartos,
arañas y mirlos,
ratones, conejos,
dos ciervos, un tigre,
un oso hormiguero,
loros, cotorritas,
jirafas, tortugas,
focas, jabalíes…
Lo escuchas
alegre
y piensas tranquilo:
El jardín vecino
será un gran
zoológico
después del
diluvio.
Germán Machado.
En: Ver llover.
Ilustraciones de Fernando de la Iglesia.
2010. Buenos Aires: Calibroscopio.
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