martes, 12 de mayo de 2009

¡Marchando otra de animales!


Además de un vuelo más o menos grácil y la coloración del plumaje, la diferencia básica entre la golondrina y el avión común, o por lo menos la manera más sencilla para un servidor de diferenciar ambas especies, es la anchura y longitud de las plumas caudales: la golondrina las tiene más largas y estrechas, mientras que las del avión común son más cortas y anchas. (N.B.: Es curioso cómo las aves migratorias han servido de inspiración para multitud de cuentos y narraciones infantiles, y es casi seguro que guarde un significado más profundo… Desde la bandada de patos salvajes con los que viajó Nils Holgerson a lo largo y ancho de Suecia, a la golondrina que murió junto al Príncipe Feliz al final del crudo invierno que compartieron, la presencia de estos personajes emplumados puede ser una alegoría digna de estudio -hasta el día de hoy desconozco si hay alguno dedicado a este tema-).
Y hablando de animales, les cuento que, hace poco tiempo, recibí un libro que me resultó bastante atractivo, tanto por su formato (gigantesco), como por el contenido. No es que Animales (de Gervais y Pittau) sea un libro único y especial, pero sí es de notar que hallar un libro-álbum (también podríamos denominarlo libro-juego) de conocimientos sin palabras, no sucede todos los días. Animales se aprovecha de las características anatómicas de los seres vivos para establecer un diálogo de preguntas y respuestas entre las ilustraciones y el lector, lo que facilita el acceso al conocimiento morfológico de los animales a través de las partes del cuerpo, las huellas y otro tipo de recursos del descubrimiento zoológico. Además introduce el juego, un tanto detectivesco, para su identificación. Un libro que seguro hará las delicias de muchos escolares (¡los libros sobre animales tienen un éxito tremendo!).

1 comentario:

Mónica dijo...

Muy interesante, muchas gracias por esta sugerencia de libro de animales. Saludos :)