Si
mal no recuerdo hasta hoy no he tratado en ninguna de las entradas de este
espacio un tipo de libro que, a pesar de su invisibilidad, constituye uno de
los pilares de la industria de la edición infantil. Me refiero al boardbook, un
género con 16-18 páginas (hay ciertas limitaciones…), generalmente de pequeñas
dimensiones, diseñado especialmente para los lectores más pequeños, también
conocidos como prelectores, esos humanos de talla escasa y gran trajín que
maltratan, se meten en la boca y muerden cualquier cosa, incluido este objeto de
deseo monstruoso.
El
boardbook, también llamado libro de cartón o libro duro está hecho en México o
China (me consta que algún editor patrio los está fabricando a un precio la mar
de asequible dentro de nuestras fronteras, ¡Y olé!... Hay que ayudar a nuestra
economía) con un tipo de papel rígido de origen sueco (la mayor parte de las
veces) con proceso de fabricación complejo en el que impresión, plegado,
encolado, plastificado y redondeado de esquinas van al unísono para resistir
las embestidas de los que un día llegarán a ser lectores consumados (se lo digo
por experiencia ya que alguno que otro todavía pulula por la casa de mis
padres).
Aunque
a veces te puedes topar con alguno dedicado a adultos, la inmensa mayoría de
este tipo de libros se llenan de ilustraciones coloristas y de trazo bien
definido que acompañan a historias sencillas, textos rimados o contenidos
didácticos básicos, algo que se basa en una forma clara y útil de aproximar a
los preescolares al mundo de las letras.
Y
como claro homenaje a este tipo de “duras” lecturas entre las que proliferan
abecedarios, retahílas de números, objetos cotidianos, canciones tradicionales,
animales, colores y lugares, les dejo con una pequeña selección de los mejores
que se pueden encontrar en el mercado español a día de hoy. ¡Que la disfruten!
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