domingo, 4 de abril de 2021

Un álbum luminoso y atemporal


Es domingo y tengo ganas de reseñar un libro bonito, de esos que te roban el corazón nada más leerlo. Y como eso precisamente es lo que me sucedió con Si vienes a la Tierra, un álbum de Sophie Blackall -autora de la que hablaré más de la cuenta durante este mes de abril-, aquí lo tienen. Publicado por Anaya en nuestro país, este libro de no ficción que acaba de llegar a las librerías es un verdadero regalo.


Partiendo de una idea personal en la que ha invertido cinco años de trabajo, la autora nos presenta a Quinn (si leen el epílogo sabrán quien inspiró al personaje, al igual que sucede con el resto de los que aparecen en sus páginas), un niño que escribe una breve carta a un hipotético extraterrestre para explicarle cómo es nuestro planeta y quiénes somos nosotros. Es así como Blackall desarrolla una especie de guía turística sobre la Tierra y sus habitantes, una serie de pinceladas que ayudan a comprender el funcionamiento de nuestro mundo.


Partiendo de esta sencilla premisa la autora australiana residente en Estados Unidos consigue hacer un libro atemporal. Si les dijera que se editó hace décadas no les extrañaría. Tampoco si lo vieran en su librería de referencia dentro de diez años. Esto se debe principalmente a dos características. En primer lugar se desarrolla sobre un texto breve, directo, descriptivo, con alguna pincelada de humor y sin artificios ni demasiados juicios personales. La segunda es que utiliza unas ilustraciones clásicas -la acuarela es la técnica principal- que se enriquecen gracias a composiciones muy estudiadas (dípticos, dameros o mosaicos) y recursos narrativos gráficos donde abundan metáforas, disyunciones o juegos a golpe de página.




Mucha gente puede considerarlo un libro comercial, pero ya les aviso de que ojalá todas las lecturas independientes tuvieran la fuerza de este. En contraposición de lo que muchos piensan, es posible dar vida a un libro impactante sin necesidad de utilizar ilustraciones vanguardistas o escritura experimental, algo por lo que también se podría haber optado. Pero en este caso, la honestidad y lo sincero han estado por encima de cualquier otra decisión. A veces sólo hace falta creer en un proyecto personal y sacar lo mejor de uno mismo para elevar un discurso universal como este, algo que la señora Blackall ha hecho de nuevo.


Si tienen a bien recorrer esta casa llena de puertas, darán buena cuenta de su colorido, la luz que desprende y sobre todo, de su mensaje esperanzador, algo que se agradece sobremanera en estos tiempos que corren y que podría considerarse una especie de cápsula del tiempo llena de ternura y humanismo.


Guiños a la música, a la lengua de signos o al braille, a lo evidente y a lo invisible, a la pobreza, a la guerra o al amor. Desbordante como todos los buenos libros, es capaz de aunar información y emoción sin olvidar el gran tributo al ser humano y su diversidad que la autora hace desde lo poético. 
Léanlo, es una orden.


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