Esta mañana de lunes nos ha sorprendido con la intervención de Caja Castilla-La Mancha por parte del Banco de España. Está claro que a todo gorrino le llega su San Martín, pero algunos esperaban que, como por arte de magia, la fecha señalada se demorase un poco más… Y es que cuando políticos y prestamistas se hermanan, es mejor echar a correr, ya que, no sé cómo, siempre somos los mismos quienes pagamos el pato (me incluyo porque todos mis ahorros están en la citada caja de ahorros y monte de piedad). Se rumorea que aeropuertos, obras faraónicas y empresas inmobiliarias son los deslices inversores que han llevado a la ruina a esta entidad bancaria, pero me atrevería a decir que los que manejaban este cotarro no tenían ni puta idea de economía y a lo más que aspiraban era a enriquecerse a costa de las pensiones de los jubilados. Y así pasa…
Ya lo dijo Andersen: ser algo en la vida cuesta trabajo… Así que tomen buena nota, amigos y amigas: si algún día les toca educar en el arte de la vanagloria, háganlo lejos de los ardides de la picaresca y del tema morrocotudo, que algunos estamos hartos de tanta jeta y preferimos a los que aspiran a un reconocimiento digno fabricado con el trabajo diario y el esfuerzo constante… Y si ahorran una peseta, guárdenla debajo del colchón…
Yo aspiro a ser algo, decía el hermano mayor de otros cinco: quiero ser útil en el mundo. Aunque de humilde oficio, si de él reportan mis semejantes algún provecho, llegaré a ser algo. Voy a ponerme a ladrillero, y como los hombres no pueden pasar sin ladrillos, he aquí que ocupándome en fabricarlos, podré decir que sirvo de algo.
-Es verdad, contestó el segundo; pero con muy poco te contentas. ¿Qué significa hacer ladrillos? ¿Quién no es capaz de fabricarlos? […]
Andersen, H. C. 1983. Algo. En: Cuentos.
Ya lo dijo Andersen: ser algo en la vida cuesta trabajo… Así que tomen buena nota, amigos y amigas: si algún día les toca educar en el arte de la vanagloria, háganlo lejos de los ardides de la picaresca y del tema morrocotudo, que algunos estamos hartos de tanta jeta y preferimos a los que aspiran a un reconocimiento digno fabricado con el trabajo diario y el esfuerzo constante… Y si ahorran una peseta, guárdenla debajo del colchón…
Yo aspiro a ser algo, decía el hermano mayor de otros cinco: quiero ser útil en el mundo. Aunque de humilde oficio, si de él reportan mis semejantes algún provecho, llegaré a ser algo. Voy a ponerme a ladrillero, y como los hombres no pueden pasar sin ladrillos, he aquí que ocupándome en fabricarlos, podré decir que sirvo de algo.
-Es verdad, contestó el segundo; pero con muy poco te contentas. ¿Qué significa hacer ladrillos? ¿Quién no es capaz de fabricarlos? […]
Andersen, H. C. 1983. Algo. En: Cuentos.
1 comentario:
Creo que hay algún problema con los comentarios, según me han comentado... ESta es una mera prueba... A ver qué ocurre...
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