Tras un fin de semana en la Córdoba española sufriendo sus
tortuosas calles, que además de caóticas son automovilísticamente
intransitables -¡un tráfico horrible!-, disfrutando de largos paseos y
degustando todo tipo de tapas (destacando las clásicas de salmorejo,
flamenquines, tortilla y croquetas), regreso con esta sección que me he sacado
de la manga para comparar las novedades en el género del libro álbum con lo que
a mi se me ocurra, que puede ser mucho… o poco.
En el día de hoy se me ha ocurrido buscar similitudes y
diferencias entre El Bunyip, una de
las obras de los australianos Ron Brooks y Jenny Wagner que Ekaré ha editado
recientemente en nuestra lengua, y Frankenstein
o El moderno Prometeo de Mary W.
Shelley (si desean que cite alguna de sus variadas ediciones, les diré que me
quedo con la de “Tus Libros” de Anaya).
Aunque podría parecer impensable que un álbum ilustrado se
pareciese a una novela, El Bunyip
deconstruye esta idea preformada en la mente de cualquier acérrimo profesor de
Literatura. Basándose en las mismas dos premisas que la obra de Shelley, la búsqueda
de la identidad y la necesidad de los iguales, esta obra para niños ahonda en
el viaje interior de un animal, aparentemente único en la fauna australiana
(siempre hay buenas excusas para instruir a los lectores en cuestiones
zoológicas que no abundan en muchos libros… El
pudding mágico y alguno más…), que necesita saber quién es.
Evidentemente ni qué decir tiene que un libro de escasas
treinta y dos páginas no puede llegar nunca al entramado de posibilidades
interpretativas y nivel de detalla que una de las obras cumbre de las letras
universales, pero sí es, gracias al preciosismo de unas ilustraciones
elaboradas a tinta y aguada, a cierta cadencia secuencial y cíclica de las
escenas, y al ya consabido recurso de la retahíla y la repetitividad de los que
se nutre la LIJ, un hermano pequeño del entrañable monstruo de Shelley en el
que todos nos miramos cuando no nos comprendemos.
2 comentarios:
Apuntado.
Eres un sentimental, ¿no? Eligiendo la versión de "Tus libros" de Anaya...
Saluditos, Miriam
No, no... ¡Es la mejor! En cualquier caso te diré que Anaya, hace unos años, reeditó esta colección de clásicos con un lavado de imagen.
¡Abrazos!
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