Como parece que esta reflexión levantó ampollas y son muchas las opiniones que se han
vertido al respecto de mis palabras (¡Hasta me han acusado de
insultar!... ¡Qué flojos son algunos!), me veo en la obligación de
profundizar un poquito más en mis consideraciones sobre la colección
titulada Los mejores cuentos ilustrados de Planeta
DeAgostini-Altaya.
Lo primero de todo es
avisar de que no haré más alusiones a esta colección (Como
conjunto. Ya dije que había libros muy interesantes y que, si
procede, me permitiré el lujo de reseñar y recomendar). Creo que ya
le hemos dado bastante publicidad inmerecida y hay otros temas más
interesantes y jugosos de los que hablar.
En segundo lugar me
gustaría aclarar que cada uno es libre de adquirir los libros que
quiera y exponer sus razones para hacerlo... o no. No comulgar con el
sentir general, no implica ni una traición, ni una venganza, sino
simplemente un desacuerdo en muchos de los planteamientos que han
pergeñado esta colección. Ni yo merezco la lapidación, ni esta
colección la hoguera (¿Dónde he escrito eso? Se ve que algunos
comentaristas anónimos todavía no saben leer..., algo que se
entresaca de sus solemnes discursos y alegatos enrevesados. A veces
parecen darme la razón, pero con rabia). Entiendo que muchos de los
interlocutores tengan estrecha relación con alguno de los editores
y/o especialistas que han participado en este proyecto, pero
considero que ese no es un motivo para que yo deba rendirles
pleitesía. No dudo de su profesionalidad ni de su buen hacer, pero
me reitero al decir que yo no hubiera accedido a asesorar un proyecto
titulado de ese modo por ser más que imposible incluir en el
catálogo de una sola editorial los mejores representantes del género
del libro-álbum. Claro está que yo no me veo en esa necesidad,
puesto que no vivo de esto.
Y tras acudir al kiosco y
comprar el primer “fascículo”, me reafirmo en mis opiniones. No
me voy a bajar de la burra... Aunque esta puede ser una variopinta
selección de álbumes ilustrados (hay algún clásico, ganadores de
premios importantes, títulos populares, muchos simpáticos, varios
ñoños, de diferente estilo y argumento), sigo creyendo que no son
“los mejores”. Apuntar también que no me gusta la publicidad
engañosa (mantengo que el cliente tiene la razón, no debe ser
considerado un ovejo y necesita un trato adecuado aunque se ciegue
por el bajo precio de estos libros). En lo único que me bajo de la
burra (y por el momento, ya que sólo he visto un par de libros) es
en el tema del formato: tamaño, tipografía e impresión son
bastante aceptables, aunque también diré que, personal y
emotivamente, prefiero que cada libro huela a sí mismo, que tenga un
tacto personal, que las páginas bailen de una manera u otra, y no
que parezcan clones al servicio del uniformismo de Lyell. Y sí,
están impresos en España: gracias por responder a mi pregunta tras
abonar 2,99 euros.
También cabe señalar
que, aunque algunos han intentado desacreditarme haciendo alusión a
que no conozco el listado completo y por tanto no puedo juzgarlo, no
entonaré el mea culpa ya que, si en este teatro hay un actor que ha
faltado a la transparencia, es la propia editorial al no hacer
público el listado completo (si ellos son fieles a sus estrategias
comerciales, yo soy consecuente a mis principios). No obstante, he
podido entresacar 34 títulos (aproximadamente un 65% del total, que
ya es...) de entre las fotos de los folletos que acompañan a cada
entrega y que adjunto en el listado que sigue y en el que distingo,
siempre bajo mi criterio (que gustará a unos y abominarán otros),
tres subgrupos dependiendo de la importancia y calidad de cada
título, a saber: (***) = Obras imprescindibles, (**) = Obras a
destacar y (*) = Obras menores (¡Ojo!: Lo hago público a petición
de varias personas. Me las he leído todas. Impresas, en lengua
inglesa o en formato digital. Que mi tiempo me ha llevado).
El hombre que camino
entre las torres de Mordicai
Gerstein (***)
Madeline de
Ludwig Bemmelmans (***)
Blanco y Negro
de David Macaulay (***)
Vuelo libre de
David Weisner (***)
Dos amigos de
Paz Rodero y Jozef Wilkon (**)
Migrante
de Maxine Trottier y Isabelle Arsenault (**)
Achimpa de Catarina
Sobral (**)
Locomotora de Brian
Floca (**)
La casa en los árboles
de Ted Kooser y Jon Klassen (**)
Strega Nona de
Tomie De Paola (**)
Duerme como un tigre de
Mary Logue y Pamela Zagarenski (**)
Una amistad peligrosa
de Pablo Echevarría (**)
¡No, no fui yo!
de Ivar da Coll (**)
La jirafa Cerafa
de Dianne Hofmeyr y Jane Ray (**)
Jinnie, la fantasma de
Berley Doherty y Jane Ray (*)
La mosca en... de
Gusti (*)
Ernesto, el león
hambriento de Lola Casas y Gusti
(*)
La princesa listilla
de Babette Cole (*)
El principe ceniciento
de Babette Cole (*)
Tengo un oso de
Mariana Ruiz Johnson (*)
Una gallina en la
cocina de Nnedi Okorafor y Mehrdokht
Amini (*)
Immi de Karin
Littlewood (*)
La pluma roja de
Teresa Novoa (*)
El travieso de
Lauren Castillo (*)
Los invitados de mi
hermano de Eduardo Cabrera y Leire Salaberria (*)
Prohibido ordenar
de Mario Méndez y Mariano Díaz
Prieto (*)
Del fondo del mar
de Alison Jay (*)
Tot de Dominique
Schwarzhaupt (*)
La ciudad de las
estrellas de Uma Krishnaswami y Aimée Sicuro (*)
Este ser ORQ. de
David Elliott y Lori Nichols (*)
Tibulí sueño con
colores de Myriam Ouyessad y Arnaud Nebbache (*)
Quiero una medalla
de Lluïsot (*)
Tu alien
de Tammi Sauer y Goro Fujita (*)
Desayuno de Micaela
Chirif y Gabriel Alayza (*)
Si se fijan, de los 34
títulos, sólo 4 son imprescindibles (a mi juicio, repito), que
extrapolado a un total de 52 que componen la colección, según tengo
entendido (corríjanme si me equivoco), podríamos contar con 6 o 7
de los mejores libros ilustrados (Nota: pura probabilidad con
calculadora). Si tomamos destacados (junto a imprescindibles),
tenemos 14 obras, lo que se podría traducir en un total de 21 obras
destacadas (de un total de 52 implica menos de la mitad), algo que
afianza más mis argumentos.
Sobre el equilibrio y
diversidad de la colección señalaré que hay autores repetidos (ver
el caso de la ilustradora Jane Ray, Babette Cole y Gusti) y
argumentos similares (citaría las dos obras de Babette Cole y la de
Lola Casas y Gusti -roles de género-, las de Ivar da Coll y Gusti
-escatológicas ambas-, y las de Tammi Sauer y Goro Fujita, y el
Prohibido ordenar de Méndez y Díaz Prieto -amor paternal y
familiar-). Apuntar que me resulta extraño que en una selección de
este tipo entren obras bastante comerciales y otras más completas y
redondas, supongo que se deberá a motivos puramente económicos (no
es lo mismo adquirir los derechos de ciertas obras que de otras) y
que hay que minimizar costes para que todo salga a pedir de boca
(aunque a juzgar por las editoriales a las que pertenecían muchos
títulos anteriormente, podemos decir que ellos se lo guisan y ellos
se lo comen).
También hay que hacer
hincapié en el uso que, de los premios, hace la editorial en su
publicidad. Primero decir que la obtención de un premio no es
sinónimo de calidad, de acercamiento al lector infantil (fíjense en
el Quiero una medalla
de Lluïsot -premio Apel.les Mestres- o en el Desayuno de
Chirif o Alayza -seleccionado en los White Ravens-... Me gustan a mí,
pero no sé si a los niños...) o de excelencia en la ilustración. Y
segundo, que en muchos casos los autores e ilustradores han sido
distinguidos con esos galardones pero no por las obras que se recogen
aquí, sino por otras. Además tenemos que distinguir entre unos
premios y otros (internacionales, nacionales...) y que algunos
galardones tienen conciben categorías, que para que nos entendamos
es como hablar de “nominados” o “finalistas”, y de claros
“ganadores” (Por ejemplo, la Medalla Caldecott alude a los “Medal
Winners” -categoría superior- y a los “Honor Books” -categoría
intermedia-).
Para terminar y a pesar
de que este tinglao esta pensado para un cliente con un perfil muy
claro (N.B.: No sé hasta qué punto una colección así puede avivar
la pasión por los libros) y en pro del mercadeo (N.B.: En detrimento
de otros actores, léanse editoriales independientes o librerías
especializadas en el negocio del álbum ilustrado. Sin duda, la
consecuencia más negativa que yo le veo a este proyecto: reventar el
mercado a precios de coste. Es una realidad, no una cuestión de
fondo), he de decir que esta colección contribuye a ampliar el
universo LIJ actual, que trae propuestas divertidas y que recupera
algunos clásicos muy interesantes, pero que en ningún caso se trata
de una colección definitiva sobre “cuentos” ilustrados como se
pretende, algo que he tratado de decir una y otra vez... En fin,
esperemos que algún crío lea (o que parezca, que a veces es más
importante), porque los adultos... poquito.
5 comentarios:
¡¡Muchas gracias por esta entrada!!. Te lo agradezco de corazón y aprovecho el comentario para hacer público mi malestar porque la editorial no exponga la relación de orden de salida y títulos que van a vender. Mi modesta impresión es que tan sólo les interesa que te suscribas. ¡¡Gracias!!.
Gracias.
Gracias por el trabajo q te has tomado en el análisis de los libros. Yo cogí las dos primeras entregas y desde luego, yo no los considero buenos cuentos. Y lo q es más importante, a mi hijo no le gustaron. Buscaré los q tienen mejor calificación.
Muchas gracias por la información y el tiempo invertido en analizar las obras. Buscaré las imprescindibles!
Perdón que remueva este tema. Acá en argentina esta saliendo esta colección hace un tiempo y hay libros que acá no están reseñados, estimo que porque no habían salido al momento de escribirse esta entrada.
Podria contemplarse la chance de actualizar la lista?
Gracias de antemano.
ariel
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