jueves, 6 de junio de 2019

Selección de libros informativos 2018-2019 (II)



Un curso más, coincidiendo con la Feria del Libro de Madrid (ya saben que está en El Retiro desde el viernes pasado), esta casa de fanáticos de la Literatura Infantil y Juvenil se llena de la segunda tanda de álbumes informativos editados en castellano durante este curso 2018-2019 (ya saben que pueden visitar una primera parte sin desperdicio en ESTE ENLACE).
Cada vez son más los libros de conocimientos o informativos que podemos ver en las estanterías, no sólo por ser un tipo de libro que se abre camino en el mundo editorial, sino porque cada vez son más los ámbitos, sobre todo el educativo, que están abocándose a ellos desde las diferentes disciplinas no literarias. Si añadimos que este efecto es coincidente con el aperturismo de la no ficción en el ámbito lector para rellenar cierto vacío que muchos lectores potenciales reclamaban desde hace tiempo, no es de extrañar que los listados cada vez son más grandes.
En esta selección que llevo haciendo varios años repito una vez más el esquema de presentación: citar los libros agrupados por áreas de conocimiento, incluyendo  su referencia bibliográfica y una pequeña reseña que recoge características destacables de cada título. Si además el libro me ha encantado le propino tres estrellas, algo que cada vez se hace más difícil por la cantidad y calidad de las obras recogidas.
Además de estas consideraciones me creo en el deber de avisarles de que, en esta segunda parte, encontrarán muchos álbumes construidos mezclando ficción y no ficción y no se limitan tanto a estrategias expositivas sino a una presentación mixta de la información.
Sin más entretenimiento, les dejo con este listado que puede ser de utilidad a todos aquellos lectores que prefieran una dosis de investigación y realidad a las ficciones narrativas y poéticas que acostumbramos a recomendar en las bitácoras sobre lectura y libros infantiles. ¡A leer y aprender se ha dicho!



Yvette Delhom y Cinta Arribas. Los Semifusos. Aventura musical en Nueva York. A fin de cuentos. (***) Empezamos esta selección con bastante música. De la mano de los Semifusos, una pandilla de chavales que viajan a Estados Unidos, nos adentramos en el universo de la música popular. El góspel, la música clásica, la salsa, el jazz y el hip-hop son algunos de los estilos que nos presentan en sus aventuras por las calles, plazas y escenarios de la ciudad de los rascacielos.


André Rodrigues, Larissa Ribeiro, Paula Desgualdo y Pedro Markun. Las elecciones de los animales. TakaTuka. Continuamos con una pizca de política, en este caso con un álbum que partiendo de una trama ficcional (El león se está pasando y el resto de los animales necesitamos un nuevo gobernante, ¿quién será su sucesor?) nos presenta un proceso electoral. Acompañado de un glosario final, ayuda a los primeros lectores a interiorizar conceptos ligados a la democracia y los entresijos del poder.


Rose Giannone y Bern Emmerichs. ¿Cuál es tu historia? Ekaré. En este otro álbum que mezcla ficción y no ficción nos topamos con la historia de los inmigrantes que arribaron a las costas de Australia en el siglo XIX y que se encontraron con paisajes, fauna y modos de vida diferentes a los de la vieja Europa. Me gustan las alusiones a la repoblación con presidiarios de la isla continente, así como las de la cultura indígena. El libro invita no sólo a indagar más ellas, sino a construir una historia propia y personal.


Pep Bruno y Andrea Antinori. Contar. A buen paso. (***) El mundo de la narración oral puede estar de enhorabuena porque lo cierto es que todos aquellos que se dedican a la compleja (¿o quizá sencilla…? Cada cual que decida sobre sus destrezas) de contar historias, bien merecían un libro como este. Pinceladas históricas, algunos consejos, cuentos tradicionales y muchas más curiosidades, se acompañan del colorido y la plasticidad del ilustrador italiano. Diferente y hermoso, como las palabras…



Joanne Liu. Mi museo. Coco Books. (***) Después de leer un libro como este les quedará muy claro que las páginas de un álbum son como las salas de un museo en el que podemos encontrar multitud de obras de los mejores artistas contemporáneos. Max contempla los cuadros de Monet, Miró, Matisse, Calder, Vermeer o Rothko y se da cuenta de que el Arte trata de la perspectiva con la que miramos el mundo, de la belleza de las cosas más simples. Un libro excelente para bucear y exponerse a lo que nos inspira el universo de los grandes creadores.



Riccardo Guasco. ¡Qué obra maestra! Combel. (***) Pueden leer la reseña completa AQUÍ.


Barb Rosenstock y Mary Grandpré (il). Desde la ventana. Vida y arte de Marc Chagall. Juventud. De las autoras de El sonido de los colores, un álbum sobre la vida y obra de Kandinsky, nos llega un nuevo título que se adentra en la biografía de Chagall, otro de los genios de la pintura universal. Para ello se asoman a diferentes ventanas -una de las metáfora preferidas del autor- desde las que conocer a este hombre al que marcaron la guerra o la pobreza. Me parece realmente hermoso.


Alice Milani. Marie Curie. Nórdica. (***) Aunque habría que incluirlo en la categoría de novela gráfica, he creído apropiado darle visibilidad en esta selección porque para mí es una de las mejores biografías ilustradas de una primera dama de la ciencia. Narrando su carrera, deteniéndose en los hallazgos sobre la radiactividad y el menospreció que sufrió por parte de la comunidad científica, es un libro necesario que ahonda en los recovecos personales para ofrecer una semblanza compleja de una mujer a la que debemos mucho.


Iris Volant y Cynthia Alonso. El libro de los árboles. SM. (***) Ya saben que mi debilidad son las plantas y, como buen botánico, no puedo dejar de recomendarles un libro como este. Aunque guarda pocos datos descriptivos sobre los árboles más conocidos de nuestro planeta, quiero llamar la atención sobre esa vis etnobotánica que se desarrolla en cada doble página que, a modo de ficha técnica, nos presenta especies como el tejo, el olivo o el baobab desde un prisma literario-antropológico, pues son los cuentos y leyendas de estos árboles las que crean un inmejorable hilo conductor entre el mundo vegetal y la LIJ. Me encanta todavía más el título original “Bajo la canopia”. Busquen en el diccionario esa palabra y entenderán el por qué…



Virginie Aladjidi y Emmanuelle Tchoukriel. Inventario de frutas y verduras. Faktoría K de Libros. Llega a las librerías un nuevo volumen de una de las colecciones de libros informativos más exitosas de los últimos años. En este caso dedicado a frutas y verduras, los autores nos hacen dar la vuelta al mundo con alimentos de orígenes variopintos. Descripciones, usos y curiosidades llenan las páginas de un libro con ilustraciones preciosistas que bien valen una lectura atenta.



Isabel Minhós Martins y Yara Kono. Cien semillas que volaron. Coco Books. En este libro las autoras portuguesas nos plasman el viaje accidentado de un centenar de semillas. De una forma distendida y con ejemplificaciones de todo tipo acercan un concepto de la biología que se relaciona con las teorías darwinistas sobre la descendencia, esa en la que se habla del elevado número de hijos, el azar y la selección natural. Si todo ello se acompaña de un glosario de semillas, el libro tiene mucho que ofrecer.



Iris Volant y Jarom Vogel. Caballos / Barcos. SM. Aunque las temáticas de estos libros no tienen mucho que ver comparten muchas características que los hacen susceptibles de ser reseñados juntos. Tanto la presentación de los contenidos, como el estilo plano y de tintas medias de las ilustraciones, nos explican el tema elegido. Hay tantas razas de caballos, como tipos de barcos. Un caballo usa tantos aparejos como desconocidos son los elementos de un barco. Sin duda dos libros para curiosos que buscan enriquecerse.



Xulio Gutierrez y Nicolás Fernández. Viajeros. Animales extraordinarios / Ocultos. Animales extraordinarios. Faktoría K de libros. (***) Los animales son extraordinarios. Seguimos con la fauna y sus mil y una sorpresas que en esta ocasión se nos presentan desde dos temáticas, la de los animales migratorios y la de los animales que se camuflan. Tomando estos dos frentes los autores nos presentan especies de aves, insectos o mamíferos que hacen las delicias de futuros zoólogos/ etólogos. De gran formato y con imágenes a todo color, toda esta colección (los volúmenes Ojos y Constructores incluídos) me parecen un regalo genial.



Kirsten Hall e Isabelle Arsenault. Mi vida de abeja. Libros del Zorro Rojo. (***) Me entusiasman los himenópteros. De entre hormigas, abejorros y abejas, siento una gran debilidad por las abejas. Son animales excepcionales, no sólo por la complejidad de su organización poblacional o sus costumbres vitales, sino por constituir unos de los contrapesos que equilibran el medio ambiente. Esta es la razón por la que me encanta este libro, que además de abogar por el discurso conservacionista, aporta una visión emotiva a los pequeños lectores sobre el universo apícola.



Britta Teckentrup. Peces por todas partes. Andana. (***) Dicen que el océano es el medio más estable de este mundo que habitamos, también el más desconocido. Tanto es así que sus habitantes no dejan de sorprendernos. Diferentes formas y tamaños, diferentes alimentaciones, diferentes formas de reproducirse... Montones de adaptaciones que descubriremos en un libro que no sólo nos invita a sumergirnos en el mar, sino que añade algún juego que otro (fíjense en la guarda trasera). Regalo perfecto para amantes de la pesca, lobos de mar, buceadores en ciernes y biólogos marinos.


Nathalie Tordjman. Ilustraciones de Judith Gueyfier y Julien Norwood. El libro de los pájaros. Errata Naturae. Cambiamos de tercio y tanto en este libro, como en el siguiente nos centramos en animales emplumados. Hay muchos niños apasionados por las aves, por la ornitología que necesitan libros con los que comenzar a realizarsus pesquisas. Plumas, huevos, huellas o egagrópilas son las pistas que nos dejan estos animales y que nos ayudarán a conocer sus costumbres y forma de vida. He aquí una guía de iniciación sobre esta disciplina.


Nicola Davies y Jane Ray (il.). Colibrí. Milrazones (***) Hay gente que vive fascinada por los colibríes. No sé si se deberá a su tamaño (son diminutas), a sus colres vivos e irisados, o a que liban el néctar de las flores, cual  insectos, pero el caso es que necesitaban una parada en un álbum informativo como este donde ficción y no ficción se mezclan para crear un canto a la naturaleza de estas aves tan desconocidas por nuestras latitudes. Las ilustraciones de Jane Ray, como siempre son espectaculares.




Jenni Desmond. La ballena azulEl elefante / El oso polar. Kókinos. Conocí estos álbumes hace un año, concretamente en las estanterías de Foyles, en el Soho londinense, y es de agradecer que se hayan traducido a nuestra lengua pues de una forma cercana y bien hilada, se nos presentan los pormenores de diferentes especies de mamíferos que resultan muy atractivas para los más pequeños. Con imágenes evocadoras y algo de ficción bien valen para soñar bajo la sombrilla durante las próximas semanas.


Charles Darwin. El origen de las especies. Adaptado e ilustrado por Sabina Radeva. HarperKids. (***) A pesar de ser una parada obligada para cualquier biólogo, este libro no abunda en el resto de bibliotecas personales. Creo que esta es una inmejorable ocasión para acercarse a esta obra abreviada y conocer los principios que operan en la selección natural y la evolución de las formas de vida. No sean miedosos y atrévanse, pues esta edición cercana y con abundante material gráfico les sorprenderá.


Esther Merchán Montero. Uno. Thule. (***) La primera vez que me topé con este libro me recordó a la primera vez que mis alumnos usan un microscopio y empiezan a ser conscientes de que la naturaleza nos esconde elementos minúsculos y desconocidos. Granos de polen, el ala de una mariposa o elefantes, imágenes preciosistas y detalladas en las que el espectador se recrea a bordo de un viaje que cambia de escala según pasamos las páginas. Una aventura a golpe de óptica que nos ubica en el universo y nos hace participes de la magia y sorpresa que encierra el mundo natural


David Long y Sam Kalda. Cuando caminábamos por la luna. Patio Editorial. (***) ¿Se pueden contar con los dedos de las dos manos las veces que el ser humano ha caminado por nuestro satélite? Nos faltaría alguno más pues son doce las veces que el hombre ha puesto el pie en la Luna. Aunque se conocen muchos anécdotas de esas expediciones, las llamadas misiones Apolo, desconocemos otros detalles igualmente interesantes sobre cómo se realizaron esos viajes a la luna o la preparación de esos astronautas. Esta es la oportunidad de conocerlos con un libro excelente como este.



Amaicha Depino, Ileana Lotersztain y Fabián Mezquita. El detective Intríngulis y el secuestro de Mimí. Iamiqué. (***) ¿Se acuerdan de aquella serie de forenses y científicos en los que cromatografías, análisis de DNA y microscopios eran esenciales para descubrir al asesino? Pues aquí tienen uno de esos casos. Y es que en este libro informativo nos encontramos con multitud de aplicaciones científicas que nos ayudan a comprender las mentes criminales y buscar pistas invisibles. No se pierdan el otro título de esta serie (El robo de la mona Luisa) que también se interna en estas técnicas pero relacionándolas con el mundo del arte. Maravillosos.



Julie Morstad. Hoy. Lata de Sal. (***) Pueden leer la reseña completa AQUÍ.


Mireia Trius i Joana Casals. Yo y el mundo. Una historia infográfica. Zahorí Books. (***) Sin lugar a dudas es una de las estrellas de esta selección de libros informativos ya que conjuga un excelente trabajo gráfico (el propio título nos lo indica) con la idea de presentar lo que nos rodea desde una perspectiva infantil. Los nombres más típicos, qué desayunamos en los diferentes países, o los uniformes escolares son algunos de los puntos en los que se detienen sus autoras en cada doble página. Una joyica, como decimos por aquí.


Romana Romanyshyn y Andriy Lesiv. Veo el mundo. Barbara Fiore. (***) El cuerpo humano es el protagonista de los tres últimos libros de este listado de informativos. Empezamos por el sentido de la vista, por nuestros ojos. ¿Cuál es su anatomía? ¿Todos vemos igual? ¿Qué colores existen? ¿Y la distancia entre las cosas? ¿Y aquellos que no ven, qué ven? ¿Se ven la oscuridad o el peligro? Las respuestas a estas y más preguntas las encontraremos en un libro que no sólo se adentra en el universo científico, sino en un viaje por la emociones que se imprimen en nuestras retinas.


Mariona Tolosa Sisteré. La vida secreta de los mocos. Zahorí Books. Andaba yo moqueando cuando se repente me encontré con este libro. Empecé a leerlo en mitad de una librería y no pude evitar esbozar una sonrisa (ya saben ustedes que los mocos divierten) y una mueca al mismo tiempo (también asquean a partes iguales). Lo mejor de todo vino con todas esas cosas que desconocía de estos mucílagos corporales que, según una profesora universitaria mía, impregnaban a todos los seres vivos. Un inmejorable regalo para alérgicos y acatarrados.


Eva Manzano Plaza y Mo Gutierrez Serna. Lágrimas. Pastel de luna. (***) He creído conveniente terminar con otro libro de secreciones fisiológicas, pues las lágrimas son las verdaderas protagonistas de un libro en el que ficción y realidad se confunden, con el que aprenderemos y nos divertiremos a un mismo son. Imaginaremos un mundo en el que las lágrimas campan a sus anchas para llorar de tristeza o de alegría. Ambas bien valen una despedida, un hasta luego, hasta la próxima selección de libros informativos.



miércoles, 5 de junio de 2019

De trastos y segundas oportunidades



Junio ha entrado en nuestras vidas y muchos aprovechan para hacerle un lavado de cara a sus hogares. Albañiles, cristaleros, pintores, carpinteros, fontaneros o alicatadores se afanan para hundir tabiques, cambiar tuberías, cambiar azulejos, tomar medidas de los muebles de la cocina, y eliminar el gotelé o el papel pintado de las paredes (¡Qué modas tan incómodas).


Sí, sí, sé del estrés que conllevan todas las obras, de los ataques de nervios a los que te ves expuesto, de las broncas con los obreros, con tu pareja y con el Dios que lo fundó. De las enormes diferencias entre presupuestos, de los plazos aplazados y de las toneladas de mierda que hay que limpiar… No obstante, no sé qué es peor, si dejar el trajín a los supuestos profesionales o remangarse la camisa y comértelo y guisártelo tú solito.
Un servidor a veces se encuentra con ánimos y se pone de chapuzas, y tras mucho trabajo (el que piense que estas cosas son caras, que se ponga él/ella al quite y empezará a valorar) y más de un error, jura y perjura que nunca más, que quizá uno se ahorre la mano de obra, pero no las sesiones en el fisioterapeuta que palien el dolor de riñones.


Aparte de las grandes intervenciones de interiorismo tenemos la limpieza primaveral (o veraniega, como es mi caso), una serie de operaciones en las que ponemos la casa patas arriba y empezamos a recolocar y eliminar trastos de todo tipo. De esta manera hacemos más habitables unas cuevas que durante todo el año se han ido rellenando de ácaros, polen y otros materiales en suspensión. He aquí mi gran problema, pues el leve síndrome de Diógenes que padezco, me impide tirar a la basura montones de cosas inútiles en las que siempre encuentro una razón emocional que me lo impide.
Empezando por libros y terminando por apuntes universitarios, lámparas viejas, ventiladores descacharrados, dibujos, arena de playa, e incluso piedras, mi hogar está lleno de todo tipo de chucherías inservibles que bien merecen un contenedor. Siempre encuentro razones para conservarlos, de las que la más socorrida es “¿Y si un día me sirve para algo?”


Ese es el espíritu de las tres erres (ya saben: reducir, reciclar y reutilizar), que en casos como este elevo a ene. Será que encuentro mucho romanticismo en darle segundas y terceras oportunidades a los enseres, a los objetos. Mesas que fueron ventanas, cabeceros que fueron biombos, marcos que fueron espejos, o maceteros que fueron tazas pululan por mi casa. Y a este punto es al que deseaba llegar, pues los libros de hoy nos hablan de todo esto.


El primero es La sillita azul, un álbum escrito por Cary Fagan e ilustrado por Madeline Kloepper (editorial Juventud). Es de esos libros que hablan por sí solos y cuenta la historia de la silla de Nico. Él crece y la silla, inservible ya, va pasando de mano en mano, dando servicio a multitud de personas que encuentran en ella utilidad. Al mismo tiempo, esa silla, cambia de color y fisionomía, como un viajero que se llena de experiencias.


De este libro circular (cierra ese ciclo un relevo similar), hay dos cosas que me han encantado. Por un lado nos cuenta historias del día a día (¿Quién no ha heredado unos pantalones de su primo? ¿Y los libros de texto del vecino? ¿Y el móvil de su padre?), y por otro hace gala de un recurso que abunda en la Literatura Infantil -sobre todo en muchos cuentos tradicionales del romanticismo como La tetera o El soldadito de plomo-, en los que el autor insufla vida a los objetos para hacer un símil con la vida humana, una que puede mutar y enriquecerse a cada paso.


El segundo es La vieja camioneta, el álbum de Jarrett Pumphrey y Jerome Pumphrey (editorial Pípala) que nos cuenta la historia de una camioneta roja que sirve a los trabajadores de una granja y al mismo tiempo es el espacio de recreo de una niña con mucha imaginación. El tiempo pasa y la camioneta queda olvidada en un garaje durante muchos años, hasta que su compañera de juegos infantiles crece y se propone recuperarla para darle una nueva oportunidad.


A diferencia del anterior, la narrativa de este libro es más lineal. Del mismo modo, y aunque el protagonismo parezca centrado en la camioneta, es una narración compartida, ya que observamos cómo, paralelamente, la niña crece, se propone un objetivo y lo consigue. Con esta doble lectura encontramos una historia de superación personal al tiempo que nos anima a darle una nueva vida a esos objetos que nos rodean desde un prisma emotivo en el que los recuerdos son el aliento para ello.

martes, 4 de junio de 2019

La magia de la lectura



Tras un duro pero más que agradable puente (ya les avisé que me iba de tour por la costa malacitana), regreso al mundanal ruido de los monstruos para darle el puntapié definitivo a un curso que, además de libros, me ha traído muchas cosas.
Como no soy demasiado intenso pues últimamente me tomo la vida con bastante tranquilidad (a excepción de ciertos momentos, que encabronamiento y desidia también hay en el día a día), no encuentro las palabras que me ayuden a definirles los últimos meses. Momentos malos, también buenos, venturosos, indiferentes, necesarios o tristes. La vida es como un buen libro, difícil de resumir, pues están llenos de matices y reflejos variopintos.
Mientras pienso en ello se me vienen a la cabeza las típicas frases que todos los lectores hemos oído en algún momento, sentencias que relacionan los libros con la libertad, la sanación, la clarividencia o el desarrollo personal. Supongo que mientras lo hago también esbozo una sonrisa malvada, pues tanto positivismo tiene algo de miserable, de postureo pasajero que se ceba con la esfera cultural.


Dejo a un lado estas ideas (si no lo hago pueden rodar cabezas, la primera, la mía) y continuo con los buenos libros, que en este martes no hay cabida para dosis de impostura pero sí para preguntarse “¿Y qué es un mal libro?” El caso es que yo a veces me hago esta pregunta, sobre todo cuando algún colega LIJero pone a caer de un burro cierto título que no ha sido de su agrado, para respondérmela de la misma manera.
Por vez primera me voy a callar y les pediré sus respuestas. Que ya está bien de dárselo mascadito y salivado. A estas alturas les veo capaces de esto y mucho más. Entre tanto yo me dedicare a destripar libros que, como el de hoy se convierten en una oda a ese objeto. Empezaba a echar de menos este título de Sergio Ruzzier en las librerías españolas, teniendo en cuenta el éxito que había cosechado en el mundo anglosajón. Y es que ¡Qué libro más tonto!, editado por Liana Editorial, una casa de reciente creación, tiene mucho que decirnos a los amantes de la literatura (y por eso lo incluí en esta selección de álbumes sobre libros y lectores).


Protagonizado por un lector de álbumes ilustrados (sí, como nosotros) que no encuentra mucho acicate en las palabras, esas que forman sobre la guarda delantera un texto ilegible, esta historia simboliza el proceso del lector textual, de cómo esa falta de entendimiento entre libro y lector potencial se comienza a transformar a cada paso, a cada asociación de ideas, cada pasaje evocador. Es así como el diálogo entre el pato y su libro adquiere cuerpo y se desborda en la imaginación, impregnando su subconsciente y animándole a leer más libros como este, uno que se puede leer perfectamente en la guarda trasera.
Si esto fuera poco les diré que este libro me ha inspirado otras cosas, pues en cierto modo tiene que ver con todos nosotros, lectores más o menos experimentados, de las oportunidades que le concedemos a los libros, y al resultado. Seguramente les habrá pasado alguna vez… Han empezado un libro y lo han abandonado por imposible. Si después de un tiempo –meses o años- le han concedido una segunda vuelta (ya saben que a veces no las hay, están en su derecho), puede que se hayan encontrado con un libro nuevo, diferente, hermoso, digestivo. Y en ese momento nos damos cuenta que los libros, como la vida, tienen algo caleidoscópico, especial, extraño, en definitiva, algo mágico.