jueves, 11 de diciembre de 2008

De literatura fantástica y auroras boreales



Con esto de la literatura fantástica, uno se puede volver loco. Y no sólo eso, sino que, además de salir del perol, te pueden entrar ínfulas del misticismo más chungo. ¡Para que luego digan de las Sagradas Escrituras…! Lo cierto es que, al que no le da por la meditación samurai, le viene la vena de las paranoias siderales. Menos mal que tengo humor, si no, con tanto devenir teológico, echaría espumarajos a modo de surtidor. Por lo menos, es un consuelo saber que no incurro en quehaceres pecaminosos mientras leo este tipo de libros (esperemos, porque también pensaba igual el mismísimo don Quijote mientras leía Amadís, y por casi lo excomulgan en la hora de su fenecimiento).
A estas alturas de la vida ya he leído bastantes sagas de literatura fantástica, lo que me convierte en un entendido (esto es como el que se consagra como escritor con su tercer libro en el mercado… gilipolleces). La última que he comenzado (no sé cuándo la terminaré) es La materia oscura de Philip Pullman, de la que he terminado el primer volumen, Luces del norte, libro en el que está basada la película La brújula dorada (éxito de público y taquilla la navidad pasada). Si me piden una opinión, no sabría qué decir… Probablemente me limitaría a proporcionarles adjetivos de contenido neutro como “correcto”, “aceptable”, “ameno”… Pero como este juego versa sobre la contundencia de mi léxico les diré:
- El lenguaje es asequible, ameno. Una obra escrita con corrección y cierta calidad.
- La historia tiene aspectos muy novedosos, sobre todo en lo que respecta al origen de la misma.
- La transformación de la protagonista es enigmática y sutil, se podría decir que elegante.
- No me gusta demasiado el cariz místico del argumento.
- La eterna lucha entre el bien y el mal que caracteriza a este tipo de obras, se diluye no sé por qué derroteros.
- Clara novela juvenil para lectores algo maduros.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me interesa mucho tu crítica de esta trilogía tan particular. No te adelanto mis opiniones para no estropearte la lectura, pero hacía tiempo que un libro de fantasía no me dejaba tan patidifusa... lo cual no quiere decir que me gustara.
En el segundo tomo se ve algo mejor hacia dónde van los derroteros y me temo que el cariz místico va en aumento... aunque se transforma en algo diferente. En fin, no sigo, que me voy de la lengua. Espero tus comentarios finales.

Román Belmonte dijo...

Tendrás que esperar un "poquito", quizá bastante... La he aparcado por sendas obras de Roald Dahl en su lengua materna("Boy" y "James and the giant peach")y "Guerra y paz", que ya era hora de animarse a su lectura... De todos modos, tendré en cuenta tus consejos, pero no prometo nada (lo siento, es que los derechos del lector de Pennac hicieron mella en mi persona hace bastante tiempo...). Eso sí: muchísimas gracias por aguantar mis disquisiciones de manera tan fiel. Román.

Anónimo dijo...

Yo también he suscrito los derechos de Pennac, así que respeto tu decisión. Leí la versión traducida de "Boy" hace un par de años, cuando la editaron aquí, y me encantó, aunque son sólo unas pinceladas autobiográficas. Pero Roald Dahl tiene un encanto único ¡¡y averiguarás de dónde salió "Charlie y la fábrica de chocolate"!!
En cualquier caso, si decides no seguir adelante con "La materia oscura" ya te comentaré mis propias impresiones...