Una vez hechas las selecciones de boardbooks y álbumes informativos (den a los enlaces y disfruten de ellas), toca despedir la Feria
del Libro de Madrid con algunas sugerencias de narrativa y cómic.
Aunque la mayor parte son de última hornada, traigo alguna
cosita de hace unos años, incluso más antigua, que me he leído durante los
últimos meses, pues los libros, aunque ajados por el tiempo, no pierden su
esencia con el paso de los años.
Sin más dilación aquí les dejo con esta pequeña colección.
He intentado ordenarlos por edad recomendada (ya saben que soy poco partidario
de estas clasificaciones pero entiendo que les pueden ser útiles) y en dos
grupos claramente diferenciados.
¡Espero que les guste y coincidan con algunas de mis
valoraciones!
Allan Ahlberg. Los niños que se olieron algo raro.
Ilustraciones de Katharine McEwen. Loqueleo Santillana. Empiezo por uno de
los libros de esta tanda que más me ha divertido. En esta nueva entrega de la
familia Gaskitt la cosa se pone enrevesada y se mezclan una buena cantidad de
hilos conductores a cada cual más disparatado. Está claro que Alhberg le tiene
tomada la medida a este tipo de
historias donde el sinsentido hace disfrutar a pequeños y grandes.
Edith Nesbit. El último dragón y otros cuentos. Ilustraciones
de Rocío Martínez. Nórdica. Necesitábamos que alguna casa editorial se
echara hacia delante y dejará florecer algunos cuentos de Edith Nesbit, una de
las autoras de LIJ más comprometidas con el mundo de la imaginación y la
fantasía. Dragones, princesas, caballeros…, hay de todo en estas cinco historias
ambientadas en épocas que, aunque ficticias y coloristas (me han encantado las
ilustraciones), nos ayudan a cavilar sobre la realidad que vivimos hoy.
Andrés Pi Andreu. Lo que sabe Alejandro. Ilustraciones de
Luis Castro Enjamio. Milenio. Mi cita con este libro en un tren de Madrid a
Málaga fue maravillosa. Antes de abrirlo me informé sobre su autor y no dudé en
echarlo en la mochila para que me amenizara el viaje. Fue así como me encontré
con el barrio cubano donde vive Alejandro, con su madre, su padre, su abuelo,
sus amigos y, sobre todo, con su visión del mundo. Con la mirada clara y unas
palabras inocentes y precisas, Alejandro, además de poeta, es muy humano, y
eso, amigos, ya merece una parada y montones de elogios sobre este cuaderno de
notas.
Daniel Hernández
Chambers. La chica que coleccionaba
sellos y el chico que esperaba un tren. Ilustraciones de Xavier Bonet.
Anaya. Di con este libro en la mesa de una biblioteca y lo cierto es que su
título me llamó mucho la atención. Empecé a leerlo allí mismo. La historia
hablaba de la hija de un cartero aficionada a la filatelia que lo acompañaba a
la estación a por la saca repleta de cartas. Allí se encontraba con un
compañero de la escuela que esperaba sentado un tren que nunca llegaba. A pesar
de contar con un trasfondo triste, la historia ilumina una época gris que no
podemos olvidar. Una historia de amistad con un brillo especial.
Diana Wyne Jones. Una vida mágica. Los mundos de Chrestomanci.
Anaya. Ya saben que me chifla el género fantástico y cuando tuve entre las
manos este libro de la autora de El castillo ambulante me lancé a devorarlo. El
título pertenece a su serie Los mundos de Chrestomanci, que hace alusión a uno
de los magos más poderosos. Tras la muerte de sus padres, los huérfanos
Gwendolen y Gato se trasladan a vivir con el citado mago y su familia para
estudiar magia. Tras unos desencuentros entre Gwendolen y su protector, la cosa
empieza a complicarse desencadenando toda una batalla entre magos. Una
inmejorable oportunidad para dejarse llevar por una historia de aventuras y
crecimiento personal
A. F. Harrold. Una canción de muy lejos. Ilustraciones
de Levi Pinfold. Blackie Books. Frank sufre acoso escolar y Nick es un
inadaptado que se ven envueltos en una historia de amistad con grandes dosis de
misterio gracias a cuatro capullos (para que vean que hasta los malos tienen su
papel en la literatura infantil). Dos mundos paralelos unidos por una tierna canción
se ven amenazados por las sombras más oscuras. Sólo puedo adelantarles que alguien
tendrá que hacer un enorme y doloroso sacrificio para que esto no suceda… Ya he
dejado el libro a tres pre-adolescentes y las valoraciones han sido muy
positivas.
Timothée de Fómbelle.
Victoria sueña. Ilustraciones de
Albert Asensio. Nórdica. Victoria, como yo, vive en su mundo particular. Es
lo que tiene habitar un pueblo demasiado tranquilo en el que nunca pasa nada.
De repente toda cambia un día gracias a un libro sobre tres apaches y un cowboy
que conduce el coche de su padre. No se pierdan el desenlace de una historia
que habla del poder de la lectura, de la imaginación, de las relaciones
familiares y las realidades sociales. Lo mejor de todo es que se lee en un
ratito. ¿Se la van a perder?
Alex Nogués. La playa de los inútiles. Ilustraciones
de Bea Enríquez. Akiara Books. Sofía está perdida. No sabe qué quiere hacer
con su vida una vez se haga mayor. Los demás lo tienen claro pero ella prefiere
ser una inútil. ¿Inútil? La cosa suena un poco dura pero leyendo este libro nos
daremos cuenta de que su definición de esta palabra poco tiene que ver con la
de su padre o su maestra. Un relato que ahonda en la belleza de las cosas
sencillas, el enriquecimiento personal y las relaciones familiares desde un
lenguaje infantil, cercano y clarividente. Un librito encantador que deberíamos
leer todos, sin excepción, y que yo leí a la orilla del mar.
Begoña Oro. Pomelo y Limón. Ilustraciones de Ricardo
Cavolo. SM. Aunque tiene unos años, le debía una reseña a este libro que ya va
por las y tantas ediciones. Jorge y María se quieren. Mejor dicho, se aman,
como se ama a los quince años. Y eso bien vale una lucha, en este caso contra
sus progenitoras, contra su enemistad manifiesta, contra los demás y su curiosidad,
contra todo lo que quiere eclipsar esos momentos de felicidad. Un lenguaje
directo y sencillo, tema candente e ilustraciones coloristas, lo hacen idóneo
para una tarde de final de curso (que lean todos, aprobados y suspensos). Me
recordó tanto a mi primer y único (hasta el momento) gran amor, que no he
podido evitar recomendárselo a manos llenas.
Alfredo Gómez Cerdá. Ninfa rota. Anaya. Aunque algunos
han tachado este libro de oportunista (parece que los problemas del ahora nunca
fueron del ayer… Gran error), aquí estoy yo para hablar de sus mieles, pues el
tratamiento que Gómez Cerdá hace del abuso psicológico y físico en las
relaciones de pareja entre adolescentes, me ha parecido maravilloso. El autor
nos pone en el pellejo de Marina, una chica apocada y enamoradiza, y Eugenio,
un cabrón educado en la miseria emocional. Sus primeros encuentros y la
evolución (¿o debería decir “involución”?) de la relación se ven aderezados por
la intervención de personajes secundarios (amigos y familiares) que ayudan a
construir una difícil semblanza de estas situaciones que tienen mucho que ver
con lo obsesivo. Lo dejé volar en una clase y ya va por el quinto par de manos.
Espero que siga batiendo las alas…
Anna Mas Blasco y
Anna-Lina Mattar. Almíbar. A buen
paso. Mi abuela era una gran aficionada al melocotón el almíbar y solía
acompañar con esta fruta los flanes de huevo. Es un sabor que guardan mis
papilas gustativas en lo más profundo de la infancia. Algo similar le sucede a
la protagonista de esta historia dirigida a lectores competentes en la que la
dulzura y el color anaranjado de esa fruta llenan los últimos momentos junto a
su abuelo enfermo de Alzheimer. Sutil, evocadora y necesaria metáfora
intergeneracional.
Charles Darwin. Autobiografía. Ilustraciones de Iban
Barrenetxea. Nórdica. Ya saben que siento verdadera pasión por este hombre,
considerado uno de los mayores científicos de la historia. No obstante, les
recomiendo que se lean esta autobiografía y constaten que detrás de este genio,
había una persona un tanto peculiar y estrambótica, llena de manías y de ideas
un tanto sui generis de las que él mismo era consciente e incluso se mofaba,
algo que acompañado de las ilustraciones del genial Barrenetxea traslada al
lector un especial reflejo de este gran hombre.
Miguel B. Núñez y
Felipe H. Navarro. Catalina y la isla del
cíclope. Narval. Me ha encantado el universo surrealista que se nos
presenta en este cómic infantil (¿Han visto alguna vez una niña-rata y un
niño-pollo hablando con un ojo gigante? Es el momento de hacerlo…), no sólo
porque lo absurdo se adueña de nuestra sonrisa, sino porque consigue entretejer
una historia de aventuras con seres de la mitología clásica. En definitiva, una
buena oportunidad para pasarlo bien sin concesiones.
Elena Serrato. Puncho. Sallybooks. Cuando leí este
libro me acordé de todos esos incautos de ciudad que se inician en el universo
de la agricultura. Semillas que desaparecen, frondosas matas que no fructifican
o plagas de todo tipo son su peor pesadilla. Si piensan que cultivar sus
propias verduras y hortalizas sólo tiene que ver con el sol y el agua, aquí les
dejo esta historia con mucha guasa que da buena cuenta de que todo tiene su
intríngulis. No se olviden de regalarla a niños con aspiraciones agrícolas o a
propietarios de huertos urbanos.
Joris Chamblain y
Aurélie Neyret. Los diarios de Cereza. La
lluvia de estrellas. Alfaguara. Este volumen pone punto y final a una
de las series de cómic infanto-juveniles más exitosas de los últimos tiempos,
pues como bien sabrán Cereza y sus aventuras han vendido lo que no está escrito
entre las lectoras pre-adolescentes. En esta última aventura conoceremos los
secretos de la protagonista, su trágico pasado, y el porqué de sus pesquisas y afición
por la escritura. Dura y conmovedora, me parece una forma redonda y
esperanzadora de terminar con esta historia.
Matteo Berton. Viaje al centro de la tierra. Adaptación
de la novela homónima de Julio Verne. Thule. Viaje al centro de la tierra es uno de mis libros de inspiración
científica favoritos, no sólo porque en él podemos encontrar numerosas
alusiones a la geología de nuestro planeta y los materiales para su estudio,
sino porque la fantasía embebe lugares que nunca han existido y que nos hacen
cuestionarnos conceptos básicos. Con la publicación de esta novela gráfica
tenemos la ocasión de ser fieles al espíritu de naturalista que se desata en la
obra de Verne, así como de disfrutar de las aventuras que en él se nos narran. Una
exquisita adaptación.
Andrea Wulf y Lillian
Melcher. El increíble viaje de Alexander
von Humboldt al corazón de la naturaleza. Random Comics. Muchos conocen
a Darwin pero son pocos los que conocen la historia de Humboldt, uno de los más
grandes naturalistas de todos los tiempos y padre de la geografía moderna.
Recorrió toda Europa y gran parte de América y Asia central, describió multitud
de especies de plantas y animales, estudió fenómenos relacionados con el
vulcanismo y con la distribución geográfica de los seres vivos. En definitiva,
un hombre que consagró su vida a la investigación de nuestro planeta, algo que
refleja esta estupenda novela gráfica necesaria en cualquier biblioteca
escolar.
8 comentarios:
Me alegro mucho que te haya gustado Lo que sabe Alejandro... Un gran Saludo.
Andrés
Me encanta que hayas elegido esa ilustración para abrir tu artículo Román. ¡Y gracias por tus cariñosas palabras! Ha sido un placer redescubrir a Edith Nesbith al ilustrarla , era tan rompedora en la sociedad que vivió y sigue siéndolo en muchas de sus ideas y su forma de vivir la imaginación.
Gracias Román una vez más...¡qué de cosas pendientes de leer!.
A mí también me encantó "Lo que sabe Alejandro" y espero que ese libro vuele a muchas bibliotecas, hogares y corazones.
Después de leer esta entrada mi maleta vacacional va a pesar más de la cuenta y estaré encantada con su carga.
Un abrazo
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