jueves, 5 de enero de 2023

Un puñado de clásicos ilustrados


De un tiempo a esta parte es bastante frecuente encontrar ediciones de todo tipo de obras clásicas que por una u otra razón son reconocidas dentro del canon literario.
Generalmente esto se debe a la caducidad de los derechos de autor (ya saben, estos prescriben setenta años después de la muerte de quien la escribió), por lo que la obra pasa a ser de dominio público, es decir, puede explotarse de manera libre y gratuita. Aunque hay que tener en cuenta ciertas consideraciones (las traducciones o las adaptaciones de estas obras sí pueden estar sujetas al pago de royalties), es la principal razón por la que muchas editoriales optan por publicarlas de una manera enriquecida para ofrecer al lector una visión más personal y completa de la misma.
Novelas, relatos, cuentos, poemarios y obras de teatro que han trascendido a las modas y siguen vigentes, llenan las librerías. Ediciones ilustradas, comentadas, prologadas y traducidas por Fulano o Mengano hacen más apetecibles la literatura universal y nos amplían la mirada sobre este o aquel autor, aunque también es cierto que hay que tener en cuenta ciertas consideraciones sobre este tipo de libros de los que ya hablé en este post.
Sin más dilación, paso a comentar algunos de los libros de este tipo que han llegado a las librerías este año. Como muchos de ellos son de sobra conocidos, me olvidaré del argumento para centrarme en otro tipo de características que lo realcen como objeto-libro. ¡Allá voy!



Daniel Defoe. Robinson Crusoe. Ilustraciones de Manuel Marsol. Alma. No hace falta que les diga que soy un gran admirador de Marsol, el artista madrileño que nos hace felices a muchos con el uso de la línea y la forma, para mí, sus grandes fuertes. En esta ocasión, además de explotarlas, se sumerge en el mundo de Crusoe desde el punto de vista del naúfrago de tal manera que el lector se puede poner en el lugar del protagonista. No vemos al náufrago, siquiera en alguno de los mapas que se usan como antesala a las diferentes partes de la obra. Contemplamos sus manos como si fueran las nuestras. Señalando, cogiendo caracolas, navegando... Con imágenes a dos tintas (azul y negro), Marsol nos invita a mirar con los ojos de Robinson.




Jakob y Wilhem Grimm. Blancanieves y otros cuentos. Ilustraciones de Minalima. Folioscopio
Margot Suzanne Barbot de Villeneuve. La bella y la bestia. Ilustraciones de Minalima. Folioscopio.
Aunque los textos no tienen nada que ver entre sí, ni en lo que se refiere al género, ni al estilo, he decidido reseñar juntas estas dos obras porque están ilustradas por el estudio Minalima. Encabezado por Miraphora Mina y Eduardo Lima, diseñadores que centran su trabajo en las líneas visibles, las composiciones geométricas y el uso de los colores planos, se ha editado una colección entera de obras muy conocidas. Auténticas y coloristas vidrieras que hacen de cualquier libro una fantasía. Por si eso no fuera bastante se incluyen elementos pop-up que, a modo de juego interactivo y/o elementos tridimensionales, refuerzan la magia de estos dos clásicos de la literatura infantil.




George Orwell. Rebelión en la granja. Ilustraciones de Quentin Gréban. Edelvives. Regresa esta conocida metáfora ilustrada por Quentin Gréban, uno de los ilustradores belgas más reconocidos a nivel internacional que domina la composición de las imágenes y el uso de la acuarela como nadie. Luminosa y cercana (fíjense en unos personajes donde, además de dramatismo, también hay humor), esta versión tiene poco que ver con esa estética lúgubre y gris con la que se suele representar esta alegoría sobre el totalitarismo. Merece la pena revisitarla con otro punto de vista




Louisa May Alcott. Mujercitas. Parte 1. Ilustraciones de Antonio Lorente. Edelvives. Edelvives incluye este clásico de la literatura norteamericana en la colección ilustrada por el almeriense Antonio Lorente, uno de los ilustradores con más éxito en la actualidad gracias a la estética dulce y aniñada que imprime a sus personajes, el brillo de sus ojos y una estética vaporosa que recuerda a la escuela francesa de Dautremer y Lacombe. Composiciones elegantes (el número cuatro favorece la geometría), retratos con mucho carácter, y desplegables a todo color. Esta edición es un regalo.





L. Frank Baum. El maravilloso mago de Oz. Ilustraciones de Iban Barrenetxea. Combel. Gracias a las ilustraciones del ilustrador vasco, la historia de Dorothy y sus compañeros de viaje, recuerda a un antiguo álbum fotográfico en el que, además de incluir estampas descriptivas, recoge las escenas más conocidas de la narración. Tomando ciertos referentes artísticos del realismo y el gótico norteamericano como Andrew Wyeth o Grant Wood, Barrenetxea sigue fiel a su inconfundible estilo (esta vez menos digital) y nos sumerge en un universo donde priman los colores cálidos que recuerdan al mundo rural y unos personajes muy bien caracterizados.




Mary Shelley. El elegido. Ilustraciones de Beatriz Martín Vidal. Avenauta. A partir de un poema que Mary Shelley escribió a su único hijo vivo tras la muerte de su marido y sus otros dos vástagos, se recrea esta edición que echa mano de las ilustraciones de Beatriz Martín Vidal para construir dos narrativas diferentes. Mientras que el poema apela al duelo y el dolor, la historia ilustrada describe la vida de esa mujer y su familia a partir de una metáfora acuática en la que la protagonista finalmente aparece con su hijo superviviente entre los brazos. Al tiempo que acompaña por esa sensación de dolor calmado, ahonda en los lazos familiares que, al fin y al cabo, es el leitmotiv de la obra. Se acompaña de un prólogo, el texto original en inglés, así como de un fragmento de una carta que Mary Shelley envió a Leigh Hunt.





Goethe. El rey de los elfos. Ilustraciones de Borja González. Avenauta. Este poema de Goethe está protagonizado por un jinete que mantiene una conversación con su hijo mientras cabalgan sobre el mismo corcel hacia su hogar. El hijo avisa al padre que el rey de los elfos los acecha en su carrera, hasta que al final, los alcanza. Con prólogo, el original en alemán y una interesante nota del traductor, este corpus central del libro se divide en dos partes, una primera con el texto y una segunda donde solo aparece una secuencia de ilustraciones en blanco y negro que, a modo de álbum sin palabras, relatan la historia.

miércoles, 4 de enero de 2023

Una buena tanda de narrativa para empezar el 2023


Como llevo muuuuuchos meses sin incorporar libros de narrativa en este espacio, aprovecho el comienzo del año para enviarles una buena tanda con la que disfrutar estos días de pascua que nos quedan.
Novelas, relatos, narrativa ilustrada… Llámenlos como quieran pero el caso es que tengan más letra impresa de la que acostumbra un álbum convencional. Que a veces se agradece recrearse algo más en las palabras y hacer más duradera la experiencia de lectura.


Si bien es cierto que las librerías están llenas de este tipo de libros, he decidido reseñar solamente aquellos que he leído (NOTA: animo a las editoriales a que me los manden porque bastante tengo con sumergirme en el mundo del álbum), y prescindir de adaptaciones de clásicos u otros productos comerciales y paraliterarios que, aunque tienen excelente factura y mucho éxito entre niños y jóvenes, me dicen más bien poco.
Como siempre, están ordenados por orden alfabético tomando como referencia el apellido de los autores, se incluye un breve comentario y añado tres estrellas a mis favoritos. Si quieren conocer más libros como estos hagan click en ESTE ENLACE ¡Y disfrútenlos!



Jonathan Auxier. Ceniza. Historia de una niña y su monstruo. Blackie Books. [***] Canción de navidad, Peter Pan o Alicia en el país de las maravillas son clásicos de la LIJ ambientados en la época victoriana, un periodo muy sugerente en el que también ocurre la historia de Nan Sparrow, una chica huérfana y la mejor deshollinadora de todo Londres. A pesar de su éxito, se siente triste y sola. Pero las cosas cambiarán cuando su Golem, una criatura de la mitología hebrea, nazca de un montón de ceniza para acompañarla y protegerla en mil y una correrías.



Miguel Brieva. Manuela y los Cakirukos. Reservoir Books. [***] Manuela, Tomás y Jonás regresan un año más a casa de sus abuelos durante las vacaciones de verano. Pero en esta ocasión, además de las típicas peripecias (bicicletas y playa incluidas), estos tres pipiolos se encontrarán con misterios indescifrables y un antiguo cuento que guarda un enorme secreto. El club de los cinco, Los Goonies y hasta E.T. parecen fundirse en una historia con reminiscencias a la cultura infanto-juvenil del siglo XX, pero capaz de cautivar a cualquier lector actual. Mucha magia, ciencia ficción y ese toque posmoderno que el genio de Brieva lleva a gala en todas sus obras, para traernos un libro que se nos enganchará a los tuétanos.




Ana Campoy. Pepa Guindilla / ¡Contra el mundo! Ilustraciones de Eugenia Ábalos. Nórdica. Pepa Guindilla es hija de padres separados, tiene una "madrastri", un "padrastri", dos hermanos y dos casas. Todo muy moderno. Aunque en su vida reina la armonía, como todo hijo de vecino, tiene algunos problemillas que solucionar. Mientras que en el primer volumen tiene que poner a raya a Odioso Chivato, en el segundo decide establecer un sistema de punto para controlar a su familia. Como muchos otros personajes clásicos de la LIJ, os hará pasar buenos ratos en los que también caben la crítica al universo adulto, la imaginación y el humor.



Octavio Ferrero. Trulus, trulos y búhos. Ilustraciones de Miguel Calatayud. Anaya. El abuelo Roberto era revisor de tren y la abuela Inés se dedicaba a buscar dueños de cartas perdidas. Imaginaos la de historias que tienen para contarles a María y David. La de hoy es una historia que empieza con una carta que lleva un búho en el pico y habla de un secreto que solo los abuelos y una pareja de magos, conocen. Si quieres descubrirlo tú también, ya sabes qué tienes que hacer. Un historia donde la naturaleza, la fantasía y los juegos de palabras se desbordan a favor de la mirada infantil.



Will Gmehling. Piscina. Un verano al aire libre. Vegueta. [***] Aunque empiece a hacer frío, nunca está de más recordar el verano, esa época del año donde nos podemos permitir ciertos lujos, sobre todo cuando estamos entrando en la adolescencia y se nos altera el ecosistema vital. Precisamente eso es lo que les ocurre a tres chavales, los hermanos Bukowski. Tras salvar a un bebe de morir ahogado mientras su madre hablaba por el móvil (otra de actualidad), la dirección de la piscina les recompensa con la entrada gratis durante todo el verano. Y allí lo pasarán. Un libro muy sensitivo que habla de las relaciones familiares, del valor de la comunidad y de experiencias extrapolables a cualquiera. Un canto sonoro de libertad y humanidad.



Ada Gobetti. Historia del gallo Sebastián. Ilustraciones de Marco Paschetta. Liana. [***] El mundo (o la granja, según se mire) fue muy afortunado cuando Sebastián rompió el cascarón del decimotercer huevo. Y como el número trece siempre tiene su aquel, imagínense lo peculiar que fue el churumbel de la hermosa gallina Plumalisa. Siempre le da la vuelta a todas las cosas y saca todo de quicio. Por si la cosa fuera poco, no sabe cantar. Curioso, intrépido y exótico, Sebastián protagoniza una novela de formación (¿Se acuerdan del Pinocho de Collodi?) donde filosofía y pensamiento se dan la mano en este clásico italiano de mediados del XX. Una joya.



Nono Granero. Piernas. Thule. Paticorto y acomplejado, el señor Miguel no se atreve a tirarle los trastos a la señorita Natalia. Una noche tiene un sueño inspirador y decide convertirse en inventor. Tras mucho trastear, consigue construir ¡unas piernas postizas! ¿Qué pasará? ¿Logrará llamar la atención de su amor platónico? Un relato muy ilustrado que nos planeará muchos dilemas a los que solo nosotros podemos encontrar la respuesta.



Malin Klingenberg. La chica alce. Errata Naturae. De marcado corte ecologista, esta novela nos cuenta la historia de Johanna, una chavalita que acaba de entrar en el instituto. Su mejor amiga se pirra por entrar en la pandilla de las chicas populares y la deja tirada. Gracias a esta decepción, Johanna frecuenta el lago y se ve envuelta en una pequeña aventura donde una pareja de alces, un chico muy peculiar, defensores de los animales y cazadores son los verdaderos protagonistas.



Astrid Lindgren. Karlsson en el tejado. Ilustraciones de Ayesha L. Rubio. Kókinos. [***] Yo no sé si vosotros os habéis topado con alguna de esos seres que, aparte de los humanos, habitan nuestros hogares. Pues eso es precisamente lo que le ocurre a Lillebror, el hermano pequeño de los Svantesson, que como todo el mundo pasa de él, tiene que pasar el rato con el señor Karlsson, un hombre misterioso que vive en una pequeña casita sobre el tejado y que es capaz de volar. Aunque todo el mundo piensa que son imaginaciones suyas, esta pareja se lo pasa en grande recorriendo Estocolmo. ¿Te aventuras a venir con ellos?



Astrid Lindgren. Ronia, la hija del bandolero. Ilustraciones de Katsuya Kondo. Kókinos. [***] Dos clanes de bandoleros se disputan el dominio del bosque, pero serán los hijos de sus respectivos jefes quienes encuentren la concordia tras vivir un sinfín de aventuras juntos. Criaturas fantásticas, naturaleza desbordante y mucha acción, son las mejores bazas de un relato exuberante que cabalga entre la amistad. Ilustrado por uno de los artistas que participó en la serie anime de este libro y que conservó el nombre original de la protagonista –Ronja-. Ya tienen dos tareas para este 2023: leerla y verla.



Astrid Lindgren. Mío, mi querido Mío. Ilustraciones de Luz Marina Baltasar. Kókinos. Quizá esta es una de las historias más queridas por la autora sueca y cuenta cómo Bosse, un chaval de 9 años que se siente abandonado por sus padres adoptivos, decide comenzar una historia de aventuras por culpa de una carta con letras de fuego y una manzana dorada que le llevará hasta la Tierra de Afuera para enfrentarse a Kato. Un texto fantástico con un trasfondo complejo (quizá el que más de los tres que se recogen aquí de esta autora) que suscita numerosas interpretaciones.



Andrea Maceiras. Alma de elefante. Ilustraciones de Jordi Solano. Anaya. Suy y Lawen son gemelos y viven en una aldea del sudeste asiático. Un día, la vieja Champey lee sus almas y le dice a Suy que él tiene alma de mariposa y que su hermana tiene espíritu del elefante. A Suy no le gusta nada porque él es más fuerte y cuida de Lawen, una niña muy diferente a las demás. Pero pronto se cruzarán con Tep, un elefante de verdad y desencadenará una pequeña aventura que pondrá a prueba a los dos hermanos y nos descubrirá lo que hay dentro de ellos. Una fábula tierna y conmovedora con parajes exóticos como telón de fondo.



Eva Manzano. Los miniseres. Ilustraciones de Maite Gurrutxaga. Nórdica. [***] Colchonutos, sofazosos, alfombrillos, cristalritas, mesaposas y bolapompas son algunos de los miniseres que pululan por casa de Jimena y Diego. Pero resulta que estos personajillos están desapareciendo y necesitan aliarse con esta pareja de hermanos para intentar solucionar el problema. Una historia que recuerda a Los incursores de Mary Norton, pero con mucho más humor y sugerentes juegos de palabras que funcionan a modo de resorte fantástico. ¡No te la pierdas!



Agnès Mathieu-Daudé y Olivier Tallec. Dagfrid, una niña vikinga. Flamboyant. Dagfrig detesta la vida que llevan las vikingas. Van con trenzas y vestidos largos, comen pescado, y cosen en cabañas hechas de musgo. Ella se planta y con la ayuda de su hermano consigue un barco que la lleve a cualquier lugar donde no se coma pescado. ¿Lo conseguirá? Un librito ilustrado que nos plantea problemas de toda la vida y nos saca una sonrisa.



Kiran Millwood Hargrave. Julia y el tiburón. Ilustraciones de Tom de Freston. Bambú. [***] Mientras el padre de Julia automatiza el faro, su madre, una bióloga marina, aprovechará su estancia en la isla para encontrar el tiburón de Groenlandia. Aunque adora a su madre, Julia empieza a darse cuenta que algo le pasa cuando esta, obsesionada por encontrar al escualo, pone en peligro su vida. De gran carga metafórica, esta historia con la enfermedad mental como trasfondo, es un canto a la familia, la amistad y el respeto al medio ambiente.



Alberto Montoria Maceín. Defectos monstruosos. Ilustraciones de Nuria Díaz. Hércules de Ediciones. Milo siempre está malhumorado, tiene mala educación y no le gusta casi nada. Vamos, lo que se dice un crío insoportable. Pero todo cambia cuando, después de un accidente, descubre que es la única persona que puede ver a unos monstruos que van al lado de cada persona y que, casualmente, se comportan de manera parecida al humano al que acompañan… ¿Cómo será el tuyo?



Anja Portin. Radio Popov y los niños olvidados. Nórdica. Alfred tiene nueve años y vive prácticamente solo. Su madre desapareció hace mucho tiempo y su padre siempre anda de viaje con sus negocios. Todo es un poco triste y aburrido hasta que entra en acción Amanda y un viejo transmisor de radio que cambiará la vida de todos esos niños olvidados que, como él, anhelan tener cerca a sus familiares.



Petra Postert. El año de las abejas. Takatuka. [***] El abuelo de Josy acaba de morir y cuando llega la hora de leer su testamento, descubre que el abuelo le ha dejado su colmena de abejas como herencia. A pesar de la negativa de su madre, Josy decide cuidar a las abejas gracias a la buena disposición de su padre y la ayuda de Alma, la mejor amiga del abuelo. Secretos familiares y crecimiento personal enlazados por el oficio de apicultor. Metafórico y entrañable es uno de los libros que más me ha gustado de esta tanda.



María Ramos. Tres luces. Blackie Books. Esta es la historia de tres misteriosas luces que quedan atrapadas en la tela de una araña. No son luciérnagas ni gusanos luminosos. Finalmente, Oruga y sus primas las Lombrices, deciden llevarlas a casa de Topo, quien las cuidará e intentará por todos los medios que regresen a su hogar, sanas y salvas. Un relato sencillo y encantador con un componente fantástico muy sugerente.



Jutta Richter. La señora Lana y el mundo tras el mundo. Ilustraciones de Günter Mattei. Lóguez. [***] Si no saben quién es la señora Lana les invito a conocerla en los dos primeros volúmenes de esta serie que tantas cosas buenas nos trae. En este tercero, Merle y Moritz, nuestros queridos protagonistas, están decididos a salvar ese mundo que hay detrás del nuestro, pues tienen muy claro que su padre se encuentra allí, en el reino de Chiquitania. Fantasía a raudales que cualquiera debería disfrutar.



Jordi Sierra i Fabra. Las últimas 30 páginas. Loqueleo. Llegamos quizá a la novela que más se dirige al público adolescente, no solo por la temática, sino por constituir un reflejo de ese lector en transición que aboga por la intriga, el desarrollo personal y lo inspirador. Tras la muerte de Valentina, Lorena es la encargada de terminar la novela que su maestra deja inacabada. Solo 30 páginas la separan de un final que le descubrirá muchas cosas de ambas. Episodios cortos y buen ritmo para una historia con mucho gancho.




Saša Stanišić y Katja Spitzer. ¡Ey, ey, ey, taxi! Takatuka. [***] Con un regusto descomunal a Gianni Rodari, aterriza en nuestras librerías un libro de esos que podemos leer una y otra vez sin parar de reír. Juegos de palabras, mucho sinsentido, surrealismo a raudales y unas ilustraciones desbocadas de colores vibrantes, esta antología de breves historias comparten un mismo hilo conductor que se acentúa gracias a un comienzo y final compartido. Se merecía estar entre los mejores álbumes del año, pero ya no doy para tanto... Recomendadísimo.



Tom Tellegen. Cartas de la ardilla a la hormiga. Ilustraciones de Axel Scheffler. Blackie Books. [***] En este libro ilustrado que ya incluí en mi selección de libros sobre cartas y carteros, encontramos una narración epistolar, es decir, una historia basada en un intercambio de misivas entre un puñado de animales como el oso, el caracol, la ardilla o la hormiga. Con cierto aire surrealista nos columpiamos en un agradable vaivén entre el humor y la poesía.



Amy Timberlake. La gema es una yema. Ilustraciones de Jon Klassen. Flamboyant. [***] Terminamos con una nueva aventura de Mofeto y Tejón, dos amigos muy dispares que siempre encuentran puntos comunes en los que disfrutar de su mutua compañía. Esta vez se dirigen al Lago Sin Fin en busca de un ágata, una gema bastante especial. Espero que estéis preparados para un relato lleno de malas intenciones, engaños, traiciones y ¡hasta un huevo!



Robert Walser. El hombre que perdió la cabeza. Ilustraciones de Carmen Segovia. Las afueras.  [***] Publicado por primera vez en castellano, este relato de uno de los maestros de la literatura contemporánea en lengua alemana nos lleva por caminos muy diferentes a los que acostumbramos gracias a la creación de un especial universo donde el señor Chaparro, un hombre con la cabeza un poco hueca, empieza perdiendo el dinero, la suela de los zapatos, e incluso a su esposa, para terminar perdiendo la testa. Historias dentro de historias, mucho juego textual, dos narradores, sinsentido... Regálenlo, porque los lectores en ciernes también se merecen leer obras cortitas pero con cierta enjundia.

lunes, 2 de enero de 2023

La amistad y su simbología


En estos días donde las celebraciones familiares se abren camino, me pongo a pensar en los amigos, el otro pilar fundamental sobre el que descansan las fiestas.
Parafraseando todos esos lemas de carpeta que hoy pululan por las redes sociales, la familia que se elige es, tanto o más necesaria, que la biológica. Si bien es cierto que las relaciones son diferentes, son igualmente necesarias, sobre todo para aquellos que, por diferentes circunstancias no están cerca a sus familiares o simplemente no los tienen.


Siempre que pienso en la amistad, se me vienen a la cabeza las alegorías que romanos y griegos hacían de este sentimiento o relación de los seres humanos.
Los griegos representaban la amistad en la figura de un joven vestido. La mano derecha descubría el pecho y descansaba sobre el corazón, mientras que la izquierda se apoyaba en un olmo seco por cuyo tronco trepaba una vid cargada de uvas.


Los romanos la simbolizaban como una hermosa joven con una túnica blanca, pies desnudos y un tocado tejido de mirto y flores de granado. Sobre la frente se podía leer “Invierno y Verano”, en la franja de la túnica “La muerte y la vida”, y sobre su pecho descubierto por la mano derecha, la inscripción “De cerca y de lejos”.
Además de invitarles a descifrar todos esos símbolos (¡Ya tienen tarea para el año nuevo!), hoy les traigo tres lecturas sobre la amistad.


En Un día con amigos, un libro-álbum publicado por la editorial Lóguez, su autor, Philip Waechter, explora la relación de amistad entre cinco animales, Mapache, Zorro, Tejón, Oso y Corneja, los protagonistas de esta historia.


Todo empieza el día que Mapache se aburre como una ostra. Si otras veces se pone a leer o hacer deporte, en esta ocasión decide hacer una tarta para entretenerse. Como se le han terminado los huevos, decide acercarse a casa de zorro. Cuando llega se lo encuentra ocupado arreglando el tejado y, como se da cuenta de que no alcanza, le sugiere a Zorro que vayan a ver a Tejón para pedirle prestada una escalera. Una vez en casa de Tejón, descubren que Tejón tiene otro problema: no sabe la solución a un crucigrama que tiene que ver con la miel, así que deciden visitar a Oso, todo un experto en esas lides.


Con tono cercano y distendido, esta narración encadenada es el interruptor de una serie de aventuras cotidianas que comparten cinco amigos que, a pesar de los pequeños problemas que les acucian, encuentran momentos compartidos en los que disfrutar los unos de los otros y, si hay ocasión, buscar soluciones a sus males.


El elefante en la sombra, un libro de Nadine Robert y Valerio Vidali editado por Libros del Zorro Rojo, nos habla de la amistad desde el punto de vista de la comprensión y el entendimiento hacia el otro.
El elefante está triste y ensombrecido. Nadie sabe por qué y no hay quien le haga recuperar la alegría. Ni el mono con sus chistes, ni los avestruces con sus bailes, ni el cocodrilo con sus ensaladas. Un ratón que pasa por allí, se detiene, le pregunta que si puede descansar cerca de él y entablan una conversación que cambiará a ambos.


El texto, directo y tranquilo, se articula con diferentes tipografías, un recurso visual que, aunque puede recordar a la historieta gráfica, le imprime solemnidad, sobre todo porque el discurso queda enmarcado en un lapso espacial bastante amplio.


De las ilustraciones cabe destacar la composición y la paleta de color. En la primera parte de la historia las escenas a doble página quedan divididas por la luz (páginas izquierdas) y la oscuridad (página que ocupa el elefante). En la segunda parte esto se invierte (las páginas izquierdas se llenan de sombra, mientras que las ocupadas por el ratón están iluminadas). Y en la tercera, la noche se cierne sobre toda la escena (ambos animales rompen a llorar).


Texto e imágenes se conjugan en pro de una historia donde muchos pueden hablar de asertividad, empatía, diálogo, comprensión, resiliencia o inteligencia emocional. Lo que yo veo es una fábula sobre la amistad que toma como punto de partida la depresión de su protagonista y encuentra diferentes elementos y puntos de vista desde los que el lector puede mirar(se).


Y terminamos con el álbum que hace de portada para este post. Amigos, de Daniela Sosa, un álbum editado por Andana y con mucha carga poética, se sumerge de lleno en las relaciones interpersonales.


Sin demasiadas florituras, el texto nos va describiendo los tipos de amigos. Los de toda la vida, los que se encuentran lejos, los que pudieron haber sido pero no lo fueron o los mejores. Todos caben en este pequeño catálogo.


Acompañado por numerosas imágenes protagonizadas por críos de todo origen y condición, este álbum tiene tantos reflejos como lectores, pues mientras lo leemos, vamos poniéndole cara a todos esos amigos que pululan o han pululado por nuestras vidas.
Si no saben qué regalarle a sus amigos en estos días, aquí tienen un libro mágico para cualquiera de ellos.