Me
huele a sal la noche. Al cantar del grillo, al rocío rezumando… Así son los ocasos
del verano, tan extraños que, cuando los ves en el horizonte, tienen cierto
halo inverosímil, un silbo raro... por lo que dejamos atrás, por lo bueno, por
lo malo.
Me
iré sumergiendo en nuevas olas, en nuevos mares, lento, calmado, para que los
recuerdos llenen mi voz y susurren pausados. Para que vuelen libres durante el
día y, en la noche, queden callados. Porque la brisa sobre la negra arena, no mueve
la honda pena, pero sí agita su canto…
Lluvia del
cometa
en la arena.
Salimos a buscar
piedras
para la rayuela.
Gastadas
pulidas
aplastadas.
Monedas de luna
en los
bolsillos,
no pesan
nada.
Laura Forchetti.
En: Donde nace
la noche.
Ilustraciones de María Elina.
2015. Pontevedra: Faktoría K de Libros.
2 comentarios:
Ha gustado mucho...adoro este blog...esta entre mis favoritos...Nos leemos...miles de saludos
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