El
otro día me pasó una cosa bastante curiosa... Andaba yo revisando
un cuaderno lleno de ideas, tontunas y garrapatos, cuando de repente,
me encontré con un poema allí varado. Lo leí en voz baja y,
encontrándolo hermoso, lo copié en un pizarrín que tengo en la
cocina para alegrarme con él las mañanas. Al día siguiente tuve
curiosa visita que, corta ni perezosa, captó una instantánea y se
llevó mis palabras sin mero consentimiento (tenía que haber sacado
la escopeta ante tal hurto descarado, pero si me pongo en mis trece,
de seguro que me toca un disgusto...). Y cual ha sido mi sorpresa
hoy, cuando he encontrado mis versos saltando en las redes sociales.
Moraleja:
Vigilen los bellos poemas o pueden salir volando.
La vida del poema
que escribió Javier
es difícil de creer.
Nació en una hoja en
blanco
hacia finales de marzo.
Lo escribió con mucha
prisa
para entregárselo a
Elisa
quien lo guardó en la
carpeta
que le regaló a
Teresa.
Llegó a su casa la
niña
y de inmediato pensó:
“Para que nadie me
riña
he de ponerme enseguida
a estudiar la lección.”
[…]
Pepe Serrano
La vida de un poema.
En: Cocina rápida para
tortugas.
Ilustraciones de Mar
Villar.
2014. Nalvay : Sariñena
(Huesca).
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