domingo, 7 de mayo de 2023

¿Todopoderosas?


Madres todo-terreno, sacrificadas, resignadas… Llevamos toda la vida escuchando lo mismo, sobre todo cuando algunas se lanzan a vociferar en las calles, pero, ¿qué hay de cierto en todos estos calificativos?


Teniendo en cuenta que son cada vez más mujeres las que echan mano de ayuda externa a la hora de solventar las tareas del hogar, y que los hombres han ingresado poco a poco en los quehaceres cotidianos y el cuidado de los hijos, podemos decir que la realidad está cambiando.
No se lleven las manos a la cabeza. No quieran ser tan sumamente todopoderosas. Conozco a muchos hombres que hacen en su casa más que muchas mujeres, incluso que la suya. Lavadora, plancha, mopa, amoniaco, bricolaje y pañales. Las realidades son mutables y muchos hombres, conscientes de su papel en la institución familiar, su dependencia en materia doméstica y cierto estigma relacionado con, por ejemplo, la custodia filial, se han puesto manos a la obra.


¿Sería aplicable en este caso ese refrán que reza “Búscate la fama y échate a dormir”? Tampoco es eso. Todavía queda mucho por hacer en la materia y todavía son muchas mujeres las que hacen la mayoría de estas tareas, muchas mujeres sacan adelante a la prole con su solo esfuerzo y sin ayuda de ningún hombre. Pero lo que sí está claro es que esa igualdad por la que tanto se clama desde ciertos sectores, empieza a hacerse realidad en detrimento de un estereotipo que ha hecho mucho por la imagen positiva de la mujer. Toda coexistencia es buena. Nada es excluyente.


Así que regresamos con Chris Haughton y su Mamá pingüina es la mejor para celebrar este día tan materno, un libro que publicó hace unos meses NubeOcho y con el que el autor irlandés se marca un homenaje a la figura materna gracias unas aves muy particulares.
En esta historia con marcada estructura de sketch o comedia de situación, un recurso narrativo muy utilizado por Haughton, una pingüino tiene que capturar la cena para su hijo. Salta, nada, pesca y sube un escarpado acantilado. Ella es capaz de todo, pero ¡ups! Ella no contaba con sortear a unas feroces focas dormidas sobre el hielo. ¿Lo conseguirá?


Que se transforma en una función nocturna en el que padre e hijo son los espectadores ideales. Del mismo modo que se establece una repetitividad en la alternancia de escenas que la hace muy atractiva para los pequeños lectores, empatiza con ellos desde una posición. Un final con vuelta de tuerca, caracterización de personajes, y notas humorísticas hacen de este libro una buena opción para seguir cayendo rendidos ante las ideas tan aparentemente sencillas de este autor.
¡Y feliz día de la madre!

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