Anton Pieck
Señoras, señores, por si no lo saben hoy es el Día de la
Biblioteca. Un sitio al que acudir no sólo durante esta jornada, sino de vez en
cuando. Darse un garbeo por los expositores de novedades, por las selecciones
temáticas, la cómicteca, las publicaciones periódicas y sobre todo recorrer los
estantes de fondo bibliográfico, porque les recuerdo que la razón por la que
nacieron las bibliotecas fue para preservar y custodiar nuestro conocimiento. Antes
de que existieran el saber pasaba de boca a oído y a veces se perdía por el
camino. Le pasaba a la medicina, a las matemáticas, a la ingeniería o a los
cuentos.
Si hay libros que me llevan hasta las bibliotecas son las
antologías de cuentos, las colecciones de estos relatos populares. Hay tantas y
tan ricas que es una suerte que haya bibliotecas. Primero de todo porque yo no
tengo espacio para todas ellas, segundo porque muchas de ellas (las más
hermosas) se encuentran descatalogadas permanente.
Por mucho que algunos se empeñen en desprestigiar estas
narraciones en pro de otras más técnicas y profundas, el aquí firmante siempre
gusta de recordar una anécdota personal que ensalza su valor... Andaba yo en
quinto de carrera cursando la asignatura “Geobotánica” cuando la catedrática
encargada de impartirla preguntó si alguien conocía las características de la
taiga. A mí me vinieron a la cabeza los Cuentos
del río Amur, una de mis colecciones de cuentos populares fetiche durante
la infancia y ni corto ni perezoso me lancé a describir los bosques de aquellos
relatos plagados de abedules de bajo porte, abedules de hierro, brezos y
musgos. No me equivoqué y ella me preguntó que si había estado allí. “Varias veces”
contesté.
De vez en cuando me topo con que alguna biblioteca ha dado
de baja algunas de estos libros y algo en mí se apaga. Entiendo que la falta de
espacio, la duplicidad de volúmenes o el pobre uso que reciben muchos libros
son motivos suficientes para prescindir de ellos, pero también creo que debiera
considerarse la calidad artística de los volúmenes que se pierden.
Es por ello que hoy he querido desempolvar este tipo de
libros a los que debemos tanto, no sólo para que lo tomen como excusa a la hora
de visitar una biblioteca, sino para que tanto usuarios, como bibliotecarios los
valoren convenientemente; una pequeña selección para la que he utilizado unos
cuantos criterios como:
1. Escoger recopilaciones de cuentos tradicionales y no de
autor.
2. Centrarme en las que reúnen relatos de un mismo país, una
amplia zona o una etnia o religión particular.
3. Tener en cuenta la diversidad que nos provee el mundo.
4. Combinar ediciones actuales con otras ya descatalogadas.
5. Y que me gusten.
Sé que echarán de menos algunas (hay casas editoriales
especializadas en este tipo de publicaciones como Miraguano, Siruela y José J.
de Olañeta, por lo que les animo a que echen un vistazo a sus catálogos).
¡Disfruten de los cuentos y de las bibliotecas! Porque cuando
una biblioteca desaparece, una parte de nosotros mismos también se pierde.
Jakob y Wilhem Grimm. Cuentos de niños y el hogar. Anaya (3 Vols. Diferentes ediciones). Me encanta la selección de Lore Segal ilustrada por Maurice Sendak El
enebro y otros cuentos Lumen (2 vol.) y la de Herrín Hidalgo en El señor Korbes y otros cuentos de Grimm, para Mediavaca.
Benedikte Naubert. Cuentos
populares alemanes. Siruela.
VV.AA. Cuentos suecos.
Anaya.
Asbjornsen y Moe. Cuentos completos noruegos. Libros de las malas compañías.
José Manuel de Prada. Cuentos
populares irlandeses. Siruela.
Katharine M. Briggs. Cuentos
populares británicos. Siruela.
Giambattista Basile. Pentamerón.
Siruela.
Charles Perrault. Cuentos
de antaño. Anaya. (Reeditado)
Antonio Rodríguez Almodóvar. Cuentos al amor de la lumbre. (2 vols. Edición antigua / 2 Vols.
Nueva edición: Cuentos maravillosos y
Cuentos de animales y costumbres).
Anaya.
Ana Cristina Herreros. Cuentos
populares de la Madre Muerte. Siruela.
Pascual Pascual Recuero. Antología
de cuentos sefardíes. Ameller.
Javier Asensio García. Cuentos
populares de los gitanos españoles. Siruela.
José Viale Moutinho. Cuentos
populares portugueses. Siruela.
Diane Tong. Cuentos
populares gitanos. Siruela.
Vuk Stefanovic Karadzic. Cuentos
populares serbios. Miraguano.
Ramón Sánchez Lizarralde. Cuentos populares albaneses. Miraguano / Libros de los Malos Tiempos.
María E. Roces (ed.). La bella de la tierra y otros cuentos albaneses de la viva voz del pueblo.
Ilustraciones de Jesús Gabán. Libros de las malas compañías.
Petre Ispirescu. Cuentos maravillosos rumanos.
Ilustraciones de Roxana Irimia. Libros de las malas compañías.
Nikolai Afanasiev. Cuentos
populares rusos. Anaya. (3 vol. Edición antigua. / 4 vols. Nueva edición). Existe dos selecciones editadas por las editoriales Reino de Cordelia y Libros del Zorro Rojo más que interesantes.
Dmitri Naguishkin. Cuentos
del río Amur. Anaya
Ana Cristina Herreros. Cuentos
populares del Mediterráneo. Siruela
Fernando Pinto y Antonio Jiménez. Bajo la jaima. Cuentos populares del Sáhara. Miraguano
C. G. Campbell. La novia del mar y otros cuentos de las tribus árabes. Libros de las malas compañías.
Ana Cristina Herreros. Cuentos
del erizo y otros cuentos de las mujeres del Sahara. Libros de las malas
compañías.
René Basset. Cuentos
populares de África. José J. de Olañeta.
VV.AA. Cuentos
populares de Africa. Siruela.
Anónimo. Las mil y una noches. No sabía decantarme por una edición, así que la dejo al cargo de los expertos. A mí la selección de Juventud me gusta... Eso sí, no he podido resistirme a acompañarla con las ilustraciones de Olga Dugina para la versión que hizo de algunas historias junto a Arnica Esterl y editado por SM.
Jesús Marchamalo y Damián Flore. Cuentos populares de La India. Siruela.
Richard Wilhelm. Cuentos
chinos. Paidós.
VV.AA. Cuentos de la
China milenaria. Anaya. (2 Vols.)
Amparo Takahashi. Cuentos
y leyendas de Japón. Anaya.
Richard Gordon Smith. Cuentos
tradicionales de Japón. Satori Ediciones.
Morris Edward Opler. Mitos
y cuentos de los apaches chiricahuas. Miraguano.
Edward S. Curtis. Las
flechas mágicas, y otros relatos de los indios cheyenes, comanches, wíchitas. José J. de Olañeta.
Edward S. Curtis. Cómo
se salvó el mundo y otros cuentos indios. José J. de Olañeta.
NOTA: Respecto a los cuentos de las tribus nativas de
Norteamérica decir que tanto la editorial Miraguano, como José J. de Olañeta,
tienen las colecciones más extensas de este tipo de relatos, sobre todo la
segunda que editó la mayor parte de los recopilados por Edward S. Curtis. Sucede lo mismo con los cuentos de los diferentes países de Latinoamérica.
Fabio Morabito. Cuentos
populares mexicanos. Siruela.
Gloria Cecilia Díaz. Cuentos y leyendas de América Latina. Anaya
Anneliese Löffler. Cuentos
de los aborígenes australianos. Océano Ambar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario