lunes, 28 de febrero de 2022

14 años de blog y un post sobre autores "fracasados"


Catorce años de blog son muchos, más todavía teniendo en cuenta que este formato está en desuso y lo que prima en la tercera década del nuevo milenio son vídeos (cada vez menos) y podcasts. Quizá estaría bien replantearse las cosas y dejar a su suerte un blog que, a pesar de estar bastante bien posicionado en los buscadores y en el ecosistema de la LIJ, considero que no está muy explotado por mi parte (otros ya sé que lo esquilman a sus anchas). El año que viene (si es que llego) serán 15 años y, como buen teenager, este bloguero tendrá que plantearse el futuro.
No se me echen las manos a la cabeza. Yo sé que mi trabajo no es reconocido por bastantes personajes de la LIJ (aunque todo quisqui le saque el jugo a la chita callando), pero me la suda. Sí, estaría guay que de vez en cuando le invitaran a uno a dar charlas y cursos, que me enviaran como scout editorial a las ferias del ramo, que me llamaran como jurado a algún premio, o que compartieran mis puntos de vista tan heterodoxos en los púlpitos universitarios, pero si no sucede, tampoco me voy a hacer el harakiri. Lo mejor es que tengo un buen curro y no necesito hambrearle a nadie. 
Lo único que me jode es que otras personas con muchísimo menos bagaje, van de estrellas del "business " y se lo curran mucho menos que yo (meritocracia cero en este universo LIJero). 
Ea, seré un feliz aunque fracasado bloguero. Algo que no me preocupa, pues hoy, como celebración de este aniversario, les traigo (¡Sí, a ustedes, a la gente que me lee, me valora y me apoya a diario!) unos cuantos ejemplos de autores de Literatura Infantil cuyas obras fueron rechazadas en montones de ocasiones por editores de toda condición, pero que a la postre demostraron su valía con creces.
Empezamos con Dr. Seuss y And to Think That I Saw It on Mulberry Street, su primer libro, uno que fue rechazado 27 veces antes de ser publicado por Vanguard Press. Si nadie se hubiera arriesgado a tal empresa: ni Grinch , ni Lórax, ni gato Garabato.


Otro al que le costó lo suyo publicar su obra más conocida fue Kenneth Grahame. El viento en los sauces, una novela que nació a partir de los cuentos que el autor inventó para su hijo a la hora de dormir, fue rechazado varias veces recibiendo comentarios como “Una historia navideña irresponsable que nunca se venderá”. La obra ha vendido la friolera de 25 millones de ejemplares.


Dos novelas muy famosas que fueron rechazadas por los primeros editores que las recibieron fueron Ana de las Tejas Verdes y Mujercitas. Cinco editoriales no le dieron el visto bueno a la obra de Lucy Maud Montgomery hasta que fue publicada en 1908, pasando a ser un éxito en todo el mundo (¡50 millones de copias!). Mujercitas, la conocidísima novela de Louisa May Alcott no solo fue rechazada, sino que se le dijo a la autora que "dejara de escribir y se dedicara a la enseñanza”. Esperamos que quien hiciese ese comentario de tan mal gusto sufriera un síncope al saber que se podría haber hecho de oro gracias a un libro que lleva editándose más de 150 años y ha vendido unos cuantos millones de copias. 



Otra que se llevo el chasco fue Beatrix Potter. El cuento de Peter Rabbit era tan popular entre los niños de su zona que pensó que sería bueno publicarlo. Ella misma lo presentó a todos los editores de Londres que pudo encontrar y todos rechazaron la historia. Ni corta ni perezosa echó mano de sus ahorros e imprimió 250 ejemplares. Cuando vendió todos, uno de aquellos editores que había rechazado su historia inicialmente, le ofreció publicarlos bajo su sello editorial. Se han vendido hasta el momento 45 millones de copias de sus libritos protagonizados por animales.



Para finalizar hablar de dos autores más actuales, Ian Falconer y J. K. Rowling. El primero cuenta que la historia de su cerdita Olivia, una que creo para su sobrina, se mantuvo muchos años en una carpeta ya que los editores a quienes se la enviaba preferían que fuese otro autor quien desarrollara los textos. Finalmente Anne Schwartz se decidió a publicarla con la condición de que Falconner le diese una vuelta. Así y lo hizo y el resto es un final más que feliz.


Lo de la madre de Harry Potter y todo su universo lo sabe hasta el apuntador. Su primer libro (Harry Potter y la piedra filosofal) fue rechazado en múltiples ocasiones por su extensión. No fue hasta que la hija de un editor lo leyó y quedó prendada de él, cuando se decidiría el futuro de una saga que genera más beneficios que el producto interior bruto de Bolivia.


Así que ya saben, hagan lo que hagan, sigan en la brecha, este buen puñado de ejemplos animan a seguir creyendo que algún día, el trabajo bien hecho y la constancia tendrán su recompensa. 
¡Gracias a todos por seguir ahí un año más!

12 comentarios:

Maite Murillo dijo...

Genial, como siempre, enhorabuena por tu trabajo y tu soplo de aire fresco

Román Belmonte dijo...

¡Muchas gracias, Maite! No sé yo si será muy fresco con estas temperaturas pero se intenta. ¡Un abrazo!

Jesús milrazones dijo...

Muchos leemos con la mayor atención lo que escribes, Román, y muchas veces con una sonrisa de pricipio a fin. O sea, de fracasado, nada. Otra cosa es que no te cunda y que haya figuras que con mucho menos le saquen rendimientos inalcanzables para ti: eso pasa en todos los sectores y, que sepamos, no tiene remedio.
Tus lectores no podemos contratarte para dar cursos y esas cosas. Pero sabes que recogemos lo que haces y que pensamos maravillas de ti. Muchísimas gracias por todo lo que nos enseñas.

Rafael dijo...

Alguien escribió que la belleza es una postura crítica. Por eso es tan precaria..., la belleza y también la crítica.

Salud! amigo, y a por los quince.

laugorna dijo...

¡Hola, Román! Yo te sigo y te leo desde hace años. El tuyo es mi blog de referencia, el único que nunca he abandonado, y lo es precisamente porque es distinto, porque no sigue normas, porque es especial y tiene personalidad. Me gustan tus artículos, lo que se entrevé en ellos que piensas del mundo y sobretodo lo tomo como una selección personal. Me muestras lecturas que no conozco y que siempre están aquí por una razón de peso: que tú las has elegido de entre las muchas que hay para ofrecérselas al mundo. Un abrazo enorme desde el otro lado de la pantalla.

Román Belmonte dijo...

Apreciado Jesús, gracias por tus palabras. Yo creo que me cundiría mucho más si me vendiera a causas y movimientos con los que no comulgo, pero como eso no va a pasar, sigo con lo mío, que es muy gratificante aunque no me contrate nadie. ¡Un abrazo grande desde La Mancha!

Román Belmonte dijo...

Don Rafael, muchísimas gracias por sus palabras. Son bálsamo y acicate. No sé si yo aporto mucho a la parcela de lo bello, pero creo que a la crítica, una mijita... ¡Un fuerte abrazo!

Román Belmonte dijo...

Laura, mil gracias por tus palabras. ¡Esto del fenómeno fan me deja K.O. y no sé qué más decir. ¡Un abrazo!

Marta Rivadulla dijo...

Gracias por tu estupendo blog, Román, puedo imaginar la cantidad de trabajo que te da y se te agradece. Mis compañeras y yo te recomendamos a los profes que visitan la biblio, eres una fuente de inspiración!

Román Belmonte dijo...

¡Muchísimas gracias por las palabras y por recomendarme a los colegas de profesión! ¡Un abrazo fuerte desde el sudeste peninsular a todas esas bibliotecarias gallegas!

Ana Nebreda dijo...

Felicidades, Román, por tantos años de trabajo con tanta emoción y razón. Un enorme abrazo

Román Belmonte dijo...

¡Muchas gracias, Sra. Nebreda! Aquí un monstruo para servirla en todo lo que tenga que ver con libros para críos y sus cuitas. ¡Un besico!