lunes, 23 de enero de 2023

¿Cómo ser auténtico?


Todo el mundo quiere ser auténtico, diferente, original, especial. Nadie quiere ser cómo el resto. Pero luego llegan las modas y los ismos, los iconos y los influencer de turno, unos biotipos que despuntan en los mass media e invitan al mimetismo. Coges un poquito de aquí, otra pizca de allá, algo de tu cosecha, y ya está: un tipo singular.
¿Qué ustedes también quieren pero no saben cómo hacerlo? Pues aquí unos briconsenjos para lograrlo:


- Háganse con una furgoneta camperizada, o en su defecto, varios pasaportes usados.
- Indispensable un animal de compañía. Y si parece que te lo trajinas o lo incluyes en el libro de familia, mejor.
- Al menos, un tatuaje. Pequeño o grande pero que se vea, por favor.
- Dietética y porn food deben convivir a la perfección en una estudiada paradoja.
- Conciertos, exposiciones, gastronomía, conferencias… Actividades culturales, sí o sí.
- Vota al partido de referencia indicado por tu colectivo o minoría respectiva.
- Los niños son un acierto, y que se note que los quieres, más todavía.
- El ecologismo siempre realza el sabor de cualquier plato insulso.
- Pose, peluqueo y gimnasio: básicos. Yoga y pilates también valen. Si no estás al tanto, ponte las pilas.
- ¡Ah! Se me olvidaba un vestidor de aquí a Lima. ¡Lúcete!
- Llena tu discurso de peroratas absurdas y obviedades inertes. Reafirmarte.
- Ábrete en canal. Si además eres emocionalmente inestable, exhíbete.
- Limita tu vocabulario. Anglicismos, prefijos, sufijos y adjetivos como “brutal” y “espectacular”, son la base para llegar a tu público.
- Haz del respeto y el compromiso tus falacias más inconexas.
- Sanitarios, educadores, psicólogos y trabajadores sociales tienen un plus vital (Jesucristo dixit: Ayuda al prójimo, como a ti mismo). Y artistas, intelectuales, quiroprácticos y yuppies están en la categoría de morbo integral.
- Para terminar: felicidad, felicidad y felicidad. Si no la encuentras, invéntala.


Si todo esto no te ha servido de mucho, ignóralo y sigue deambulando por tu propia hoja de ruta, continua con tus quehaceres de profesor de autoescuela, higienista dental o putón verbenero. Seguramente logres la ansiada autenticidad dejando que la vida fluya y te vaya nutriendo de todo tipo de momentos donde tu humanidad se ponga a prueba. Y recuerda que toda persona sin par, más que ventajas, sufre miserias, bajezas y debilidades.


Que se lo digan a Edward Gorey, uno de los personajes más inverosímiles del siglo XX y en cuyos detalles biográficos no me voy a detener teniendo a su disposición artículos como este de la revista Peonza (hagan click en ESTE ENLACE, descarguen el PDF y vayan a la páginas 79-85) elaborado por Ana Garralón, donde pueden quedarse pasmados ante su vida, obra y, sobre todo, personalidad. Si quieren algo para sus hijos pueden echar mano de ¡Qué absurdo! una biografía ilustrada publicada por la editorial Impedimenta.


Aunque ilustro obras de otros autores como esta y esta otra, lo que más se disfruta de este hombre son esos libritos que autopublicaba y cuyas primeras ediciones valen un dineral hoy día. De entre todos esos pequeños libros, hoy pueden leer y disfrutar un puñado que Libros del Zorro Rojo acaba de reeditar en formato de colección a un módico precio. La biblioteca macabra han llamado a esta caja que incluye cinco de sus libros, concretamente El zoo absoluto, Los pequeños macabros, La niña desdichada, La procaz intimación y El jardín maléfico.


Los dos primeros son abecedarios. Uno está protagonizado por una serie de monstruos muy sui géneris y otro es ya un clásico donde los críos mueren o se divierten de las formas más bizarras y siniestras posibles. En La niña desdichada encontramos una obra al más puro estilo dickensiano pero con un final de lo más truculento, y en los últimos de la tanda, terror y posesiones demoniacas se abren camino a través de las páginas.



Dibujos en tinta, rimas sencillas y mucho humor negro, casi venenoso, les invito a sumergirse en un universo literario que se sale de lo preestablecido, con garra, adictivo, políticamente incorrecto, rotundo, turbador e incómodo.


En tapa blanda y esquinas redondeadas, es una buena oportunidad para sumergirse en la peculiar idiosincrasia de este hombre que sabía de buena tinta que la mayor virtud de ser auténtico es no querer serlo.

4 comentarios:

Patricia dijo...

Muy bueno

Patricia dijo...

Me encanta tu blog

Anónimo dijo...

Gracias por compartirlo, conmigo, Patricia. Lo he disfrutado a dos carrillos. ESPECTACULAR. BRUTAL.

Anónimo dijo...

Ya le tenía echado el ojo a su "biblioteca macabra ". Después de esto, creo que lo necesito. Gracias INFINITAS, mi lado macabro se está relamiendo.