lunes, 8 de enero de 2024

Bendito invierno


Las carrascas están repletas de fruto y en mi memoria reverbera el refranero con eso que dice “Año de bellotas, nieve hasta las pelotas”. No sé yo si será para tanto, pues los meteorólogos cada vez andan más despistados, el frío no orea el embutido y el verano se extiende hasta meses insospechados.


- ¡La culpa de todo la tienen los rusos! ¡Están intentando descongelar el círculo polar ártico y hacerse con el tránsito de mercancías!
- Que no, que no…, que son las bases de la ONU, capaces de modificar las precipitaciones a base de aviones y productos químicos.
- ¡Qué exagerados sois! Esto lo estamos haciendo todos con nuestro consumo desmedido y el uso incontrolado de los carburantes…
- Eso nos quieren hacer creer con la religión 20-30, pero ¿acaso los gobernantes ponen cortapisas a Blackrock, Vanguard y sus imperios industriales?
- Pues esperaos a que empiece la Niña, que nos vamos a cagar…


Sea quien sea, cada vez hay menos invierno y más estiaje. Tendremos que confiar en las leyes de la termodinámica y esperar a que el sistema Tierra autoregule su entropía de una manera u otra, manque la especie humana muera en el intento y sean los pingüinos o los camellos los que dominen el reino animal.


Mientras tanto, nosotros seguiremos con la incertidumbre, esa constante tan humana que nos llena de optimismo o pesimismo dependiendo de la hora del día. Pero no se preocupen que, para amenizar la espera, aquí les traigo cuatro títulos a baja temperatura con los que disfrutar estos días de supuesto invierno y seguir con la estela que ya marqué con esta selección de álbumes nevados.


El primero es Oso de invierno, un álbum de Irène Schoch editado por Thule que nos cuenta la historia de un oso al que el otoño pilla desprevenido y, cuando se dirige a hibernar en su madriguera, se encuentra un aparcamiento en su lugar. Es así como este oso comienza a vagar por una ciudad. Primero por la biblioteca, después por el metro y por último en la calle. Es ahí donde irá encontrándose con mucha gente que le proporcionará algo de calor con el que pasar el crudo invierno.


Con un estilo potente y colorista, la autora nos arroja a una ficción muy real que, a pesar de ser protagonizada por animales, encuentra su camino en la denuncia social. El tema de los sintecho subyace a una supuesta historia basada en un fenómeno de la naturaleza. Del mismo modo, teje hilos invisibles que, como tentáculos nos atrapan en la amistad, la familia, el sentimiento de pertenencia o la superación personal.


También nos detenemos en El palacio de Silke, un libro de Uxue Juárez y Araiz Mesanza, publicado por A buen paso. Silke es una niña diferente a los demás y en la escuela nadie la entiende porque habla como las grullas. Esa es la razón por la que siempre decide perseguir a las ardillas y tomar el almuerzo con el zorro rojo o los gansos. Un día, la nieve empieza a caer y el resto de compañeros empiezan a lanzarle bolas de nieve y ella urde un plan para protegerse de sus ataques: construir un palacio muy especial.


Silke se erige como una heroína que, apartándose de sus propios miedos, logra crear una comunidad en torno a ella. Se arroja con valentía hacia sus propósitos y anima al resto a un esfuerzo conjunto que ayudará a romper estereotipos y prejuicios desde un prisma muy elegante donde los tonos medios y las aguadas construyen un ambiente lleno de calidez humana.


El tercer libro de esta pequeña lista es Cuando estés preocupado, una pequeña comedia de Sang-Keun Kim que acaba de publicar Pastel de Luna. El topo no tiene amigos, una realidad muy dura, sobre todo en invierno. Anda tan absorto en sus cosas, que no se percata del montón de nieve que ha cubierto su cabeza. Recordando las palabras de su abuela decide echar a rodar una bola de nieve y pronunciar en voz alta sus preocupaciones para que estas desaparezcan. ¿Lo conseguirá?


Con ilustraciones de tonos sutiles y delicados, y una narración con estructura de sketch, el autor logra una fábula muy simpática sobre la amistad donde los personajes utilizan como metáfora vinculante una bola de nieve que crece y crece. Sencillo pero encantador.


Terminamos con Un invierno equivocado, la fábula de Ida Vitale convertida en álbum gracias a las ilustraciones de María Fló y el buen hacer de la editorial Vegueta. Nodar es un pequeño territorio perdido en los mapas. Sus habitantes viven en armonía con lo que les rodea. Las montañas los protegen de los vientos, el río caudaloso riega sus árboles y los animales se comunican con ellos con trato recíproco. Pero un día el invierno, confundido por los artefactos humanos, aparece de repente en el lugar en forma de una gran nube negra. ¿Qué pasará? ¿Cómo sobrevivirán sus habitantes al frío repentino?


A caballo entre lo real y lo onírico, esta narración mágica y sutil, se adentra en la relación del hombre y su entorno desde un prisma conservacionista en el que los humanos comprenden la importancia del equilibrio con los ecosistemas. Cálidas y descriptivas, las ilustraciones ayudan a ese tono sosegado en el que se desarrollan los cuentos tradicionales, proveyendo al lector de un escenario por el que caminan las palabras.

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