Yo soy como los ajos, que si los siembras en creciente, se salen de la tierra. Y dirán que son chorradas, pero la luna nos altera. A unos más que otros, también es verdad, pero teniendo en cuenta que nuestro planeta y su satélite funcionan como un sistema, no es de extrañar que sea capaz de influir en los seres vivos.
Por si no lo sabían, la luna afecta a los patrones de actividad, reproducción y migración de muchos animales, también se relaciona con el sueño y con el movimiento de la savia de las plantas. Por si esto fuera poco tiene un papel más que importante en el origen de las mareas y como estabilizador del clima.
Con todo esto, no es de extrañar que el gran Ramón Gómez de la Serna, le dedicara unas cuantas greguerías a este cuerpo celeste que nos acompaña desde hace millones de años. Breves, concisas e ingeniosas, son la mejor fórmula para describir las naturalezas más sugerentes y misteriosas. Unas cuantas palabras llenas de giros en las que conviven pensamiento, poesía y humor. Disfruten de su agudeza y clarividencia con este breve compendio que, ilustrado con mucha elegancia por Marc Taeger y bellamente editado por Kalandraka (me encantan los detalles de las fases lunares, así como los epílogos), rinde tributo al astro que rige la noche.
El reflejo de la luna en el lago
es como el teclado de luz de un gran piano de agua
***
En el fondo de los pozos suenan los discos de la luna
***
Claro de luna:
Ya está ahí la luna tocando la mandolina
Ramón Gómez de la Serna.
En: 12 greguerías de luna.
Selección de Manuela Rodríguez y Antonio Rubio.
Ilustraciones de Marc Taeger.
2025. Pontevedra: Kalandraka.
No hay comentarios:
Publicar un comentario