Tras ESTA CHARLA con Juan Senís sobre poesía y haberme planteado la pregunta de qué opinaba sobre la poesía ilustrada, una que muchas veces parecía redundante sobre todo en el aspecto discursivo, me encontré de golpe y porrazo con esta antología de Antonio Machado, uno de mis favoritísimos, en la que se hace un recorrido de su obra en orden cronológico y acompañado de acuarelas de mi apreciada Leticia Ruifernández sobre los lugares en los que había desarrollado su actividad vital, y me acordé de la cuestión planteada.
En principio, me pareció que el estilo figurativo de las ilustraciones poco tenía que aportar a los versos del maestro, sin embargo, cuando empecé a ahondar en el significado de palabras e imágenes vislumbre un viaje interior compartido pues este libro hacía las veces de diario de viaje, de cuaderno de apuntes pictóricos, no sólo porque la ilustradora había realizado casi todas las aguadas in situ, visitando cada una de las estaciones de ese via crucis poético, sino que traía una mirada renovada sobre paisajes, lugares y detalles.
Quizá no puedo categorizar sobre la poesía ilustrada, pues tras este encuentro con Machado y Ruifernández hurgué en mi biblioteca y constaté que otras obras no merecen esta reflexión, pero sí puedo decir que las imágenes pueden abordar una experiencia lectora enriquecida desde un prisma personal que se vale de estilos y formatos variados para interpretar la voz de los versos o guiar al lector perdido. He aquí un ejemplo.
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un corro infantil
va cantando la lección;
“mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón”.
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Antonio Machado.
En: Yo voy soñando caminos.
Ilustraciones de Leticia Ruifernández.
Selección, introducción y notas de Antonio Rodríguez Almodóvar.
Epílogo de Julio Llamazares.
2020. Madrid: Nórdica Libros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario