jueves, 26 de enero de 2023

Otro bosque es posible



El bosque. Los de la LIJ siempre hablamos del bosque, ese lugar mágico donde los cuentos de hadas se tornan realidad. Pero, ¿cómo es el bosque? Generalmente nos lo imaginamos verde, selvático, espeso, umbroso, húmedo y fresco, una imagen muy idealizada a la que han contribuido precisamente los cuentos clásicos y que dista mucho de la realidad que se vive en gran parte del planeta.


Cuando a uno de La Mancha le hablan de bosques, frunce el ceño y replica “¿Mandeee?” No es que seamos incapaces de imaginarnos uno, sino que nuestro concepto de bosque tiene más parecido con un matorral, un pinar o una dehesa que con todos esos hayedos, castañares y robledales por los que deambulaba Caperucita Roja.
Lo mismo sucede en otras partes del mundo como la sabana africana, sus acacias y baobabs, el desierto de Sonora tachonado de cactus, el altiplano boliviano o la pampa argentina donde las gramíneas campan a sus anchas o esa tundra siberiana sembrada de abedules enanos.



Quizá esa sea la razón por la que algunos vivimos embelesados cada vez que nos internamos en una zona boscosa repleta de musgo y helechos, donde la hojarasca se hunde bajo nuestros pies y el silencio te rodea.
¿Acaso inmensas planicies, temperaturas extremas y parajes desolados no son aptos para blancanieves, bellas durmientes o casitas de chocolate? Parece imposible que los cuentos clásicos aniden en ellos. Quizá esta realidad sea fruto de una suerte de anacronismos, licencias de estilo, coincidencias geográficas o acervos culturales, pero no cabe duda de que los bosques de la LIJ no se parecen al bosque mediterraneo, el fynbos o una alfombra liquénica.
Hay que acostumbrarse a otro tipo de escenarios que, si bien son más yermos y baldíos, son igualmente válidos a la hora de desarrollar narraciones probablemente no tan exóticas, pero igualmente nutritivas.


Y tras esa defensa de otros posibles bosques, toca regresar a los más estereotipados para disfrutar de La pequeña brujita Hazel, un libro de Phoebe Wahl que Savanna Books ha ha traído a España para hacernos disfrutar con las historias cotidianas de su protagonista, una bruja diminuta y hacendosa que siempre está dispuesta a echar un cable a los demás.
El álbum se estructura en cuatro capítulos que suceden en diferentes momentos del año. La primavera, el verano, el otoño y el invierno constituyen el escenario donde colores fríos, luminosos o cálidos se alternan en una atmósfera sugerente y agradable. Hojas, flores y frutos mudan al paso de las páginas en las que Hazel nos invita a seguirla



La crianza de un búho recién nacido, una encantadora fiesta estival, un pequeño troll que se siente solo y la primera nieve del invierno son los pequeños momentos que reúne un libro articulado en viñetas y grandes escenas, con textos narrativos y frases en bocadillos, donde los detalles naturales constituyen el aderezo perfecto.
Sí. yo me perdería en el bosque de Hazel, ¿y ustedes?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo también me perdería, ya tengo Las gallinas de Sonia y estoy deseando tener este! Me encanta el universo colorido de esta poderosa mujer, que pinta a los personajes a su imagen y semejanza. Gracias por el artículo!