viernes, 10 de febrero de 2023

Formas, colores, letras y Paul Cox


Haciendo caso a la Piu, enciclopedia andante del álbum gráfico que tantos buenos libros nos descubre a los monstruos, me puse a indagar en la obra de Paul Cox, y la verdad que no me ha defraudado en absoluto.
Si bien es cierto que yo no había oído hablar jamás de este hombre (perdonen mi ignorancia), he buceado en su vida para ponerles en antecedentes y que puedan valorar el libro de hoy en toda su magnitud.


Paul Cox nació en París en 1959. Es un artista francés multidisciplinar cuyos trabajos destacan en diseño gráfico, ilustración y arte escénico. Un tanto atípico y de formación autodidacta, desarrolló sus primeros trabajos en Francia y Japón. Colaboró en el diseño de decorados y vestuario para L’Histoire du soldat, en la Ópera de Nancy, o El Cascanueces, en la Ópera de Ginebra. También ha realizado la imagen corporativa de la marca japonesa MUJI en París, y anuncios para el tren bala Hokuriku en Japón. Grandes nombres como el diseñador de moda japonés Issey Miyake, han usado alguno de sus trabajos en sus colecciones y el Centro Pompidou exhibió en 2005 su instalación Jeu de Contruction.
Cartelería, ilustraciones en prensa o logotipos, Cox ha realizado múltiples trabajos para . Desde 2003 es miembro de la AGI (Alliance Graphique Internationale), un club que reúne a la élite mundial de diseño y las artes gráficas.



En lo que se refiere a sus libros, Paul Cox ha desarrollado algunos álbumes gráficos como Le livre le plus longe (Les trois ourses) un tributo a Bruno Munari que cuenta con tan solo cuatro imágenes que describen una historia circular: nuestro día a día desde que sale el sol hasta que se pone; Ces nains portent quoi (Seuil) un imagiario donde se presentan un montón de elementos como respuesta a la pregunta del título "¿Qué llevan estos enanos?"; A book of lines (Corraini) donde, a pesar del título, el autor prescinde de las líneas y se centra en el color y la forma para ensalzar su valor; o Cependant (Seuil), un libro que constituye una secuencia circular de escenas donde nos habla de la sincronía del tiempo gracias a una sola expresión: “Mientras tanto…”


También ha realizado álbumes para un público más adulto como Mon amour, un librito en el que el rechazo amoroso es el leitmotiv, o Histoire de l’art, con el que ganó el premio Bologna Ragazzi en 1999 en la categoría de ficción para jóvenes.


Del mismo modo, en 2004, Seuil, su editorial de cabecera durante los años 1987 y 2002, comenzó a publicar Coxcodex I, el primer volumen de una miscelánea de sus obras, donde además de entrevistas, incluye desde escenografías expositivas, hasta comunicación cultural, pasando por sus bocetos cotidianos y sus experimentos en torno a las formas y los colores.


En España solo hay publicados tres volúmenes de Las aventuras de Archibaldo el koala en la isla de Rastepap, que llevan por título El caso del libro con manchas, El enigma de la isla flotante y El misterio de los eucaliptos (editorial José J. de Olañeta), una colección de novela gráfica protagonizada por unos marsupiales bien majetes.


A pesar de esto yo decidí aventurarme con un ejemplar de su Abstract Alphabet, un álbum muy especial que, a pesar de no estar editado en nuestro país, bien merece un pequeño análisis y reconocimiento.


Consiste en un abecedario que nos presenta las veintiséis letras (les recuerdo que está publicado en inglés) a través de veintiséis animales pero en ningún caso se representan dichos animales. O bueno, quizá sí, porque lo que hace Cox en lanzarnos un juego de jeroglíficos donde tenemos que transcribir un lenguaje inventado por él a través de diferentes formas.
Gracias a un código que el propio autor nos ofrece en un desplegable de la primera página, vamos descifrando cada una de las palabras que aparecen en cada doble página a través de una colección de formas y colores.


De esta manera, una imagen física evoca otra imagen mental, la del animal que comienza por la letra que toca, y ¡voilá! Como por arte de magia, aparece en nuestra imaginación. Una vuelta de tuerca, un rizo de otro rizo que nunca antes habíamos visto.
Es tan buena idea que incluso se han desarrollado juguetes a partir de este curioso alfabeto.


Ilustraciones humorísticas, formas sencillas y sinuosas, combinaciones de colores brillantes, letras y palabras como excusa narrativa y una toque artesanal muy característico, se reúnen para desarrollar un estilo único y personal. 
Su concepción del álbum bebe de todas las técnicas de impresión, pero más en un modo experimental que reproductivo, lo que los acerca al libro-objeto o libro de artista. Cuida el tipo de papel, la encuadernación e incluso incluye variaciones de un ejemplar al utilizar por ejemplo la litografía. Tanto es así que algunas de las primeras ediciones de sus libros se venden a unos precios desorbitados.


En definitiva, un autor que cualquier amante del libro-álbum gráfico debe conocer sí o sí, aunque nuestro mercado editorial no le haga dado la visibilidad que merece.

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