martes, 16 de mayo de 2023

De aquellos barros, estos lodos


España cae siete puntos en comprensión lectora. ¿Les extraña el titular con el que nos hemos levantado? A mí lo más mínimo. Lo que me parece peliagudo es que, según apuntan los informadores, se deba al cierre de los centros educativos durante la pandemia. Como si la responsabilidad de que en este país se lea, la tenga única y exclusivamente la escuela.
Aquí siempre haya algún tonto al que endiñarle el muerto. ¿Acaso solo leemos los maestros? Manda huevos que ni la sociedad ni las familias estén metidas en el ajo de la lectura. Todo recae siempre sobre los mismos. Una concepción que procede del más asqueroso paternalismo de estado que, coadyuvado por ese menosprecio tan español al funcionario, sigue denostando la labor del trabajador público. Así nos va.


El otro día me decía un gilipollas que tengo como amigo, que él, por el hecho de ser padre, tendría que pagar menos a la hacienda pública (a pesar de estar en el negocio de las multipropiedades... ¡Ejem!). Es decir, solo por el hecho de traer criaturas al mundo, algunos se creen con el derecho de tener un mayor status social. Porque lo valen. Les han vendido la moto de que el estado va a cuidar de ellos, que no les va a faltar de nada. Pondrán todos medios a su alcance, incluidos médicos y maestros. A sus pies.


En vez de pensar que la escasa formación de las familias fue la que lastró a los críos durante la pandemia, que la educación formal les sobrepasaba, que carecían de conocimientos y estrategias con las que enseñar a sus hijos desde casa, prefirieron cargar con el sambenito a unos docentes que se vieron atados de pies y manos en sus hogares a base de limitaciones.
Quizá sea ese el razonamiento correcto. Admitir de una vez por todas que muchos padres existen en la más absoluta ignorancia y que prefieren vivir preocupados por comuniones y otros eventos en los que puedan estirar el cuello, a participar del proceso de enseñanza de sus hijos. O eso, o gritar, encerrarlos en sus cuartos, imponer castigos de los que se arrepienten demasiado pronto, echar balones fuera e intentar vapulear a los únicos que, desde una posición todavía comprometida, intentan hacer algo por abrirles la mente.


Detrás de esto y una vez más, las dobleces triunfan en una sociedad abocada a la impostura, al quiero y no puedo, exhibicionista y pecadora, absurda hasta el punto de decir basta.
Lo dicho: de aquellos barros, estos lodos, pero de pandemia, ni hablar.

***
N.B.: Todas las imágenes que acompañan a este post son obra de Quint Buchholz y algunas se incluyen en El libro de los libros y En el país de los libros, ambos publicados por Nórdica.

viernes, 12 de mayo de 2023

Un color tras otro


No sé si llamarlo primavera o verano, pero el caso es que ya ha llegado y viene cargado de todo tipo de sensaciones. Olores, sonidos, sobres, pero sobre todo, colores. Me encanta disfrutar de las rojas encarnadas, de la yerba verdear, el azul irisado de las libélulas, amarillos limones y el naranja de los albaricoques. Es una fiesta, un bailes, una verbena que alegra mis días. 
El año es como una cadena, donde cada eslabón 


Uno de los continentes
más fascinantes
del marfil
se halla en el colmillo
tan elegante
del narval.

***

El azul del cielo
es diferente
según el tiempo
o el momento.

El azul celeste
es color único,
da igual el tiempo
o el momento.

***

Hay tantos tonos de piel y pelaje
en el mundo,
como formas de equipaje
para el vagabundo.

Pep Molist.
Marfil, Celeste y Carne.
En: Hilera de colores.
Ilustraciones de Alicia Varela.
2021. Barcelona: Babulinka.



jueves, 11 de mayo de 2023

El teatro del absurdo y el libro-álbum




Andamos preparando el examen final de la escuela de idiomas y estos días nos ha tocado ejercer de críticos, más concretamente de una obra de Samuel Beckett, el escritor y dramaturgo irlandés. Aunque sus grandes obras fueron escritas en francés, nuestra profesora ha querido que nos adentráramos en Los días felices, una obra en inglés que está protagonizada por una mujer que se halla semienterrada.
Aunque yo prefiero el teatro en directo, me ha resultado la mar de productivo, no solo porque nunca antes me había adentrado en el universo de este autor, sino porque he descubierto el llamado teatro del absurdo y he encontrado un montón de coincidencias entre este y bastantes álbumes que me encantan y con los que iré ilustrando esta entrada para que ustedes mismos busquen analogías en ellos.


Maurice Sendak. El uno era Juan. Kalandraka.

Se conoce por teatro del absurdo a un conjunto de obras entre las décadas de 1940 y 1960 por dramaturgos como Samuel Beckett, Arthur Adamov, Eugène Ionesco, Jean Genet y Harold Pinter, así como el que surgió a partir de estas en décadas posteriores.
En estas creaciones, las escenografías y el decorado son bastante limitados. Los fondos, si los hay, son extremadamente sencillos, y no existe apenas atrezo ni objetos añadidos. Este hecho juega un papel muy importante en el contraste entre contextualización y discurso. Un mundo vacío y con objetos muy pesados y voluminosos, que por un lado permiten al espectador focalizar su atención en los personajes, mientras que por otro empequeñece y engulle a las figuras en una suerte de inmensidad espacial.


Guridi. La vida de Gul. Tragicomedia de una semilla en diez actos. Tres Tigres Tristes.

Del mismo modo, en el teatro del absurdo no suele haber cambios de ubicación. Las escenas y actos suceden en los mismos lugares. Un inmovilismo que nos invita a esa quietud estática que permite la reflexión, pero que también ancla a los personajes a una realidad que está presentada imaginariamente.


Ernst Jandl y Norman Junge. Ser quinto. Lóguez.

En lo que a la trama se refiere, este tipo de teatro está caracterizado por tramas que parecen exentas de significado, de lógica, de coherencia. Parece que no sucede nada, pero a su vez pasa de todo. Lo poético queda relegado a un plano velado del que participa el subconsciente del espectador.

Diálogos repetitivos, casi de besugo, salidas de tono, montones de disparates, rupturas del marco narrativo y una falta de secuenciación que invitan a esa atmosfera que no tiene ni pies ni cabeza, pero que engancha por su aparente sencillez e idealización. Los personajes tienen un gran obstáculo para expresarse y comunicarse entre ellos mismos constantemente. Suele haber silencios (in)cómodos que además de establecer un muro invisible, se prestan al diálogo interno.


Jon Klassen. La roca del cielo. NubeOcho.

Aunque la actitud de estas obras puede parecer baladí, son obras centradas en temas muy importantes como la existencia humana, las relaciones personales, el cuestionamiento de la sociedad, la dicotomía entre la percepción personal y plural, la susceptibilidad social o las diferencias entre los seres humanos. Todo ello aderezado con mucho humor. 

Se resalta la incongruencia entre el pensamiento y los hechos, así como la incoherencia entre las ideologías y los actos. Lo interesante del teatro del absurdo es que no da las respuestas que esperamos, o las que creemos que vamos a esperar, sino que nos deja a nosotros la interpretación y el análisis de cada palabra, cada gesto, cada semblanza.


martes, 9 de mayo de 2023

Clásicos recuperados


Siempre se agradece que entre las novedades de la temporada se recojan algunas obras que han sido un éxito fuera de nuestras fronteras durante muchos años. Este es el caso de Erwin Moser.
Nació en Viena (1954) pero creció en Burgenland, la provincia más oriental de Austria, concretamente en Gols, localidad donde sus padres ejercían de viticultores.
Tras formarse como tipógrafo entre 1969 y 1973, empezó a desarrollar su lado más artístico como dibujante y pintor surrealista. En 1975 llegó su primer encargo como ilustrador gracias a un librero y editor de Moers que le pidió unas imágenes para una historia de ladrones.


Fue en esa ciudad alemana en la que descubrió los libros infantiles de F. K. Waechter, el autor de, entre otros, El lobo rojo o Tres amigos, en cuyo estilo se vio reflejado. De camino a su casa le vinieron a la mente docenas de historias e imágenes. Tras ofrecer alguna de estas a este editor que respondió con negativas, decidió presentarse en la editorial Beltz&Gelberg en Weinheim donde, sin concertar una cita previa, fue recibido por Hans-Joachim Gelberg.


En 1980 se publicó su primer libro, Jenseits der großen Sümpfe, una pequeña novela basada en sus vacaciones infantiles en Burgenland. A esta le siguieron otras como Großvaters Geschichten oder das Bett mit den fliegenden Bäumen (1981) o Der Mond Hinter den Scheunen (1982) con las que fue seleccionado para el Premio Alemán de Literatura Juvenil.
Erwin Moser creó más de 100 obras entre álbumes, novelas o compilaciones de cuentos que se inspiraron en sus paisajes de juventud cerca del lago Neusiedler, hasta que falleció en 2017 tras inaugurar un museo dedicado a su figura y obra en la localidad de Gols.


De entre todo su corpus literario, en nuestro país hasta el momento solo han sido publicadas la serie de historias protagonizadas por el gato Boris, concretamente las recogidas en tres volúmenes que llevan por título El pez dorado, El coche bañera y La calabaza (editorial Flamboyant).
En cada uno de estos libros se presentan ocho historias que tienen como protagonista a un gato rayado que tiene muchas ideas. Algunas factibles, otras desorbitadas, sabe como celebrar la primavera, jugar con sus amigos o viajar a bordo de un coche bañera.


Con un estilo que a menudo recuerda a otros autores en lengua alemana como Janosch o Helme Heine, Moser, hecha mano de la línea de tinta y las aguadas de color para crear unos personajes dinámicos y tiernos que, desde una posición absurda y surrealista, nos presentan aventuras absurdas donde muchas veces lo fantástico se disemina entre las páginas.

lunes, 8 de mayo de 2023

Llegó, nos cambió y se fue


En mitad de un bar, en la cola de la pescadería o en la piscina. De repente y como caídas del cielo aparecen personas que nos enganchan ipso facto, tienen un magnetismo especial. Solo un instante, solo un par de horas son suficientes para quedar envenenados de por vida con sus palabras, pensamientos y ademanes.
Gente con la que coincides por mera casualidad y con la que sabes que podrías establecer un vínculo muy especial. Que os comprendéis mejor que con vuestros propios amigos y familiares, con la que puedes hablar de cualquier cosa y puedes ser tú mismo, errores, taras y prejuicios incluidos.


Es extraño pero a la vez hermoso, porque te arrebujan en su presencia y sientes que algo se enciende por dentro, te rompen los esquemas y dejas de ser el mismo durante el resto de tu vida. Puntos de vista que no conocías, lugares que nunca habías visitado o sensaciones a las que nadie te había acostumbrado. El descubrimiento y la sorpresa se mezclan en una suerte de remolino que te aturde y llena.
Y lo mejor de todo es que no es amor, no es atracción sexual, no es ninguna obviedad a la que los simples aluden con frecuencia, simplemente es un hallazgo, toparse de bruces con lo humano, con uno de esos reflejos que nos invitan a seguir disfrutando de nuestra existencia. 


Por eso me gustan tanto los libros de Heena Baek, y ella, tan agradecida, nos vuelve a sorprender con Una visita muy rara, el último título publicado en nuestra lengua por su ya editorial de cabecera Kókinos.
En esta nueva historia nos cuenta las aventuras de dos hermanos que ven alterada su rutina (bastante aburrida por otra parte) con la llegada de un misterioso ser. Truenos, relámpagos, niebla y lluvia. Todos los fenómenos atmosféricos parecer estar muy ligados con los cambios de humor de este niño tan especial que intenta por todos los medios encontrar el camino a casa ¿Logrará regresar?



La ausencia del adulto, la magia como interruptor narrativo, personajes que rompen el marco discursivo, cuidados efectos especiales e inesperadas vueltas de tuerca. Una vez más la narrativa de la autora coreana bebe de una serie de recursos que se adueñan de cada obra y empiezan a calar en los lectores, algo que agradecemos sobremanera en este mundo del álbum ilustrado donde la creatividad anda algo estancada.
Si en otros libros la crítica se construye sobre la conciliación laboral, la búsqueda de la amistad, la imaginación como herramienta lúdica, o el sentido de comunidad, en esta ocasión Heena Baek se centra en la relación entre dos hermanos con cierta diferencia de edad cuyos intereses no encuentran un punto intermedio, una realidad que se vive en muchos hogares y que necesitaba un reflejo dentro del género.


Fantasmas dentro de huevos, algodones de azúcar, inundaciones caseras o cuescos que producen tormentas son algunos de los elementos que me han conquistado durante la lectura y que espero que a vosotros también. Así que, ¡a por lo último de la Baek!

domingo, 7 de mayo de 2023

¿Todopoderosas?


Madres todo-terreno, sacrificadas, resignadas… Llevamos toda la vida escuchando lo mismo, sobre todo cuando algunas se lanzan a vociferar en las calles, pero, ¿qué hay de cierto en todos estos calificativos?


Teniendo en cuenta que son cada vez más mujeres las que echan mano de ayuda externa a la hora de solventar las tareas del hogar, y que los hombres han ingresado poco a poco en los quehaceres cotidianos y el cuidado de los hijos, podemos decir que la realidad está cambiando.
No se lleven las manos a la cabeza. No quieran ser tan sumamente todopoderosas. Conozco a muchos hombres que hacen en su casa más que muchas mujeres, incluso que la suya. Lavadora, plancha, mopa, amoniaco, bricolaje y pañales. Las realidades son mutables y muchos hombres, conscientes de su papel en la institución familiar, su dependencia en materia doméstica y cierto estigma relacionado con, por ejemplo, la custodia filial, se han puesto manos a la obra.


¿Sería aplicable en este caso ese refrán que reza “Búscate la fama y échate a dormir”? Tampoco es eso. Todavía queda mucho por hacer en la materia y todavía son muchas mujeres las que hacen la mayoría de estas tareas, muchas mujeres sacan adelante a la prole con su solo esfuerzo y sin ayuda de ningún hombre. Pero lo que sí está claro es que esa igualdad por la que tanto se clama desde ciertos sectores, empieza a hacerse realidad en detrimento de un estereotipo que ha hecho mucho por la imagen positiva de la mujer. Toda coexistencia es buena. Nada es excluyente.


Así que regresamos con Chris Haughton y su Mamá pingüina es la mejor para celebrar este día tan materno, un libro que publicó hace unos meses NubeOcho y con el que el autor irlandés se marca un homenaje a la figura materna gracias unas aves muy particulares.
En esta historia con marcada estructura de sketch o comedia de situación, un recurso narrativo muy utilizado por Haughton, una pingüino tiene que capturar la cena para su hijo. Salta, nada, pesca y sube un escarpado acantilado. Ella es capaz de todo, pero ¡ups! Ella no contaba con sortear a unas feroces focas dormidas sobre el hielo. ¿Lo conseguirá?


Que se transforma en una función nocturna en el que padre e hijo son los espectadores ideales. Del mismo modo que se establece una repetitividad en la alternancia de escenas que la hace muy atractiva para los pequeños lectores, empatiza con ellos desde una posición. Un final con vuelta de tuerca, caracterización de personajes, y notas humorísticas hacen de este libro una buena opción para seguir cayendo rendidos ante las ideas tan aparentemente sencillas de este autor.
¡Y feliz día de la madre!

sábado, 6 de mayo de 2023

Familias que crecen

Por lo general, la mayor parte de las familias recibe la noticia de un nuevo hijo con mucha euforia y alegría, pero sin embargo, conforme avanzan las semanas, acucian los sinsabores, miedos y realidades, porque, además de regresar al coñazo que suponen los primeros meses de crianza, llegan nuevos desafíos a los que enfrentarse.


Problema número 1: Como en cualquier otro embarazo hay que contar con los posibles problemas de salud que puedan surgir, tanto de la madre, como del hijo. Traer un churumbel al mundo es un riesgo, una lotería que debemos asumir. Montones de complicaciones durante la gestación o el parto, depresiones posparto o diagnósticos inesperados pueden aguarnos la fiesta.
Problema número 2 Si con un hijo ya comprobamos que las relaciones de pareja cambian enormemente por el paso de los años, la falta de tiempo, la adquisición de nuevos roles, tareas y responsabilidades, la sempiterna conciliación laboral y familiar, y el cansancio, con dos o más, la cosa ya se va de madre. Sobre todo si la diferencia de edad entre ellos es pequeña y requieren diferentes cuidados y atenciones.


Problema número 3: Las relaciones entre los hermanos mayores y los recién llegados traen de cabeza a muchas familias. Envidias, sobreprotección, falsas expectativas o mimetismo son algunos de los comportamientos a los que debemos hacer frente cuando la prole interacciona entre sí. Si bien es cierto que en la mayoría de los casos es pasajero, en otros pueden crear conflictos y traumas que se arrastren durante el resto de la vida.
Problema número 4: El mundo no vive ajeno a la llegada de nuevos vástagos. Abuelos, tíos, amigos, maestros y compañeros de trabajo descuidan sus gestos y palabras, hacen lo que les viene en gana, y a veces desestabilizan el equilibrio de las familias con unas acciones que generalmente nacen del libre albedrío y no suelen ser malintencionadas.
Aunque seguramente ustedes estén más curtidos en estas lides que un servidor, aquí les traigo dos álbumes que, desde la ficción, nos hablan de segundos hijos.


El primero es ¡Ya llego!, un libro de Aurore Petit que acaba de publicar la editorial Litera. Secuela de su conocido Una mamá es como una casa, la autora francesa se vuelve a sumergir en el mundo del embarazo por segunda vez, en esta ocasión de la segunda hija de la misma pareja que protagoniza el primer libro.


En esta ocasión la narradora es la propia hija que va desgranando todo el proceso que observamos en la secuencia de unas imágenes donde no podemos perder de vista los detalles. Un discurso entrañable donde prescinde de las metáforas que llenaban el primer libro pero que resulta igualmente poético.
Ideal para regalar a cualquier mujer que espere su primer, segundo o cuarto hijo, y una antesala estupenda para celebrar el día de la madre.


El segundo es Robobebé, el último libro del gran David Wiesner que trajo a las librerías Océano Travesía los pasados meses. En esta ocasión, el autor estadounidense se sumerge en el mundo de los robots y nos cuenta la historia de Brida, la nueva hermana de Cátodo. La criatura llega por correo y ni el padre ni la madre saber armarla. Ni siquiera el tío Colector consigue dar con la clave para que funcione, cosa que deberá arreglar Cátodo tras una pequeña persecución. ¿Lo conseguirá?


Como en otras de sus obras, el ganador de varias medallas Caldecott utiliza recursos narrativos del cómic para dar vida a una fábula futurista sobre la llegada de un nuevo hijo y de paso realiza una parodia sobre dos puntos. El primero se trata de esa excitación y algarabía familiar que la mayor parte de las veces se traduce en inutilidad e improductividad. Y el segundo se trata de la incompetencia digital que sufren casi todas las familias de este siglo, y que, como de costumbre, solucionan los niños en un abrir y cerrar de ojos.


Con una vuelta de tuerca final muy simpática, David Wiesner sacará una sonrisa a cualquier miembro familiar.

viernes, 5 de mayo de 2023

El humor en la LIJ. Una reflexión y algunos títulos de reciente publicación.


Generalmente, cuando alguien habla de literatura infantil, también lo hace de humor, pero, ¿qué tipo de humor prima en los libros infantiles? ¿A qué se debe esta predisposición? ¿Son posibles otros tipos de humor en la LIJ? ¿Y necesarios? He aquí algunas reflexiones al respecto.


El humor que predomina en los libros dirigidos a los niños es el llamado “humor blanco”. Con este término solemos referirnos al humor que carece de referencias sexuales, burlas o ataques contra alguien o algo, y que no se considera virulento o ácido, de manera que se supone que no puede ofender a nadie, concretamente a niños, abuelitas, tullidos, minorías u otros colectivos.


Esto se debe a una serie de circunstancias. En primer lugar, debemos tener en cuenta que, cuando hablamos de literatura infantil, siempre partimos de esa asumpción de pureza que rodea al concepto de infancia desde el siglo XIX y que llega hasta nuestros días, no solo para ser ensalzado con el paternalismo o el didactismo, sino también para ser corrompido por ismos mucho más draconianos (léase feminismo, racismo o ecologismo) que en realidad no dejan de ser parapetos tras los que se esconde la censura. Nuevamente nos debemos hacer una pregunta recurrente: ¿Debe ser inofensiva, casta y pura la literatura infantil y por tanto prescindir del humor?
En segundo lugar, tenemos el nivel intelectual del lector-espectador. Considerando que muchos adultos buscan una equivalencia entre intelecto y cognición (y presuponen que los niños son seres inferiores…), lo correcto es referirnos al grado de instrucción-formación o nivel cultural de críos y quinceañeros. A la hora de impregnarse de ciertos elementos humorísticos, es necesario tener una experiencia previa o cierta comprensión de la realidad, cuestión en la que una gran mayoría se ven limitados. Por esa razón el humor en los libros infantiles se suele encasillar como simple o tonto (N.B.: Si esto se lo dijeran a Gila o Faemino y Cansado, se lía...).


A pesar de esta realidad la literatura infantil y juvenil bebe de un sinfín de registros en lo que a humor se refiere. Sátiras, caricaturas, parodias, bromas, irreverencias, ironías… Todo cabe en un ecosistema donde humor blanco, negro, rosa o amarillo pueden transmutarse e hibridarse. La única necesidad es que parta de la libertad de expresión y la inteligencia, para alejarse de la vulgaridad extrema.


Como cualquier otro producto cultural, la LIJ necesita el humor, blanco o negro, da igual. Lo verdaderamente necesario es que se construya desde una perspectiva elegante, rezume calidad, y pueda ofrecer alternativas al mal gusto imperante en otras parcelas dirigidas a esta franja de edad, como los videojuegos y los programas televisivos que abusan de la ofensa, el escarnio y la ideologización.


Para terminar, me gustaría llamar la atención sobre el concepto mismo de humor. Teniendo en cuenta que en la elaboración del humor intervienen numerosos parámetros, esta cualidad humana adolece de mucha complejidad y subjetividad, lo que desemboca en una discusión voluble e imprecisa que se evita en los círculos académicos del entorno LIJero.


Como deberes, les invito a leer un par de artículos al respecto. El primero es Agresividad, humor y corrección política, un monográfico de Celia Blanco Vallejo que fue publicado en 2021 por la revista CLIJ, y el segundo es Laugh Lines: Exploring Humour in Children's Literature, un pequeño volumen de Literature Support Series que escribió Kerry Mallan para la Primary English Teaching Association de Australia.
Y como punto y final, unos cuantos álbumes con mucho humor en sus páginas, algo que no quiere decir que gusten a todo el mundo, pues como bien he dicho, cada uno se ríe de lo que quiere.


Mo Willems. ¡No dejes que la paloma conduzca el autobús! Andana. Llega otro título de la serie protagonizada por esta paloma tan cansina (hoy la cosa empieza y termina con aves callejeras). En esta ocasión está empeñada en conducir un autobús y no creo que debamos dejarle ¿o sí?. Una parodia de la insistencia infantil ante las prohibiciones que plantean los adultos, pero llevada al extremo. Alternancia, dinamismo, recursos del cómic y una situación descabellada juegan con nuestra perspectiva y nos hacen disfrutar.


Mac Barnett y Jon Klassen. Las tres cabritas y el troll. Andana. El tándem Barnett-Klassen se lanza con los cuentos tradicionales. En este caso adaptan el clásico noruego recopilado por Asbjornsen y Moe que narra la historia de un troll que vive debajo de un puente y aprovecha la coyuntura para zamparse a todo bicho viviente que intente cruzarlo. Con lo que no cuenta es con tres cabras muy inteligentes que se aprovechan de su insaciable apetito para darle una lección. En esta ocasión los autores juegan con la repetitividad, la expectación y las ironías vitales en las que el ingenio vence al mal. Si le ha sacado una sonrisa a miles de escuchantes desde tiempos inmemoriables, ¡únete a ellos!


Camilla Pintonato. Detective Topo. Liana Editorial. Topo es un gran chef pero su mayor ilusión es convertirse en un detective como los que protagonizan sus novelas policiacas favoritas. Cambia la cuchara y el delantal por la gabardina y la lupa, y se lanza a resolver su primer caso: la desaparición de una ardilla. La burla sobre la torpeza del protagonista y los detalles que pasan inadvertidos para él, pero no para el espectador, son los dos principales recursos humorísticos en un libro simpático del que estamos esperando la segunda parte.


Jory John y Pete Oswald. La mala pipa. Serres. Nuestra protagonista es una pipa muy mala, pero tiene razones para serlo. La vida la ha tratado fatal y se ha transformado en un ser despreciable. Pero a veces, las cosas pueden cambiar y, poco a poco, conseguirá portarse bien e incluso dar las gracias. La personificación (me encanta ese testimonio vital de la pipa protagonista) y lo irónico se abren camino en un libro que, si bien pretende ser una fábula pedagógica, a mí, personalmente, me ha robado más de una carcajada.


Sean Taylor y Jean Jullien. Súper Búho. El maestro del disfraz. Pípala. Búho es todo un peligro, el terror de la noche. Se camufla como nadie para hacerse con sus presas. Es capaz de transformarse en una fuente, una oveja o una zanahoria para hincarle el diente a cualquiera. Aunque la mayor parte de las veces lo pesquen in fraganti, él lo sigue intentando. Situaciones cómicas que se van repitiendo, una caracterización del personaje muy reconocible y un final decepcionante (y un tanto vergonzante) hacen de este libro una historieta muy cómica llevando al extremo esa de "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda".



Víctor Aldea y Cristina Losantos. ¿Para qué sirve un pedo? Corimbo. En esta pequeña selección de libros humorísticos no podía faltar un representante de lo escatológico, esa parcela que se refiere a nuestras secreciones y excrementos, un clásico dentro de la literatura infantil. Así nos topamos con un álbum que se centra en los pedos y sus utilidades. Ganar una carrera de sacos, conseguir sitio en el autobús o incluso ahuyentar a los mosquitos en verano son algunas de las cosas que podemos hacer con ellos. Ingenio e inverosimilitud se articulan en un título ideal para primeros lectores.


Serenella Quarello y Mikel Casal. Héctor o el lado optimista de la vida. Tres Tigres Tristes. En este último libro de hoy y segunda historia de palomas, Héctor, su protagonista, nos hace reír desde el momento cero gracias a su mirada. La imagen que los seres humanos tienen de su especie dista mucho de la suya, mucho más positiva. No me extraña que el lector se parta de risa con la disyunción entre texto e imágenes, pues al tiempo que invita a la paradoja y el extrañamiento, es un tanto burlesca y peyorativa, canalla y divertida.