lunes, 18 de diciembre de 2023

La migración en los libros infantiles




La migración ha acompañado, no solo a nuestra especie, sino a muchas otras, desde tiempos remotos. La búsqueda de nuevos espacios en los que desarrollar nuestras actividades diarias libremente y de la manera más óptima, es una necesidad vital del ser humano. Conflictos bélicos, escasez de recursos, oleadas de violencia, necesidades culturales, aprender un idioma o el simple amor, nos llevan a otros lugares diferentes, bien dentro de un mismo país, bien en el extranjero. 
Emigrantes o inmigrantes, caras de una misma moneda que solo depende de la posición del observador, ese que esta dentro, ese que está fuera. El migrante, sea cual sea su origen, sea cual sea el motivo de su huida, suele experimentar situaciones y emociones parecidas. El extrañamiento, la añoranza, el miedo, el rechazo, el desarraigo... Todas son posibles.
Como cualquier otro fenómeno humano más, la literatura en general, y la Literatura Infantil en particular, tiende a hacerse eco de lo que acontece en sus vericuetos y busca las más variadas formas con las que acercarnos la realidad. Por ello, he aquí un buen puñado de estos libros que, desde la ficción o la no ficción, hablan de historias sobre migración. Si ven que algunos títulos están en negrita y color carmín, hagan click sobre ellos porque enlazan con sus respectivas reseñas.



María José Ferrada y Ana Penyas. Mexique. El nombre del barco. Libros del Zorro Rojo.

Empiezo con aquellos volúmenes que nos acercan al viaje migratorio. A pie, volando o en barco. Hay muchas maneras de cruzar océanos, atravesar cordilleras o enormes desiertos. Y todas entrañan numerosos peligros y multitud de pensamientos. 



Liz Lofthouse y Robert Ingpen. Ziba vino en un barco. Lóguez.



Francesca Sanna. El viaje. Impedimenta.






Maxine Trottier e Isabelle Arsenault. Migrante. Planeta.

En muchos de ellos el formato es importante. Bien porque nos ofrecen una idea de la extensión salvada (véase el formato acordeón) o porque nos ofrecen visiones paralelas gracias a juegos de colores y filtros.



José Manuel Mateo y José Martínez Pedro. Migrar. Kalandraka.



Del mismo modo, en estos libros también se establecen paralelismos. Aves migratorias o maletas pueden ser el hilo argumental para narrar las travesías que llevan a unos y otros a diferentes lugares. Metáforas sutiles que se abren camino entre las olas o las ráfagas de viento. 



Daniel H. Chambers y Federico Delicado. Un largo viaje. Kalandraka.



Núria Parera y María Hergueta. La maleta. Babulinka.

Abro otra nueva categoría para libros migrantes, concretamente aquellos que se centran en la perspectiva de quienes acogen. Si unos tienen miedo al dejar atrás su vida, los otros, más. La incertidumbre ante lo desconocido, lo extraño, abre un espacio negro a los nuevos inquilinos. Miradas furtivas, suspicacias, habladurías... Otra faceta de la que hablan estos álbumes que sirve para poner en el foco en lo humanitario, lo solidario y lo ajeno. 
Islas, colmenas, iglús y furgones son algunas de los elementos que, a modo de metáforas (sobre todo del aislamiento), ayudan a comprender las respuestas que los migrantes perciben por parte de las comunidades autóctonas.



Andrés Pi Andreu y Kim Amate. La abeja de más. Takatuka.






Susanna Isern y Sonja Wimmer. Los intrusos. Tierra de Mu.



Jesús López Moya y Zuriñe Aguirre. El iglú. Bookolia.



Henri Meunier y Nathalie Choux. ¡Al furgón! Takatuka.

Si hay una categoría dentro de estos libros esa es la de las perspectivas infantiles. Niños que vienen y niños que se van. Que nos hacen partícipes de sus pensamientos, de los sentimientos encontrados, de esa incertidumbre que se genera ante lo desconocido, de la pena que produce la ruptura con la tierra, con los orígenes, con su patria. Las primeras personas y las perspectivas infantiles siempre son muy enriquecedoras, más todavía cuando la inocencia pone palabras a lo que todos sentiríamos en su lugar y emana un discurso que aúna cercanía y lejanía.



Annika Thor y Maria Jönsson. Una niña de muy lejos. Gato Sueco.



Maryam Madjidi y Claude K Dubois. Me llamo Maryam. Blackie Books.

Dentro de esta categoría habría que destacar aquellas historias que hacen uso de diferentes recursos verbales y gráficos para acercarnos a situaciones de extrañeza. Bichos raros, choques culturales, juegos de palabras o parecidos razonables dan buena cuenta de la universalidad de un contexto en el que a nadie le gustaría estar envuelto.






Toño Malpica y Giulia Landonio. El otro. Diego Pun.



Joe Todd-Stanton. El cometa. Andana.






Marcelo Simonetti y María Girón. Los migrantes. Kalandraka.

Como nota curiosa, me gustaría destacar que, son pocos los álbumes ilustrados sobre inmigración protagonizados por niños. Echen la vista atrás y constaten que la inmensa mayoría de las historias sobre migrantes tienen cara de niña. ¿Será porque las niñas lo tienen más difícil a la hora de integrarse? ¿Será que los autores presentan la migración con facciones femeninas para despertar la cara más compasiva de los lectores? ¿Acaso los niños no son igualmente débiles en este tipo de situaciones? Ahí les dejo unas reflexiones con Madani y su partido de fútbol.



Fran Pintadera y Raquel Catalina. La mejor jugada de Madani. Ekaré.

No podía faltar en una selección de este tipo un libro dedicado a la morriña, ese sentimiento tan arraigado entre la comunidad de gallegos en la diáspora. Como la añoranza castellana o la saudade portuguesa, es un sentimiento que solo experimenta el migrante al extrañar unos orígenes que dejó atrás para abrirse camino en otro lugar de este planeta.


Paula Ventimiglia. Morriña. Hércules de Ediciones.

Mención aparte merecen los tres álbumes no ficcionales siguientes. El primero es la biografía ilustrada de Malala Yousafzai, la activista que tuvo que huir a Inglaterra siendo niña a causa de un atentado y que recibió el premio Nobel en 2014. Los dos que le siguen se centran en las causas de la migración, datos interesantes y todos los problemas en torno a ella.


Fulvia Degl’Innocenti y Anna Forlati. Yo soy Adila. Historia ilustrada de Malala Yousafzai. Ediciones Jaguar/Amnistía Internacional.


Alejandro Reig y Roger Norum. Migrantes. Ekaré.



Eduard Altarriba. Migrantes. Bang.

En definitiva, la migración es una constante en una humanidad que busca su propia supervivencia, algo que nos repasa un álbum a caballo entre la ficción y no ficción, teniendo como hilo argumental las grandes diásporas y un amuleto que pasa de mano en mano.



Ilan Brenman y Guilherme Karsten. Refugiados. Algar.

Enlazando con el libro anterior y para despedirme por hoy, les dejo con dos libros publicados recientemente que abordan la migración como resultado de los conflictos bélicos, un efecto lamentable del que ya hablé en esta SELECCIÓN DE LIBROS INFANTILES SOBRE LA GUERRA donde encontrarán muchos más libros sobre refugiados. 



Dora Sales y Enrique Flores. A este lado del Mediterráneo. Iglú.



Rita Sineiro y Laia Domenech. Colas de sueños. Akiara.


1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Maravillosas propuestas para establecer buenas conversaciones sobre este tema! Yo añadiría tb Gardinella y el gran viaje en la editorial Libre
Albedrío. ¡ Es una joyica!